La odisea de la teodicea:

Dios en la objeción del mal

Libro: El mal Adolphe Gesché

Resumen del ensayo crítico y evaluación personal

Introducción El tema de la teodicea pertenece, en primer lugar, al campo de la filosofía, luego al de teología. Plantea, como veremos, una temática que ha resultado ser muy escurridiza. Por siglos , mentes brillantes han tratado de encontrar una respuesta final, pero sin éxito, ni aún satisfactoria, ni por medio de la argumentación filosófica, y mucho menos, apelando a las Escrituras cristianas.El cristianismo pensante tiene un gran obtáculo ante sí y, aparentemente, permanecerá hasta que al final, sea el individual o la muerte, o el escatológico, cuando el mismo Dios lo quite. Claro, muchos pueden vivir sin pensar sobre el tema, sea porque no les interesa, o porque lo han tocado y han salido corriendo, porque no se atreven a profundizar racionalmente sin que se tambaleen sus fundamentos de fe; total que para muchos lo más importante es su vida spiritual, emocional y gosoza de alabanzas, coritos y aleluyas. Y es que la teodicea nos pone frente a la realidad del mal y el sufrimiento por un lado, y a un Dios santo y amoroso por el otro.

Definición de teodicea• No se puede analizar el artículo de Gesché, y en general su

pensamiento filosófico-teológico, sin antes definir el concepto de teodicea.

• El término “teodicea” deriva de dos palabras griegas, ϑεóς (theos, Dios) y δíκη (dikë, justicia). Considerado etimológicamente, el término significa “la justificación de Dios”.

• Ha quedado establecido que el creador de la palabra fue Gottfried Wilhelm Leibniz, en el 1710, como título de una de sus obras: “Ensayo de Teodicea: Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal”.

• Pero lo importante es qué quiso decir con la palabra. Para Leibniz la teodicea era, como dice Gesché: “la defensa de la causa de Dios, acusado o cuestionado por la objeción del mal”. Leibniz intenta explicar la idea del mal junto a la existencia de un Dios bueno y todopoderoso; porqué un Dios así permite el mal en el mundo. Hace una reflexión donde trata de ajustar lo que parecen contradicciones respecto a la naturaleza de Dios.

• En fin, a través de este concepto trata de explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios. Por supuesto que tiene como base su cristianismo y lo prolonga desde su base en San Agustín.

Según Gesché, la teodicea ha pasado por tres tiempos. La primera modernidad (de Descartes a Kant), que dio lugar a la teodicea clásica; la segunda modernidad (Feuerbach, Nietzsche, Freud, Sartre, etc.), que prescindió de la teodicea porque prescindió de Dios; y una tercera época que está naciendo (probablemente, la postmodernidad pues habla de Foucault, Lacan, etc.), que se ha dado cuenta que prescindir de Dios conllevó prescindir del ser humano.

Con este trasfondo apelmazado, ahora podemos considerar en grandes pinceladas el artículo de nuestro autor. El capítulo cinco, en consonancia con Leibniz, trata sobre la teodicea o la relación entre la realidad del mal de un lado y la idea de la existencia de un Dios bueno del otro. En un sentido, es una objeción a la creencia en un Dios bueno. Gesché dice que implícitamente la teodicea es una “antropodicea” , pues involucra la identidad y significado del ser humano. Todo discurso sobre Dios es implícitamente un discurso sobre el ser humano.

En la primera modernidad, aunque por caminos diversos dependiendo del filósofo de que se trate, Dios era un componente esencial para justificar la racionalidad de la filosofía y la coherencia lógica de la realidad. Gesché le llama “el Dios esquema” o “el Dios del teísmo”. Gesché critica la teodicea que corresponde a esa concepción de Dios, porque entiende que ese Dios no es el de Job, Raquel o Jesús y, porque es incapaz de contestar el planteamiento del mal como se formula hoy día. En la teodicea clásica el mal se concibe en abstracto (culpa), pero de acuerdo a Gesché hoy día el mal se considera algo existencial y social (injusticia).

Primera modernidad

La segunda modernidad convirtió la teodicea en una antropodicea expresa porque ahora la objeción e interpelación sobre el mal se le hace al propio ser humano. El ser humano en su soledad radical debe explicar el mal y su sentido de ser ante su existencia. Gesché en este contexto critica la teodicea cristiana que propone la idea de un mundo que es “como si Dios no existiera”. En este caso, Dios se convierte en el mero fundamento último de la ética, pero nada más, mientras que el Dios del creyente cristiano es más que eso.

Segunda modernidad

Tercera modernidadPara Gesché, el reconocimiento de los filósofos del fracaso del proyecto de liberación de la segunda modernidad, abre las puertas a una nueva teodicea que supere al Dios-esquema y al Dios-ética y salve al mundo del nihilismo. Básicamente, Gesché propone que Dios es su propia teodicea. El argumento de Gesché es fuertemente existencialista. Para Gesché el mal es un planteamiento que el ser humano le formula a Dios, en Dios mismo nace la objeción del mal. “La razón no puede nada contra el mal”, dice Gesché, por lo que debe referírsela a un Dios supra racional, objetable para nosotros. Esta teodicea, según él, prueba la existencia del ser humano. Dios le da sentido, le quita la soledad y lo salva de la responsabilidad del mal. Básicamente, Cristo llevó el problema del mal. En otras palabras, Gesché dice que la teodicea se da en Cristo. En Cristo, Dios mismo fue víctima del mal y lo experimentó. Es en él que el creyente se plantea el problema del mal, y es Cristo carga con él.

Tercera modernidad – Reflexión adicionalEn Gesché, la segunda modernidad que plantea la muerte de Dios y libera al ser humano, no tuvo éxito. Fracasó porque al no haber a quien objetar el mal, recae sobre el hombre. Si Dios no existe, ¿Quién carga con la culpa del mal? – el hombre. Es una antropodicea porque ahora el hombre es el eje central del mal.En la tercera modernidad es que, ese fracaso de eliminar a Dios y liberar al hombre, para Gesché, abre las puertas para plantear una nueva teodicea. Hace falta la existencia de Dios para poder culpar y objetar el mal, por eso Dios es su propia teodicea. En Dios nace la objeción del mal porque si Dios no existe, la objeción recae en el ser humano.Así, en la nueva teodicea que Gesché plantea, el ser humano vive en su existencialismo, incapaz de salir del mal que lo arropa, y Dios, quien por su misma existencia hay que objetarle el mal, responde salvando al mundo victimizándose en el Hijo. Cristo asume, carga y experimenta el mal en la cruz.

En la época de la Iluminación, con el pensamiento de Gottfried Wilhelm Leibniz, se introduce la teodicea en la esfera filosófica con el propósito de tratar de explicar la existencia del mal y justificar a Dios. En épocas subsiguientes, con las distintas corrientes filosóficas, se ha jugado con el término de variadas formas. Pero si sacamos el concepto del ámbito filosófico y lo llevamos al terreno bíblico, ya no estamos tratando de la existencia o no existencia de Dios, ni de la justificación de Dios por argumentación filosófica, de hecho, en los autores bíblicos no se plantea la no existencia de Dios, se da “de facto”, sino que se trata de cómo entender y cómo relacionar a Dios con la realidad del sufrimiento.

Teodicea en la Biblia - Reflexiones

La religión del antiguo Israel estaba enraizada en tradiciones que habían pasado de una generación a otra por muchos siglos. Los libros de la Biblia hebrea son el rabo de este largo periodo de tradición oral y algún material escrito. Israel produce su historia. Esa producción esta basada en el dolor y el sufrimiento, pero también en una inquebrantable esperanza en Yahweh. A través de todo el AT lo que permea es la relación particular de Dios con Israel. De esa relación surge lo que se conoce como “el punto de vista clásico del sufrimiento”.¿De qué trata ese punto de vista bíblico? Trata de una relación de obediencia/desobediencia-bendición/castigo-restauración/sufrimiento y dolor.La desobediencia del pueblo de Israel trae el sufrimiento como castigo de Dios.

Página tras página los escritos de los profetas están llenos de extremas advertencias acerca de cómo Dios infligirá dolor y sufrimiento sobre su pueblo por la desobediencia, sea a través de hambrunas, sequías, pestilencias, estrechez económica, agitaciones políticas, derrotas militares, con desastrosas consecuencias sobre la población. Dios trae desastres de todas clases para castigar a su pueblo por sus pecados y urgirlos a retornar a él.Pero no solamente es el punto de vista de los profetas mayores y menores, sino que es el punto de vista de:

1. Pentateuco2. Historia deuteronomística (con

Josué, Jueces, 1y2 Samuel, 1y2 Reyes)

3. Salmos (muchos de ellos)4. Literatura Sapiencial

Así, es el punto de vista que permea todo el AT.

Entonces, se me ocurre plantear cuatro realidades:La Biblia:1. La realidad es que la Biblia no resuelve el problema del sufrimiento.2. La realidad es que los mismos atributos de Dios, vistos en el espejo del sufrimiento humano, van contra sí mismos.El mundo en que vivimos:3. La realidad es que la filosofía no resuelve el problema del sufrimiento. 4. La realidad es que el sufrimiento que vive el mundo vs el amor, cuidado y protección de Dios constituye un problema insoluble.

Para las primeras dos, en el terreno de la Biblia, podemos plantear una buena alternativa. Podemos hacer una teodicea o una defensa que libere a Dios de la culpa del sufrimiento y quede en una posición justa y correcta. Si vamos a ver la Biblia con la lupa de una inspiración verbal e inerrante, o sea que es la palabra exacta y literal de Dios, y sin ningún tipo de error, entonces, vamos a tener un serio problema a la hora de justificar las acciones de Dios en el AT.

Si, en cambio, podemos ver la Biblia desde la óptica histórica y crítica, desde los descubrimientos y data arqueológica, y desde su ubicación cultural en la cuenca del Mediterráneo, entonces, podremos comprender porqué dice lo que dice y en la forma en que lo dice.

Podremos comprender que es un pueblo que hace su historia, que se identifica como un pueblo entre las naciones, que recoje de sus tradiciones orales y escritas, de sus memorias, de sus recuerdos, y forja su presente, su identidad. Un pueblo que tiene una visión particular de su relación con Yahweh. Una relación y una visión adaptada a su propio tiempo, y que se nos escapa de nuestra comprensión.

Entonces, no es lo que Dios literalmente dijo, sino cómo los autores conceptualizaron y escribieron su historia.

Y para las dos últimas realidades, en el mundo en que vivimos, no hay posibilidad de comprensión. Podemos hacer una teodicea justificativa en las escrituras hebreas, pero cuando miramos nuestro mundo, nuestra historia, se nos hace imposible hacer un balance entre el dolor y sufrimiento, que va más allá de la acción del hombre, con la existencia de Dios y sus atributos: amor, santidad, justicia, los tres omnis, etc.

Podremos usar muletillas, que Dios es soberano, que es la voluntad de Dios, que es el plan de Dios, que Dios obra por senderos misteriosos, que nuestra mente finita jamás podrá comprender la infinitud de Dios, que estamos ante un misterio, etc, etc., etc., pero seguirán siendo muletillas.

Entonces, ¿Qué hacemos? ¿Qué actitud asumiremos? Bueno, podemos ser:1. Ateos – dejar de creer que Dios existe.2. Agnósticos – no afirma ni niega que Dios exista.3. Deístas – Dios existe y es el creador, pero no interviene en los asuntos del mundo.4. Asumir la posición del perro – esto es lo mejor que podemos hacer los cristianos. Si se sorprenden, en algún momento lo explicaré.

La odisea de la teodicea:

Dios en la objeción del mal

Libro: El mal Adolphe Gesché

Resumen del ensayo crítico y evaluación personalLuis Angel Rivera Rosario, matp-er, mat-eb--------------------------En la parte del análisis del capítulo de Gesché, recibí la colaboración del Lcdo. Fernando González, Diretor del Colegio Teológico Wesleyano.