21
Autor Gustavo Rubinstein Artículo Evolución de los salarios de los obreros azucareros durante el primer peronismo (1946-1949)

Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Trabajo de Investigación

Citation preview

Page 1: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Autor

Gustavo Rubinstein

Artículo

Evolución de los salarios de los obreros azucareros durante el primer

peronismo (1946-1949)

Page 2: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

EVOLUCION DE LOS SALARIOS DE LOS OBREROS AZUCAREROS

DURANTE EL PRIMER PERONISMO (1946-1949)

El declamado deseo de Perón de promover una Nación socialmente justa1

estimulando una política redistributiva que redujese las brechas entre los sectores

económicos más sólidos y los asalariados, tuvo su expresión más acabada en la generosa

política de ingresos de los tres primeros años de gestión. En efecto, hasta 1949 los

trabajadores gozaron de una expansión sin precedentes del salario real que elevó su poder

adquisitivo de manera significativa. A nivel nacional, los estudios han revelado un

importante crecimiento de los salarios reales :

Cuadro Nº 2. La Expansión salarial - Evolución de los salarios reales

Año 1945 1946 1947 1948 1949

Salario Real 100 103 129 156 162

(1945=100) Fuente: Gerchunoff (1989) en Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas - Ed. Ariel. Buenos Aires. 1998.pág. 181.

El incremento salarial respondía no sólo al interés de mantener la fidelidad de los

trabajadores con el Estado peronista sino que se articulaba con un audaz esquema

económico, en el que la elevación de los salarios aparecía como un instrumento para

estimular el consumo, alimentar la demanda agregada y generar pleno empleo. Mucho antes

de llegar a la Presidencia de la Nación, Perón había reconocido la necesidad de incrementar

1 Perón solía insistir en la definición de su búsqueda precisando los objetivos a los que aspiraba en cada orden de la vida nacional. En ese sentido se encuadran las “tres banderas” integradas al texto de la Doctrina Nacional Justicialista que alude a ellas de esta manera: “(...) defínese como Doctrina Nacional, adoptada por el pueblo argentino a la Doctrina Peronista o Justicialista que tiene como finalidad suprema la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, armonizando los valores espirituales y los derechos de los individuos con los derechos de la sociedad” Citado por Buchrucker, Cristián : Nacionalismo y Peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1945), Ed. Sudamericana, 1987. pág. 330.

Page 3: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

el consumo, advirtiendo en el mejoramiento de los salarios una herramienta útil para

alcanzarlo. Señalaba Perón:

“La República Argentina produce en estos momentos el doble de lo que consume, es decir, la mitad de lo que produce sale al exterior. Yo me pregunto si cuando termine la guerra será posible seguir colocando nuestros productos en Sud Africa, Canadá, Centro o Sud América, en competición con los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, etc. Cuando ya no sea posible exportar, si conseguimos sólo el cincuenta por ciento, ¿cuál será la situación de nuestra industria, de nuestra producción? Habrá una paralización del cincuenta por ciento y veremos un millón de argentinos desocupados que no tendrán en qué trabajar y con qué vivir. No habrá otro remedio que aumentar el consumo. Y el consumo, en una circunstancia como la que se nos va a presentar, solamente podrá aumentarse elevando los sueldos y salarios para que cada uno pueda consumir mucho más de lo que consume actualmente.” 2

Los aumentos de salarios tenían una finalidad económica además de política, en

tanto buscaban estimular el consumo, generando el fortalecimiento del mercado interno y

asegurando el pleno empleo. Este esquema de desarrollo se articulaba con un situación

coyuntural de la economía argentina. La distribución más equitativa del ingreso nacional

pudo mantener durante un tiempo una verdadera “cadena de la prosperidad” de la que

formaba parte. Antonio Cafiero, explicó la dinámica de ese esquema:

“Cuanto mayor es el poder adquisitivo del sector “trabajo”, que es el sector fundamentalmente consumidor de la economía, más amplio se torna el mercado y la demanda y por consiguiente más intensos resultan los estímulos a la producción y al desarrollo, tendiéndose a configurar una verdadera ‘cadena de la prosperidad’, más ingresos - más demanda - más producción - más ingresos...” 3

El alza de los salarios constituyó un símbolo del crecimiento de la economía

argentina que evolucionó rápidamente. En esos primeros años de gobierno peronista el

crecimiento de la producción y de la demanda generaron una mayor disponibilidad de

bienes. Al mismo tiempo, la política salarial permitió la expansión del consumo, que hacia

1948 representaba casi un 50% más que tres años atrás 4

La voluntad del Estado de participar en la vida económica se combinaba con el

deseo de integrar a los sectores del trabajo a la vida nacional, reconociéndolos como

2 Perón, Juan Domingo: Discurso del 30 de Noviembre de 1944 en Doctrina Peronista. Perón expone su Doctrina, Buenos Aires, 1948. pág.110. 3 Cafiero, Antonio: Cinco Años Después, 1961.pág. 34. 4 Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas: El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de Políticas económicas argentinas, Ed. Ariel Sociedad Económica, Buenos Aires, 1998. págs.182-183.

Page 4: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

partícipes directos del aparato productivo e incorporándolos a la discusión sobre la

redistribución del ingreso global del país.

En Tucumán, la presencia del Estado en las cuestiones económicas no era novedosa.

La industria azucarera contaba con una larga tradición de intervencionismo estatal que se

caracterizó durante muchos años en una política proteccionista ejercida básicamente a

través de las rentas aduaneras. Así lo reconocieron los industriales ante la incertidumbre

que generaba la revisión de las políticas oficiales referentes a la industria azucarera por

parte del gobierno central nacido del golpe militar de 1943:

“La tan decantada ‘Industria protegida’ no ha tenido en realidad otra protección que la aduanera general, como han venido teniéndola en diverso grado tantas otras del país. Y en el caso de la azucarera, con recaudos en defensa del consumidor, como ninguna otra industria, desde que aquélla se haya sujeta a un régimen aduanero compensador, única en la legislación argentina, por la cual, si sube el precio del azúcar importada, disminuye en exacta equivalencia el arancel de importación, de manera que el precio del azúcar en el mercado interno se mantiene por debajo de un tope invariable.” 5

Industriales y cañeros estaban familiarizados con el Estado en su rol de regulador de

las relaciones de producción. Durante gran parte de la primera mitad del siglo XX esta

práctica estuvo directamente vinculada con leyes parlamentarias que ofrecieron a la

industria un cuerpo legal que posibilitó su organización productiva y económica. Hasta el

final de la década del 30 el marco regulatorio para el funcionamiento de la actividad

azucarera provino de las Cámaras Legislativas que tuvieron que conciliar los intereses de

sectores o de regiones que con frecuencia disputaban el reparto de los beneficios que

emanaron de la producción del azúcar. Como ha señalado Daniel Campi:

“Las distintas etapas por las que atravesó la política azucarera no serían comprensibles si no consideramos previamente otra de las características estructurales de la agroindustria, la existencia de un doble nivel de conflictividad, inter e intrarregional. Uno de ellos es el que enfrenta al conjunto de los sectores que participan del proceso productivo, (...) El otro conflicto, esta vez intrarregional, es el existente entre las dos zonas productoras más importantes, la provincia de Tucumán y las más norteñas Salta y Jujuy, que juntas concentran el 95-96 % de la producción nacional.” 6

5 “Consideraciones acerca de la solución integral del problema azucarero. Exposición del Centro Azucarero Regional de Tucumán al Interventor Federal en la Provincia”, en Schleh, Emilio: Compilación Legal sobre el Azúcar. Leyes, Decretos, Resoluciones sobre el régimen de la industria, desde el 1 de Junio de 1946 al 31 de Diciembre de 1947, Imprenta Ferrari Hnos. Buenos Aires, 1947. pág. 356. 6 Campi, Daniel: Política Azucarera Argentina. 1945-1990: Regulación y crisis. Inédito. 1990. pág. 4.

Page 5: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Hasta la revolución militar que acabó con el dominio conservador en 1943, en los

conflictos intrasectoriales dominaba una tendencia a discutir el reparto de los beneficios

entre dos sectores predominantes de la industria, industriales y cañeros, cuyos perfiles

corporativistas quedaban expresados en las negociaciones. El Centro Azucarero y el Centro

Cañero fueron las entidades que llevaron las voces de industriales y cañeros

respectivamente, para que sean escuchadas por los representantes nacionales.

Con la llegada del peronismo al gobierno nacional se produjeron algunas

modificaciones importantes, sobre todo en la forma que fue promovida la intervención

estatal en la industria azucarera. La particularidad de la legislación que reguló el

funcionamiento de la industria durante los gobiernos peronistas fue la excluyente

participación del Poder Ejecutivo Nacional en la definición de los conflictos de intereses.

La labor parlamentaria, que marcó la evolución de la industria durante las primeras décadas

del siglo XX, dio paso durante la década del 40 a una estructura verticalista en la

organización del Estado, que posibilitó al Presidente de la Nación establecer una dinámica

legislativa asentada en la promulgación de decretos que establecieron normas de

funcionamiento para la industria.

En el orden social, la gran innovación del peronismo fue la de integrar a los sectores

obreros a la vida económica nacional, haciéndolos partícipes de las negociaciones y las

discusiones y reconociéndoles el derecho a reclamar un porcentaje de los beneficios que

surgían de la “industria madre” de Tucumán. Ese aporte signó la identidad política de los

trabajadores de ingenios con el ideario peronista durante más de cuarenta años. El

peronismo encontró una industria azucarera provincial resentida por las malas cosechas de

los años 43 y 44, producto de la “plaga del carbón”, y con sus actores acostumbrados a

recurrir al Estado en busca de soluciones que aliviaran la situación de los distintos sectores

comprometidos en la producción.

A los pocos meses de su formación, en Agosto de 1944, la FOTIA presentó a Perón,

entonces Secretario de Trabajo y Previsión, un petitorio de mejoras en el que se expresaban

los objetivos de ese segmento de la industria. En él se contemplaban las demandas de los

obreros, no sólo en relación con el escalafón de los trabajadores y sus respectivos salarios

sino también, el salario familiar, un mínimo de días de trabajo al mes y el libre acceso de

comerciantes a los ingenios de la provincia. El diagnóstico de la Federación acerca de la

Page 6: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

situación del obrero azucarero de la provincia sirvió de sustento para ratificar la ineludible

necesidad de brindar atención al conjunto de los trabajadores del área. En su informe

manifestaban:

“Las fábricas azucareras, los cañeros independientes, han venido disfrutando durante varias décadas de todos los beneficios que crea una explotación floreciente y protegida, donde el azar del desequilibrio entre el capital expuesto y el mercado tienen un afianzamiento jurídico distinto a toda otra clase de actividad.(...)...el hombre que extrae de la tierra el elemento básico para la vida ha sido por contraste de justicia olvidado permanentemente en sus problemas vitales. Se echa en olvido que ese puntal de toda organización debe ser mantenido dentro de un concepto que lo resguarde de cuantos inconvenientes surjan de las soledades, sin otro incentivo que una profunda conciencia en cuanto a su carácter de elemento precioso para la Nación y sus semejantes...” 7

Frente a las citadas conclusiones de la FOTIA sobre la situación del obrero

azucarero, el Centro Azucarero Regional mostraba una mirada antitética, resaltando que:

“Es interesante destacar que en cuanto a salarios promedios del personal ocupado por las industrias en las diversas provincias, Tucumán está en primer término. En el cuadro de la Revista de Economía Argentina de Mayo último (pág.148) figuran los salarios medios anuales en 1941 en todas las provincias, y entre ellos para sólo citar algunos:

La Rioja.................................................$ 698 Corrientes..............................................$1017 Santa Fe.................................................$1.350 Capital Federal.......................................$1.674 Tucumán................................................$1.774” 8

El pliego de condiciones dio lugar a un profundo debate que ganó la atención de los

distintos sectores productivos acerca de quién solventaría las mejoras, es decir, quién

cargaría con el peso del progreso social y económico de los obreros azucareros. En la

entrevista con el Interventor Federal estos habían expresado su acuerdo al incremento del

precio del azúcar, con lo que los industriales podían hacer frente al aumento de los costos

operativos determinados por la mejora de los salarios. Ante la sugerencia de los obreros, la

delegación industrial aprovechó la oportunidad para alentar esa posibilidad afirmando que:

7 Pliego de Condiciones de la FOTIA, en Schleh, Emilio: Compilación Legal sobre el Azúcar. Leyes, Decretos, Resoluciones sobre el régimen de la industria, desde el 1 de Junio de 1946 al 31 de Diciembre de 1947, Imprenta Ferrari Hnos. Buenos Aires, 1947. pág. 265. 8 “Situación general de la Industria - La posición de obreros y cañeros. Exposición del Centro Azucarero Regional a la Secretaría de Comercio de la Nación sobre los problemas de la Industria en Tucumán” en Schleh, Emilio: Compilación Legal sobre el Azúcar. Leyes, Decretos, Resoluciones sobre el régimen de la industria, desde el 1 de Junio de 1946 al 31 de Diciembre de 1947, Imprenta Ferrari Hnos. Buenos Aires, 1947. pág. 308.

Page 7: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

“cualquier aumento de costos, no puede equitativamente pesar a cargo de sus exclusivas fuerzas (...) No puede dejar de hacerse una referencia a la relativa pequeña proporción que se gasta en azúcar en el hogar argentino, de manera que el recargo para el consumidor, a fin de resolver este aquietante y agitado problema, no acarrearía ningún desequilibrio, teniendo además sin duda alguna menor importancia proporcional que otros aumentos que no encierran mayor causa ni razón que el del azúcar.” 9

De alguna manera, los distintos sectores reconocían que las políticas oficiales, que

buscaron históricamente mantener inalterable el precio del producto para no perjudicar al

consumidor, terminaron minando ciertamente la estructura productiva provincial en

beneficio de otras zonas del país. Los industriales aludían al perjuicio generado a la

economía tucumana al mantenerse por años y sin variantes el precio del azúcar, siendo que

otros productos habían sufrido un importante incremento en sus costos en un contexto de

un creciente proceso inflacionario:

“Es evidente que las zonas productoras de aquellos que se valorizaban en forma sistemática, se han visto beneficiadas con esta política, aumentando así su poder adquisitivo de conjunto y sus posibilidades de un acelerado aumento demográfico. Tucumán no ha sido favorecido sino por el contrario, perjudicado por esta política, puesto que el precio del azúcar, base fundamental de su riqueza económica, no ha variado en los últimos treinta años, sino que ha disminuido. Permaneciendo inalterable sus entradas, considerado en su conjunto, debió hacer frente a los continuos aumentos de precios de sus artículos de consumo que adquiría al exterior y al resto de las provincias...” 10

Cuadro Nº 3. Precio de los artículos de primera necesidad

Años

Articulos 1912 1943

Carne 0.32 0.85

Harina 0.15 0.18

Pan 0.19 0.25

Arroz 0.29 0.56

Papas 0.05 0.125

Azúcar 0.41 0.39

9 Ibidem. págs. 335-337. 10 Ibidem. pág. 332.

Page 8: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Fuente: Schleh, Emilio, Compilación Legal sobre el Azúcar. Leyes, Decretos, Resoluciones sobre el régimen de la industria, desde el 1 de Junio de 1946 al 31 de Diciembre de 1947, Imprenta Ferrari Hnos. Buenos Aires, 1947. pág. 332.

Los comerciantes de Tucumán se manifestaron en el mismo sentido, especulando

con que la elevación del precio del azúcar conllevaría una mejora general de la situación

provincial al tener en cuenta la incidencia de la industria en la estructura socio-económica

de la misma.

La presión ejercida por los diferentes sectores sociales tuvo como resultado la

aparición del decreto 678/4511 que intentaba conciliar los intereses de los factores

concurrentes en la industria. El decreto establecía un aumento del precio del azúcar en

$0,06 centavos con el objeto de atenuar los efectos de los aumentos salariales. Con el

mismo sentido se impulsó la creación de un fondo de compensaciones que perseguía

conceder a cañeros e industriales las posibilidades de hacer frente a las nuevas obligaciones

sociales. El Interventor Federal de la provincia, Enrique B. García manifestó su acuerdo al

Decreto:

“El gobierno ha hecho suya la reclamación obrera, escuchándola y dándole una solución inmediata. Los obreros ganarán desde ahora mismo, tan pronto como se notifique el decreto a las partes, lo que merecen y les corresponde. Eso es lo justo. (...) Era necesario mejorar la difícil situación del cañero y hacerle viable el aumento de salarios a sus obreros.(...) Y en cuanto a los ingenios que industrializan caña de cañeros independientes debían lógicamente recibir ayuda del fondo de compensación, porque ellos son los que dan razón de existencia a ese sector popular de la industria. (...) La solución que acaba de deparar el gobierno de la Nación no esta basada en otro propósito ni la han inspirado otras orientaciones que las del bien público, en este caso representado por los factores enumerados: cañeros, obreros e industriales.” 12

El espíritu del decreto reflejaba el interés de mantener un equilibrio de clases

asentando en una política distributiva promovida desde el Estado. Al mismo tiempo

adelanta alguna hipótesis sobre en quién recayó el costo real del progreso social y

económico de los sectores trabajadores bajo el primer gobierno peronista. Si bien en el

discurso gubernamental aparecieron con bastante frecuencia las manifestaciones hostiles a

los sectores propietarios, a quienes se los identificaba como “la oligarquía”, no parecen

haber sido estos, por lo menos en el caso tucumano, quienes cargaron con el peso de la

transformaciones sociales. Frente al decreto aludido, los industriales reconocieron el

11 Ver Apéndice Documental. 12 “Declaraciones del Interventor Federal en Tucumán referente al decreto 678/45” en Schleh, Emilio: op.cit. págs. 344-345.

Page 9: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

esfuerzo estatal por tratar de conciliar los intereses de los diferentes segmentos de la

industria:

“No hay duda que los “triunfadores” de la jornada son los obreros, los asalariados. Tampoco hay duda que les llega justicieramente, y si ya antes cañeros e industriales no habían realizado el mejoramiento social que el decreto impone, bien sabe cada uno de estos en su intimidad que en Tucumán los márgenes comerciales del cultivo o de la industrialización, en general no lo permitían. (...) Ciertamente que el mayor precio del azúcar equivalente a seis centavos por kilo pasa a ser administrado por el nuevo organismo de Estado que es la Junta Nacional del Azúcar, la cual efectuará la distribución de las compensaciones a cañeros y a Ingenios, y realizará la obra social de carácter general correspondiente, pero no es menos cierto que el Decreto consolida el principio de mantener vigorosa la economía general de la provincia equilibrando los mayores costos con las compensaciones equivalentes.” 13

El decreto 678 del año 1945 define, de un modo general, la política seguida por el

gobierno en referencia a la industria azucarera. Desde las distintas esferas del poder político

se buscó articular los intereses de los factores de la producción, con el afán de garantizar el

abastecimiento del mercado interno argentino sin tener que recurrir a las importación del

producto. Durante los años previos a la emergencia del peronismo, las contingencias

climáticas y las plagas que atacaron los cultivos obligaron a los gobiernos a importar azúcar

para no provocar la falta de un producto de primera necesidad en el mercado interno. El

respaldo económico y financiero brindado tanto a industriales como a cañeros a través del

fondo de compensaciones persiguió ese objetivo. La política de subsidio no resultó una

excepción en relación con las sostenidas en otras industrias regionales. En un sentido

importante, los avales crediticios brindados por la banca oficial actuaron en muchos casos

como “subsidios encubiertos” toda vez que las tasas de interés no alcanzaban a cubrir la

depreciación de la moneda, producto de un notorio avance de la inflación.

A los fines sociales que persiguió la protección a la industria se le acoplaban las

perspectivas económicas que requerían de las zonas productoras de azúcar el mayor

esfuerzo posible para evitar el gasto de divisas al verse obligado a comprar el faltante en el

extranjero. Hasta 1949 la producción no alcanzó a cubrir las necesidades del mercado

interno de nuestro país, por lo que el gobierno decidió comprar a Perú, Brasil y Cuba

importantes cantidades para hacer frente a la demanda. Si durante los primeros años los

13 “Exposición presentada por el Centro Azucarero Regional de Tucumán al Interventor Federal de la Provincia referente al Decreto-Ley - Consideraciones acerca de la solución integral del problema azucarero.” Schleh, Emilio: op.cit. págs. 355-356, en cursiva en el original.

Page 10: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

funcionarios apostaron a que el estímulo crediticio junto a las compensaciones, pudiesen

generar un incremento de la producción, a fines de 1948 esa confianza original se había

esfumado. Muchos fundamentos pueden hallarse para explicar el tímido incremento de la

producción azucarera cuando no su estancamiento: los condicionantes climáticos, los

problemas de transporte, el desinterés industrial, los ataques de plagas, etc. Pero en 1949

los industriales y los funcionarios nacionales se asociaron para acusar a los dirigentes

sindicales y a sus políticas de huelgas como los verdaderos culpables de ese fracaso de la

industria, que no había alcanzado a cubrir las expectativas que sobre la capacidad de la

industria azucarera tucumana tenía el gobierno nacional. El peronismo no puso jamás en

riesgo los beneficios de los industriales azucareros. El apuntalamiento de los derechos

obreros y de sus reivindicaciones económicas pudo sostenerse gracias a un desmesurado

crecimiento del gasto público. A mediados de 1948 empezó a resquebrajarse el esquema

redistributivo construido por el gobierno de Perón. Los cimientos sobre los que se asentaba,

la capacidad exportadora y la demanda externa, carecieron de la solidez necesaria para

hacer frente a una desfavorable modificación de los términos del intercambio. En ese

marco, el sistema de subsidios y compensaciones vigente hasta entonces para la industria

azucarera fue abandonado, dando paso a una política económica mucho menos audaz.

Cuadro Nº4. La política de subsidios a través de créditos oficiales. Tasa de Interés Nominal e Inflación (% anual)

Año Tasa de Interés Nominal Tasa de Inflación

1946 5.5 20.4

1947 5.5 9.8

1948 6.5 15.6

1949 6.5 27.4

Fuente: Arnaudo (1987), citado en Gerchunoff, Pablo y Llach, Lucas, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas - Ed. Ariel. Buenos Aires. 1998.pág. 197.

Page 11: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

EL PREAMBULO DE LA GRAN HUELGA: LOS CONFLICTOS PREVIOS

Desde mediados de 1948 la FOTIA venía solicitando a los industriales y cañeros el

tratamiento de un petitorio único en el que se demandaba un incremento salarial que

atenuase los efectos del proceso inflacionario por el que transitaba la economía argentina.

Estas nuevas gestiones ante diversos organismos irían generando sistemáticos

desencuentros con el gobierno nacional y las representaciones de industriales y cañeros. El

incipiente enfrentamiento iría tornándose cada vez más profundo. El punto de máxima

tensión se produciría un año después con la declaración de la “gran huelga del azúcar” que

transformó las relaciones entre los sindicatos y el Estado.

Ante las autoridades de los sectores propietarios de la agroindustria, los trabajadores

presentaron el pedido que suponía un aumento del 50% con respecto a los salarios en

vigencia. En esa misma presentación, los dirigentes emplazaron a industriales y cañeros a

responder a la demanda en el corto plazo. Por su lado la FEIA,14 ente que agrupaba a los

trabajadores administrativos de los ingenios azucareros, se orientaba en el mismo sentido.

Los salarios de la industria habían quedado rezagados con respecto a los vigentes en otras

industrias y la suba del costo de vida había producido la retracción del poder adquisitivo de

obreros y empleados.

Frente al apuro de los gremios por alcanzar en lo inmediato una solución favorable,

los industriales antepusieron razones y fundamentos que dilataban la esperada respuesta.15

Los cañeros, por su parte, entendían que era el Estado el que tenía que encontrar

soluciones a la demanda obrera por lo que el pedido estaba mal orientado: la Unión

Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT) sostenía:

“De acuerdo con las normas que regulan la actividad azucarera sobre la base de los últimos decretos leyes y las disposiciones del Gobierno de la Nación, el Estado ha asumido frente a la actividad azucarera una política de compensación, cubriendo de esta manera los mayores costos resultantes, con el fin de que estos recargos no graven al consumidor, atemperando en parte el costo de la vida (...) Por otra parte el decreto 21361 ha prorrogado el régimen azucarero, vale decir que frente a la vigencia del decreto 26.305/47, congelando los salarios

14 FEIA: Federación de Empleados de la Industria Azucarera, en adelante FEIA. 15 Los industriales sostenían que la discusión debía producirse en Buenos Aires y no en Tucumán, y que la misma tenía que contar con la intervención del Consejo Directivo de la industria azucarera con sede en la Capital Federal, puesto que el petitorio incluye a industriales de diversas zonas del país. Información en Diario “La Gaceta”, 28 de Agosto de 1948.

Page 12: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

y los precios de retribución por la materia prima, no es el gremio de cañeros el que tiene la palabra sino el Estado para considerar el petitorio de esa central obrera.”16

La respuesta cañera grafica la situación reinante en la industria azucarera durante

los primeros años de gobierno peronista. Nadie sino el Estado había cargado con el peso de

la elevación de los salarios y condiciones de vida de los obreros azucareros. La política de

subsidios y compensaciones vigente hasta 1949 tenía como finalidad respaldar a

industriales y cañeros que habían visto aumentar sus gastos operativos debido al incremento

salarial de los obreros y empleados de la industria. Esta política de compensaciones aparece

claramente expuesta por Perón, quien sostuvo:

“El azúcar cuesta $ 0.85 el kg. Lo saben bien los tucumanos. Pero se vende a $ 0.45 porque el Estado paga los otros $ 0.40. ¿De dónde sale ese dinero? Del I.A.P.I.” 17

Pero el Estado no podía entonces seguir manteniendo ese respaldo. El florecimiento

de la economía argentina empezó a evidenciar, hacia fines de 1948, los primeros síntomas

de debilidad. Las circunstancias permitían observar que la expansión del gasto público no

podría mantenerse demasiado tiempo más. En ese contexto, la generosa política de subsidio

comenzó a ser cuestionada por los sectores opositores y revisada por el gobierno. Este, en

su intento por frenar un creciente proceso inflacionario, introdujo una serie de medidas

tendientes a restringir la concesión de créditos y a elevar las tasas de interés de los bancos

oficiales.18

En medio de ese crítico proceso, la FOTIA, que atravesaba por su momento de

mayor poderío político, presentó el petitorio de mejoras. Ante la indiferencia de algunos y

las negativas de otros, la Federación amenazó con la declaración de un paro, haciendo uso

de su habitual herramienta de presión. A través de un comunicado intentaba dar a conocer

las razones que la inducían a asumir esa decisión:

“Este organismo hace conocer a la opinión pública la actitud egoísta de los patronos azucareros que con evasivas, tratan de burlar la voluntad de los trabajadores, derivando un

16 Diario “La Gaceta”, 2.9.1948. 17Revista Azucarera. Septiembre 1948. 18 Las crónicas periodísticas de la época señalaron: “Con el objeto de detener la inflación, el Consejo Económico aconsejó al Poder Ejecutivo una serie de medidas y entre ellas, la supresión de préstamos de carácter especulativo; disminución de la cantidad que facilita el Banco Central para el redescuento a razón del 1% mensual, o sea el 12% anual del importe actual; el aumento de la tasa de redescuento y restricción en los créditos que otorga el Banco Industrial” “La Gaceta”, 22 de Octubre de 1948.

Page 13: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

problema que afecta a la región fuera de ella, para ganar tiempo, y evadirse de un problema que durante cincuenta años simularon ignorar, pero que ahora tendrán que reconocer.” 19

Un día después de dar el comunicado la FOTIA declaró la huelga general que duró

cinco días y que sirvió de prólogo a los profundos conflictos del año siguiente. La medida

de fuerza se levantó a partir de la promesa de Eva Duarte de Perón, esposa del Presidente y

de Hugo Mercante, Secretario de Acción Social Directa de la Secretaría de Trabajo y

Previsión, de considerar el petitorio y de convocar a las partes para discutir el problema.

La manifestaciones de malestar nunca estuvieron cargadas de contenido político por

lo que no puede interpretarse un ánimo opositor al gobierno en los reclamos de los obreros

azucareros. Muestra de ello es el hecho de que en medio del conflicto, ante la celebración

del 17 de Octubre, dos mil obreros viajaron a Buenos Aires para participar de los festejos

del “día de la lealtad”.

Hacia finales de 1948 la Federación atravesaba por una situación ambivalente. En

términos políticos vivía su época de gloria, con tres diputados nacionales surgidos de sus

secretariado, con la dirección de la delegación local de la CGT y con el poder partidario

obtenido a partir del dominio en los procesos electorales para renovar las cámaras

legislativas y para conformar la convención constituyente que reformaría en 1949 la

Constitución Nacional.20 En términos sindicales, en cambio, sufría la presión de las bases

que miraban con preocupación el deterioro de sus salarios, depreciados por el constante

aumento del costo de la vida.

En Junio de 1949 se dio a conocer un informe sobre la situación salarial de los

obreros azucareros en contraste con la de trabajadores de otras industrias del país. La

estadística daba cuenta de la cantidad de obreros ocupados, el índice del costo de la vida y

los porcentajes del incremento de los salarios reales, contemplando también el ingreso

promedio de los trabajadores desde 1943 hasta 1948. Lo que sigue son los detalles de aquel

informe:

19 Diario “La Gaceta”, 5.9.1948. 20 Entre las candidatos a constituyentes por el partido Peronista de Tucumán aparecía el secretario general de la FOTIA, Obdulio Rivarola y el secretario de Actas de la Federación Carlos Márquez. Los otros candidatos por el mismo partido eran Felipe S. Pérez, vocal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Dr. Alfredo David Maxud, Ministro de Hacienda de Tucumán, Sr. Juan Calixto González, Diputado Provincial por Tafí Viejo.

Page 14: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Año Personal ocupado Importes Pagados Salario Medio Salario Nominal (%)*

1943 21.713 $23.389.540 $1077 100%

1944 23.602 $26.409.385 $1119 103%

1945 25.731 $34.387.710 $1336 124%

1946 29.054 $48.658.357 $1674 155%

1947 30.000 $73.000.000 $2512 233%

* 1943 =100%

Fuente: Elaboración propia en base a información contenida en el Diario “La Gaceta”, 7.6.1949.

Al momento de mayor poderío político de la Federación le correspondió,

paradójicamente, el de mayor tensión sindical desde su formación en 1944.

Siendo desoídas sus demandas por el Banco Central o el Consejo Nacional

Económico, la Federación iría buscando nuevos interlocutores entre las instituciones

oficiales intermedias a las que les enviaría el petitorio abrigando la esperanza de que sea

considerado y respondido. Pero el gobierno, más atento a los síntomas de agotamiento del

proceso expansivo de la economía, no atendió entonces las urgencias de los obreros. En

circunstancias en que la producción de azúcar en la provincia había descendido, el reclamo,

bajo la amenaza de huelga, no resultaba atendible. El gobierno, como única respuesta, instó

a los trabajadores a concentrar sus energías en la producción. A comienzos de Noviembre,

Evita llegó a Tucumán para participar de la fiesta de la Zafra. Su discurso en la plaza

“Independencia” contuvo una rara mezcla de ánimo instigador con carga pacificadora:

“Que el pueblo de Tucumán está de pie, está de pie como lo estuvo siempre. Porque el pueblo de Tucumán, lo que más le agradece al Gral. Perón más que los salarios que lo han dignificado, es la dignificación del hombre por el hombre. (...) Hoy, dos descamisados tucumanos decían: yo quiero a Perón más que a Dios, porque Perón me da todo y Dios nada. Pero el pobre se olvidaba que Dios es quién nos mandó a Perón para traer un poco de cariño y bienestar para todos los hogares afligidos. (...) descamisados, la oligarquía no está muerta; la oligarquía acecha y espera pegar su zarpazo traicionero, por eso tenéis un deber sagrado en esta hora, colaborad, apoyad al Gral. Perón y producid, producid, porque produciendo podemos vivir todos felices y apoyar al Gral. Perón. Cada obrero que cumple con su trabajo, que produce, es un soldado glorioso...” 21 Con su acostumbrada ambivalencia, Evita convocaba los trabajadores al trabajo,

pero les recordaba que la oligarquía todavía existía y que estaba al acecho...

Page 15: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

Las posibilidades de una huelga general se habían ido diluyendo conforme

finalizaba la zafra. Una vez que la misma terminase se volvería estéril todo intento de

negociación al desaparecer la principal amenaza para los industriales: un ingenio parado en

época de zafra. La producción de azúcar de 1948, condicionada por las adversidades

climáticas y una difícil situación económica general, había mermado con respecto a los dos

años anteriores.

Cuadro Nº 5. Evolución de la producción de Azúcar en Tucumán (1938-1948)

Año KG de azucar producidos

1938 300.706.560

1939 353.952.200

1940 355.344.780

1941 250.169.430

1942 242.655.350

1943 252.877.940

1944 301.512.380

1945 284.639.170

1946 449.693.350

1947 414.482.440

1948 375.000.000

FUENTE: DIRECCION DE ESTADISTICAS DE LA PROVINCIA DE TUCUMAN, citada en el Diario “La Gaceta” de Tucumán del día 28 de Noviembre de 1948, pág.6.

Ese retroceso productivo generó la reacción del Presidente del Consejo Nacional

Económico, Miguel Miranda quien culpó a los trabajadores por la ineficiencia mostrada por

la industria azucarera en ese año:

“Desgraciadamente este año vamos a tener que gastar diez millones de dólares en importar azúcar para que no falte a la población argentina. ¿Cómo es posible que los obreros del azúcar de Tucumán produzcan menos azúcar del que debe producir, cuando la consigna del Presidente de la República es precisamente producir, producir? Por qué obligan al gobierno

21 Diario “La Gaceta”, 6.11.1948.

Page 16: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

a dilapidar diez millones en un producto argentino, que, para colmo, está subvencionado por todo el país en beneficio de Tucumán? Los tucumanos no se han mostrado solidarios con el resto del país.” 22

Ciertamente el proyecto económico que encarnaba Miranda parecía transitar su

recta final, pero no deja de ser sugerente que haya tomado el caso tucumano para denunciar

que el fracaso de su programa se debía a la incomprensión social. “Fallaron los hombres”

señaló Miranda, días antes de abandonar el gobierno.

El reclamo del referente económico del peronismo produjo el primer quiebre

importante en la relación de la FOTIA con el Estado Peronista. Era la primera vez que un

funcionario condenaba con tanta dureza la conducta de uno de los gremios más

identificados con los postulados del gobierno. En algún sentido, la crítica de Miranda abrió

el camino a los desencuentros. De allí en más los infortunios dominaron las relaciones entre

la Federación y el gobierno. Por los espacios que esa fractura fue generando se introdujo el

oportunismo de los sectores opositores que vieron en el enfrentamiento una posibilidad

propicia para ganarse la adhesión de los criticados dirigentes sindicales. La reacción de la

Unión Cívica Radical ante la acusación de Miranda así parece suscribirlo. En un

comunicado expresó:

“Que en la zafra actual se hayan producido 50.000 tn de azúcar menos no justifica el trato de que se ha hecho objeto a la clase trabajadora de la provincia, sobre todo (porque) dicha menor producción no se debe únicamente a la menor labor del obrero, sino a la despreocupación de los industriales y grandes latifundistas cañeros que no realizan la totalidad de los trabajos por los que reciben del gobierno centenares de miles de pagos en concepto de compensación. No hay industria, actividad alguna de la Argentina que pague los salarios de hambre que ganan los obreros de Tucumán. Ningún argumento puede ejercitarse para oponerse al aumento de los salarios del obrero azucarero y que sin duda lo que ha disgustado es que esos trabajadores piden que sus salarios sean aumentados sin que sean recargados los gastos del gobierno sino restando las utilidades de los grandes latifundistas e industriales que han obtenido ganancias fabulosas a costa de salarios de hambre.” 23

La FOTIA no aceptó la acción solidaria de la U.C.R. y rápidamente salió al cruce de

todo intento de identificar las luchas sindicales emprendidas por los obreros con una causa

opositora que no sentía como propia. Creyó pertinente, en esa difícil hora, dirigirse a las

22 Discurso de Miguel Miranda, en su reunión con los ministros de Hacienda de las provincias, en la III Conferencia de Ministros. Diario “La Gaceta”, 26.11.1948. 23 Diario “La Gaceta”, 27.11.1948.

Page 17: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

autoridades nacionales para explicar el alcance del reclamo sostenido. En una misiva

cursada al Consejo Económico Nacional la Federación expresaba:

“La FOTIA no puede permanecer inmutable ante las declaraciones hechas en la reunión de ministros porque configuran un desconocimiento absoluto del problema. los obreros azucareros perciben salarios tan exiguos con los cuales no pueden hacer frente a sus necesidades más vitales, y que el facto primordial de la lucha lo ha constituido la resistencia de los patronos en proveer de trabajo a sus obreros en sus propósitos especulativos de una mayor utilidad. Debe y es función del gobernante conocer para resolver, que la gran masa de población obrera de la industria azucarera percibe salarios tan bajos que oscilan de 80 a 102 pesos en los trabajadores de surco y de 144 a 204 en los operarios de fábrica. Estamos y estaremos en contra de los partidos políticos opositores a la obra del gobierno, porque son representantes genuinos de la oligarquía, del privilegio y de los traidores a la patria, y que ahora, por intermedio de la tribuna pública y por comunicados que a diario publican, pretenden erigirse en defensores de la clase trabajadora que jamás respetaron.” 24*

La FOTIA ponía bajo resguardo aquello que permaneció inmutable incluso en los

momentos en que el “contrato original”, aquel que se selló en Octubre de 1945, pareció

resquebrajarse. La rebeldía, tal vez la bronca, no bastaban para impulsar el abandono de la

fidelidad tantas veces aludida. Los obreros azucareros seguían siendo en su mayoría, a

pesar de los avatares, decididamente peronistas.

A la complicada situación económica por la que atravesaban los trabajadores se le

sumó a principios de 1949 el despido masivo de obreros de ingenios de la provincia. Esta

circunstancia elevó la tensión social y potenció las posibilidades de una fractura.

La pésima cosecha de 1948 trajo aparejada la crisis de algunos establecimientos

azucareros, que sin respaldo suficiente, pidieron la quiebra. Fue el caso del Ingenio La

Esperanza, que cerró sus puertas dejando desocupados a una importante cantidad de obreros.

A esta decisión le siguieron las tomadas por otros ingenios que, amparándose en la crisis de la

industria, despidieron a trabajadores generando un profundo desempleo que terminó por

complicar el panorama del sector.

Esta nueva preocupación diluyó provisoriamente la atención de los planteos salariales

y motivó la concentración de la energía en la defensa de la fuente de trabajo. La decisión de

los dirigentes sindicales, ante esa difícil coyuntura, fue la de buscar apoyo en la clase política

para impedir la prosecución de los despidos y promover una legislación que ampare los

derechos del trabajador. Sus inquietudes se trasladaron rápidamente al terreno político, en

donde senadores y diputados hicieron conocer su preocupación por los despidos masivos,

24 Diario “La Gaceta”, 29.11.1948.

Page 18: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

encolumnándose detrás de aquellos. Por primera vez en mucho tiempo, dirigentes sindicales y

dirigentes políticos coincidieron en la necesidad de hallar alguna solución a la compleja

situación que ponía en jaque la estabilidad laboral de un vasto grupo de obreros azucareros. De

los dirigentes políticos surgirían un sin número de paliativos orientados a dar respuesta a

algunas de las demandas. Con ese fin fueron presentados proyectos legislativos que iban

desde el resurgimiento de organismos intermedios como la Junta Nacional del Azúcar25,

para estudiar soluciones posibles para el problema del sector, hasta la expropiación de los

ingenios que decidieran continuar con la expulsión.

El clima de tensión tendió a atenuarse en los primeros días de Febrero de 1949 con

el dictado del decreto que establecía un aumento salarial del 20% para obreros y empleados

de la industria. La mejora salarial trató de apaciguar los ánimos de aquellos que la crónica

periodística llamó hombres con “espíritu convulsionado”. Pero el objetivo parecía cumplido

en forma parcial, en tanto la FOTIA recibió con reservas la medida y, con razonable

prudencia, dilató la emisión de un juicio de valor al respecto. El decreto dividió las aguas

entre aquellos que manifestaban la necesidad de endurecer la posición de la Federación y

otros más proclives a postergar toda actitud de enfrentamiento con el poder central. En

última instancia, los dirigentes convocados para analizar el decreto decidieron aprobarlo,

pero aclarando que lo hacían considerándolo como una “medida de emergencia”, previo a

la promulgación de un estatuto definitivo para la industria. La noticia fue recibida como un

simple aumento nominal que no lograba paliar la situación económica de los trabajadores,

quienes decidieron proseguir las gestiones para alcanzar los beneficios que contemplaba el

reclamo.

En ese marco de convulsión, la situación en los ingenios ocupó la atención de la

opinión pública, que se hizo eco de las dificultades de un sector importante de la sociedad

tucumana. Empezaron a aparecer cada vez con más frecuencia editoriales del principal

diario provincial advirtiendo la situación y reclamando mayor equidad en la distribución de

los ingresos de la industria. En una de ellas sostuvo:

25 El decreto que crea la Junta Nacional del Azúcar apareció a fines de 1944. Se intentó a través de la misma concentrar en un único organismo destinado a aplicar las disposiciones que se dicten y con el fin de reemplazar a las diversas reparticiones, comisiones, cámaras que daban normas y regulaban los diferentes aspectos de la industria azucarera. La preeminencia durante los primeros años de gobierno peronista del

Page 19: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

“Los empleados y obreros de la industria azucarera han expresado su opinión con respecto al decreto del gobierno nacional, por el que se fijan los aumentos de sueldos y salarios para ellos, y las compensaciones para industriales y cañeros, haciendo pública su disconformidad con el pronunciamiento de las autoridades.(...) Los dos gremios han hecho una recapitulación de antecedentes sobre las laboriosas gestiones realizadas para lograr mejores salarios y condiciones de trabajo y otras garantías de seguridad social y economía.(...) Los fundamentos de ambos petitorios coincidían en elevar a las autoridades la evidencia de que con los salarios y los sueldos que percibían obreros y empleados sufrían las consecuencias de un cada vez más acentuado déficit en los presupuestos familiares, originado en el constante aumento del costo de vida. (...) Los industriales y cañeros podrán resolver su déficit económico proveniente de la cosecha de 1948, con las nuevas compensaciones que se le han acordado, pero los empleados y los obreros, con los aumentos que se les fijan, no podrán evitar que se les acrecienten sus necesidades. En esta conclusión cifran ambos gremios su disconformidad con el decreto que aporta mínimas soluciones de emergencia para el problema de una industria que reclama, para salvar sus destinos, un régimen propio y permanente, que al salvaguardarlas de conflictos y de riesgos de todo género otorgue a los factores que intervienen en su elaboración nacional y equitativamente, utilidades que signifiquen una instancia de superación. Sólo así será la industria azucarera una expresión de armonía económica y social.” 26

Al mismo tiempo los partidos políticos también manifestaron su posición en defensa

de los trabajadores. El Partido Comunista y la Unión Cívica Radical continuaron su intento

por ganarse la adhesión de las masas en circunstancias en que las relaciones de éstos con el

gobierno parecían debilitarse día a día. Ese desgaste paulatino, combinado con el

desvanecimiento de la tolerancia, produjeron a fines de Febrero la primera ruptura profunda

en el vínculo de los dirigentes con la dirigencia política peronista. El primer eslabón que se

cortó fue con el de los funcionarios provinciales, a quienes se los acusó de no haberse

ocupado de los problemas que afligían al sector obrero azucarero. En una declaración que

hizo pública la Federación acompañaba la denuncia con una explícita advertencia a los

poderes públicos:

“La FOTIA, ante la situación imperante en la provincia por la desocupación obrera, que en su gran mayoría afecta a los trabajadores de la industria azucarera se hace un deber de llevar a conocimiento de la opinión pública que ha tratado de hallar una solución dentro de la mayor cordialidad posible, resultando estéril su esfuerzo por cuanto los poderes públicos y demás autoridades competentes, en éste caso debido a la discrepancia evidente entre los mismos. La situación va tomando cada vez un cariz más grave, ya que las personas que actualmente ostentan cargos legislativos han olvidado que fueron llevadas por el pueblo en general, y en especial por la gran masa de trabajadores que la industria azucarera tiene en la provincia.(...) Por todas éstas razones, puestas en claro para que el pueblo juzgue la labor desarrollada por éstas instituciones, manifestamos con claridad meridiana que si es

Banco Central, del Consejo Económico Nacional y del IAPI volvieron casi nula la participación de la Junta en las cuestiones inherentes a la industria. En 1949 se intentó su resurgimiento sin demasiado éxito. 26 Editorial del Diario “La Gaceta”. 13.2.1949.

Page 20: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

necesario la FOTIA ganaría las calles de su ciudad para hacer oír su voz de protesta y reconquistar el movimiento obrero, porque hoy la oligarquía pretende volver a las épocas del viejo régimen a su posición dominante y retomara los obreros como instrumento de sus ambiciones personales.” 27

Abandonando toda prudencia, los dirigentes obreros no sólo ratificaban los

desencuentros con los sectores políticos sino que redoblaban la apuesta, introduciendo en la

denuncia la amenaza de la movilización y la huelga. Lo que parecía inevitable comenzó a

sustanciarse a principios de Marzo cuando la FOTIA decidió iniciar una huelga por tiempo

indeterminado, demandando la intervención directa de Perón en el conflicto.28 Como nunca

antes bajo el gobierno peronista la organización avanzaba en su ofensiva sin medir efectos

ni consecuencias. No previó, por ello, que sus ataques vulnerarían el límite de la

“autonomía tolerable” generando la reacción de un gobierno que reconoció el

enfrentamiento negando el apoyo tantas veces concedido. Así, los dirigentes de la FOTIA

escucharon por vez primera el rechazo a la solicitud de permiso para un acto público en la

plaza central de la ciudad. Desoyendo la prohibición, los obreros ratificaron la realización

del acto, lo que representó una invitación a la lucha. Mientras por la mañana la policía

recorría los comercios aconsejando a sus dueños que permanezcan con las puertas cerradas

y establecía puestos de vigilancia y de control en las principales rutas de acceso a la ciudad,

filas de trabajadores se agrupaban en distintos pueblos para encaminarse a la plaza, lugar

donde convergerían los obreros. La marcha de los trabajadores fue violentamente frenada

por la policía. En sus arengas, los trabajadores insultaban a la policía mientras vivaban al

Presidente de la Nación29. La imposibilidad de avanzar motivó que los obreros decidieran

27 Diario “La Gaceta”, 26.2.1949. 28 En el telegrama enviado a Perón se lo anoticiaba de la medida tomada: “La FOTIA ha resuelto paralizar las actividades de la industria azucarera, en señal de protesta por los abusos incalificables de los patrones, quienes aprovechándose de la inercia de los poderes públicos provinciales están sembrando la miseria de millones de hogares obreros. Esta central obrera, fiel y celosa guardadora de los postulados de la revolución espera de vuestra excelencia que provea las medidas conducentes a la solución de este gran problema.” Diario “La Gaceta”, 8 de marzo de 1949. 29 En una fantástica gráfica de la situación la crónica periodística revela la curiosa situación producida en medio del conflicto: He aquí la descripción de los hechos: “A las 15.50 se puso en marcha la caravana obrera en dirección a la ciudad calculándose que estaba formada por unas dos mil personas. Muy pocos metros pudieron avanzar, pues se encontraron rápidamente con los efectivos policiales que les dieron la voz de alto. Los obreros con banderas nacionales y cartelones en alto, continuaron avanzando y cantando en voz alta la canción patria. Al intentar proseguir su marcha los manifestantes encontraron resistencia por parte de los efectivos de la Gendarmería Volante, que con sus cabalgaduras efectuaron algunas cargas. Fue entonces que se entabló un diálogo violento entre policías y obreros, pugnando éstos por continuar su marcha...la resistencia policial aumentó entonces y entraron a actuarlos soldados de la policía montada.(...)Se

Page 21: Evolución de salarios de obreros azucareros durante el primer peronismo

montar sobre un automóvil una improvisada tribuna, desde donde el prosecretario general

de la FOTIA dirigió a los manifestantes un discurso en el que quedó cristalizado el

enfrentamiento con el Poder Legislativo provincial:

“Mientras la FOTIA, madre de los trabajadores explotados asume la defensa de éstos, los legisladores se están riendo de nosotros en la otra orilla del puente. Este es el gobierno democrático de Tucumán. Ellos están defendiendo la dieta y no los derechos del pueblo que se muere de hambre.” 30

El mensaje parecía indicar que la Federación empezaba a desprenderse de la

identificación política con el gobierno provincial para afianzar sus planteos gremiales con

menos condicionamientos. El fin de la huelga no trajo aparejada mejora alguna para los

obreros que tuvieron que conformarse con la garantía de los industriales de que no se

descontarían todos los días no trabajados. La huelga duró alrededor de dos semanas y sirvió

de preámbulo a los conflictos de fines de 1949. CONCLUSION La industria azucarera tucumana acompañó los vaivenes de la economía durante los

primeros años del primer peronismo. En ese contexto, los obreros azucareros vieron

mejorar sus condiciones de trabajos y su remuneración. Al mismo tiempo compusieron la

columna vertebral del movimiento peronista tucumano que alcanzó un apoyo notable en las

elecciones de 1946. La modificación de la condición socio-económica del obrero azucarero

estuvo sostenida más en una generosa política estatal que en una profunda redistribución de

los beneficios generados por esa actividad. Ese proceso de bienestar pudo mantenerse en la

medida en que los índices de la economía real alentaron el incremento del gasto público.

Cuando esos indicadores comenzaron a variar y a mostrar el límite en su desarrollo, se hizo

evidente que el Estado se enfrentaba con una disyuntiva clave: limitaba el proceso de

transformaciones que había iniciado o trasladaba el costo del progreso social a los sectores

dominantes. Este trabajo propone encuadrar la política peronista en un marco de

pretensiones reformistas que no inquietaron seriamente los intereses del poder económico.

Ese punto de desencuentro entre la retórica peronista y su acción política produjo

finalmente un laberinto complejo de que nunca pudo escapar.

produjeron entonces algunas escaramuzas y corridas que exaltaron sensiblemente los ánimos de los trabajadores que, dando vivas al Presidente de la Nación, pugnaron por avanzar.” Diario “La Gaceta”, 11 de Marzo de 1949. 30 Diario “La Gaceta”, 11.3.1949.