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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 13.04.2013 QUEREMOS TANTO a Arturo Rodríguez Página 5 Reflexiones sobre la monarquía Pág 4 Imposición histórica de la cultura taína “La fabricación del casave estaba encomendada a las mujeres, y cuenta Casas que se juntaban muchas para rallar las raíces de yuca, i solían cantar ‘cierto canto que tenía mui buena tonada’”Pá g i n a 8 Bernardo: Jóvenes deben trabajar con dedicación y pasión Las facetas y vivencias de Bernardo Vega en estos 75 años alcanzan para una enciclopedia. Llega a esa edad, dice, “conforme conmigo mismo, con mi vida, mi familia, mis amigos, mi trabajo y con mis aportes a la sociedad”. Pá g i n a 3 JOSÉ A. ALMÁNZAR Proyección de su narrativa José Alcántara Almánzar toma el cuento modélico de Bosch y lo despliega hacia la ciudad y sus alrededores, sin alejarse de autores de la generación precedente como Miguel Alfonseca y René del Risco y Marcio Veloz Maggiolo...Pá g i n a 6

Areíto 13-04-2013

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Como referencia nacional en el área, Areíto es el suplemento cultural por excelencia. Cada sábado, Areíto circula como un regalo del periódico HOY

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 13.04 .2 013

QUEREMOS TANTOa Arturo Rodríguez Página 5

Reflexiones sobre la monarquía Pág 4

Imposición históricade la cultura taína“La fabricación delcasave estabaencomendada a lasmujeres, y cuentaCasas que se juntabanmuchas para rallar lasraíces de yuca, i solíancantar ‘cierto cantoque tenía mui buenatonada’”Pá g i n a 8

Bernardo: Jóvenes debentrabajar con dedicación y pasión

Las facetas y vivencias deBernardo Vega en estos75 años alcanzan parauna enciclopedia. Llega aesa edad, dice,“conforme conmigomismo, con mi vida, mifamilia, mis amigos, mitrabajo y con mis aportesa la sociedad”. Pá g i n a 3

JOSÉ A. ALMÁNZARProyección de su narrativa

José Alcántara Almánzartoma el cuento modélicode Bosch y lo despliegahacia la ciudad y susalrededores, sin alejarsede autores de lageneración precedentecomo Miguel Alfonseca yRené del Risco y MarcioVeloz Maggiolo...Pá g i n a 6

2 Sábado 13 de a b ri lde 2 013H OY A RE Í TO

Zona

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reíto

Isabel Allende Llona (Novelista chilena)Escribir es como hacer el amor. No te preocupespor el orgasmo, preocúpate del proceso.

¡Qué mala es la envidia!

LA HISTORIA/Fuente: Portal Bibliófilo Enmascarado

2000 MURIÓ EL 13 DE ABRIL.Giorgio Bassani, narrador,

poeta y ensayista italiano famoso por sus“Novelas de Ferrara”, localidad en la quepasó su infancia. Perseguido por ser judío enla época de Mussolini, tuvo que publicar porello bajo seudónimo para esquivar las leyesraciale s._

1986 FALLECIÓ EL 14 DE ABRIL.Simone de Beauvoir, escritora y

filósofa existencialista francesa. Su novela “Elsegundo sexo” es una obra fundacional delfe m i n i s m o.

1843 NACIÓ EL 15 DE ABRIL. Henry James,novelista y crítico estadounidense, autor

de obras como “Los papeles de Aspern” y “Otra vueltade tuerca”._

1938 MURIÓ EL 15 DEA B RI L . Cés ar

Vallejo, poeta peruano, una delas figuras de mayor relievedentro del vanguardismohispánico. Es autor de“España, aparta de mí estecá l iz”, conmovedora visión dela guerra de España

En Londres, los medios han es-tado echando espuma por laboca a causa del hecho de queal alto ejecutivo medio de las100 empresas principales deGran Bretaña se le paga 127

veces más que al empleado medio. Tan al-to salario ha sido ampliamente denuncia-do como "excesivo", con líderes empresa-riales uniéndose al rasgar de vestiduras. Talindignación está mal concebida y carecede base. Si una remuneración 127 veces ladel empleado medio está mal, ¿cuál es lacorrecta? ¿100 veces? ¿50? ¿20? ¿2 veces?¿Quién tiene que decirlo? El mercado de-termina estas cosas. Si no te gustan las de-cisiones de mercado, la alternativa es elcontrol salarial, con burócratas fijando lasescalas. ¿Quién quiere eso? ¿Y cuando hafuncionado, si es que lo ha hecho?

El salario se entiende mejor en términosde poder adquisitivo o capacidad relativapara vivir bien. Como tal, a lo largo de lahistoria siempre han existido enormes di-ferencias. En Inglaterra, la declaración fuela primera vez en la historia que se llevó acabo un recuento de los activos particu-lares en un país. Revela un vacío sin fondoentre los nobles, abades (cerca de 100hombres) y cardenales en la cúspide de lasociedad, y los siervos al final. La relaciónera probablemente de 1000 a 1 ó más.

Sin embargo, estos hombres de econo-mía saneada eran obligados a suministrara la corona lo que se denominaba el ser-vicio de caballero, una cifra específica dehombres armados y montados, entrena-dos para la batalla y obligados a servir a lacorona durante 40 a 60 días al año. El nú-mero de hombres suministrada así se de-terminaba según las extensiones de tierrasque poseía el noble o el miembro del clero.Este sistema llevó a incontables conflictosentre el rico y la corona, que en ocasionesalimentaban rebeliones. El rico afirmabaque estaba siendo "arruinado" por el im-puesto. Un ejemplo de una verdad univer-sal: hay contratiempos ocultos de ser ver-daderamente rico.

Durante el Renacimiento, el gerente delBanco Médici de Florencia tenía sin dudaunos ingresos que al menos eran 1000 ve-ces el poder adquisitivo de un campesinoitaliano medio. Para defender sus ganan-cias, el banquero tenía que participar en lacara política civil, construir casas urbanassimilares a fuertes y villas campestres for-tificadas, y mantener un enorme contin-gente de hombres armados a caballo. Ade-más, se esperaba que dedicase enormessumas de dinero a la gloria de Dios y elesplendor de su familia, construyendo ydotando a iglesias o capillas privadas encatedrales y embelleciéndolas con altarescreados por los más importantes pintoresflamencos o de la Toscana de la época.

Este mecenazgo artístico era altamentecompetitivo y caro. Un banquero florentinopagaba bastante para hacer que un pintorcomo Hans Memling, en Brujas, hiciese un

trabajo en varios grandes lienzos (de 9 piesde ancho) y después transportarlos a Am-beres, enviarlos a Italia por mar y transpor-tarlos por tierra a Florencia, donde, una vezallí, necesitaban 10 porteadores solamentepara atravesar la ciudad.

En cada una de las épocas, los ricos hantenido obligaciones insalvables con res-pecto a su riqueza. Acabo de leer la bio-grafía de Andrew Mellon, el empresario ybanquero de Pittsburgh que fundó algunasde las mayores empresas de América y des-pués sirvió durante 11 años (1921-32) co-mo Secretario de Hacienda, que firma Da-vid Cannadine. Durante los últimos añosde su larga vida, Mellon fue recompensadopor su servicio público siendo procesadopor una imaginaria evasión fiscal por elPresidente Franklin D. Roosevelt; un hom-bre que, aunque receptor durante su vidade un salario no ganado, parece que creíade algún modo que generar riqueza es in-moral. Mellon parece haber gastado pocode su riqueza en autoindulgencias de al-gún tipo. En su lugar la utilizarla para com-prar obras de arte que eventualmente ven-día a la nación para fundar la gloriosa Ga-lería Nacional de Arte de Washington,D. C .

No creo que la gente que gana salariosmedios tenga tanta envidia del rico comosuponen los comentaristas de los medios.El tipo de comparación por la que la gentese preocupa es que sus ingresos y sus ac-tivos sean mayores que los de sus padres yque sus hijos lo hagan mejor aún de lo queellos lo hicieron.

Tal progreso ciertamente está teniendolugar, especialmente en países como Es-tados Unidos o Gran Bretaña, que gestio-nan economías de mercado relativamentelibres. En el número del 2 de octubre deForbes descubrí que en 5 años desde el ata-que contra las Torres Gemelas, el PIB deAmérica se ha incrementado en 3 trillones

de dólares. Solamente este incremento esequivalente a grandes rasgos a toda la pro-ducción entera de la economía mundial demás rápido crecimiento, China. Clara-mente, cifras significativas en millones deamericanos llegan a fin de mes mejor queantes. Siendo ése el caso, las sumas astro-nómicas ganadas por unos cuantos en Wa-ll Street tienen poca importancia. Segúnveo, una gran riqueza trae más preocupa-ciones que felicidad: varias casas distintasque mantener y proteger de ladrones, dis-cusiones con el servicio, el terror a un li-tigio de divorcio y la lucha por la custodiade los hijos, así como el miedo a que lariqueza y todos sus adornos se desvanez-can como oro de palo.

Por supuesto, las enormes diferenciasentre países plantean verdaderos proble-mas. Los ingresos medios en los paísesmás ricos pueden alcanzar fácilmente las100 veces los de los países más pobres. Estono importaría mucho si los países verda-deramente pobres estuvieran mejorandopoco a poco. Pero, a causa del mal gobier-no y las guerras internas, estos países soncada vez más pobres, tanto en términosrelativos como absolutos.

Al mismo tiempo, China y la India (entiempos dos de los países más pobres delmundo) están dando pasos de gigante haciala abundancia, recaudando cada año dece-nas de millones de sus ciudadanos en loscírculos iluminados de la buena vida. En sumomento creo que las áreas del mundo ver-daderamente miserables aprenderán másde la experiencia India-China de lo que nun-ca han sido capaces de absorber de Occi-dente. El ex pobre puede enseñar al aún po-bre. Adopto una opinión optimista sobre es-tos asuntos.

La envidia es una emoción enfermiza y au-todestructiva. En economía también es pro-fundamente perniciosa.

Paul Johnson

1871 NACIÓ EL 13 DE ABRIL. E n ri q u eGonzález Martínez, Poeta mexicano,

considerado uno de los siete “Dioses Mayores”de la lírica mexicana. Miembro numerario de laAcademia Mexicana de las Letras.

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1906 NACIÓ EL13 DE

ABRIL. Samuel Beckett,escritor irlandés, premioNobel en 1969. Sus obrasmás importantes son“Final de partida” y“Esperando a Godot”.

A RE Í TO 3Sábado 13 de a b ri lde 2 013 H OY

Como embajador en Washin-gton acompañó a Leonel Fer-nández a una conferencia enMiami en la que el gobernantese reunió con René Préval. “Fu ela primera vez que un presi-

dente democrático dominicano abrazaba aun haitiano desde que Horacio Vásquez lohizo en 1929”.

Bernardo Vega habla de su experiencia di-plomática. Cuenta que el congreso nortea-mericano era controlado por los republica-nos por lo que “había leyes que no bene-ficiaban al país, como el tema migratorio”,pero el principal punto en su agenda fue tra-tar de atraer inversiones extranjeras a la Re-pública. Logró, además, que el presidenteBill Clinton recibiera a Fernández a través deun cabildeo con Oscar de la Renta que di-señaba y confeccionaba las ropas a las pri-meras damas de la Casa Blanca.

“Como en los tiempos de Versalles el quepeinaba a las reinas tenía mucha influencia,De la Renta también. Eso mortificó mucho alDepartamento de Estado porque los gober-nantes de Centroamérica querían ver a Clin-ton y no lo conseguían”, refiere Vega.

Otra de sus conquistas fue la inclusión deFernández en un viaje de Clinton a AméricaLatina pese a que los norteamericanos lo ha-

bían destinado a Barbados con los presiden-tes del Caricom y Haití. “Tuve que hacer todoun memorándum al Consejo Nacional deSeguridad explicando por qué nosotros te-níamos más afinidad con Centroamérica”,e x p re s a .

En Costa Rica, agrega, Clinton conoció aLeonel y manifestó en voz alta: “¡Tiene quehaber algo bueno en nuestra política migra-toria porque este señor es Presidente y tienetarjeta verde! ¿Usted la usa?”. Clinton y Fer-nández, narra, “hicieron gran empatía”.

Entre muchos otros éxitos de Vega comoembajador en Washington estuvo la crea-ción de la Mesa Redonda Domínico-Ame-ricana, de cabildeo político frente al Con-greso norteamericano de dominicanos deorigen con derecho al voto, la celebraciónpor primera vez en Chicago de la conme-moración de la Independencia el 27 de Fe-brero de 1999, con la comunidad domini-cana y encuentros con intelectuales de lad i á s p o ra .

Viudo, añorando su terruño, necesitadode un cambio en su estilo de vida, regresó eseaño a Santo Domingo y fue designado asesorde la Comisión Negociadora Domínico-Hai-tiana y miembro de la Comisión Consultivade la cancillería.

Considera que el gobierno de Leonel Fer-nández de 1996 fue el mejor porque “tuvo per-sonalidades como Eduardo Latorre, hizo unareforma importante de semiprivatización de laelectricidad, las empresas de Corde, los inge-nios del CEA; no hubo mucha corrupción y sípoco endeudamiento externo”.

“Del 2004 en adelante creció la corrup-ción, el endeudamiento externo y el aumen-to de la nómina pública, tres factores muyn e g a t i vo s”, afirmó.

“Final del sendero”. El buzo, nadador, ar-queólogo, encuestador, economista, ejecu-tivo de medios, historiador, diplomático, nodescansa. Casi todos los fines de semana setraslada a diferentes zonas del país a convivircon especies marinas como experimentó enAustralia, los mares Rojo y Pacífico.

Porque el trabajo cotidiano le absorbe. Ma-druga, revisa sus correos electrónicos, la pren-sa digital y la impresa, va a la Fundación Do-minicana de Desarrollo que no solo auspicia lapublicación de sus libros sino de otros autorescomo Carlos Esteban Deive, Marcio VelozMaggiolo, Guillermo Piña Contreras, José Al-cántara, Hugo Tolentino Dipp, Harry Hoetink,Bruce J. Calder, entre otros. Acude a la redac-ción de “La Lupa sin Trabas”, repasa el con-tenido, asigna temas, se ocupa de asuntos ad-ministrativos, escribe el editorial, hace entre-vistas y reportajes. La casa es también oficina,biblioteca, museo, depósito.

El que en abril de 1998 fue consideradopresidenciable junto a otras figuras entre lasque estaba Danilo Medina, no delega la or-ganización de sus archivos personales. En sudespacho apenas hay espacio para llegarhasta el escritorio por las cajas que conser-van papeles ya clasificados por asuntos.Muestra orgulloso su patrimonio, compla-cido por el feliz término de una obra, en-tusiasmado por la que prepara.

Sus facetas y vivencias en estos 75 añosalcanzan para una enciclopedia. Llega a esaedad, dice, “conforme conmigo mismo, conmi vida, mi familia, mis amigos, mi trabajo ycon mis aportes a la sociedad. Consciente deque camino hacia el final del sendero, y delos conflictos que surgen cuando desapareceun historiador o coleccionista sobre qué ha-cer con sus archivos o piezas, he dispuestode ellos en vida en la forma que a mi en-tender beneficia más a la cultura del país”.

“Todos mis documentos sobre historiadominicana, casi doscientas mil páginas,que busqué y reproduje de archivos domi-nicanos, americanos e ingleses, ya están dis-ponibles gratuitamente en Internet en cual-quier lugar del mundo donde exista ese ser-vicio. Sólo hay que buscar en la página delArchivo General de la Nación donde se en-cuentra la colección y donde los documen-tos aparecen por nombres de personas y portemas. El que otro los use y publique, cuandoyo mismo esté pensando utilizarlos, no mepreocupa. Lo importante es que estén dis-ponibles para todos”. Donó su colección dearqueología al Centro León y no puede do-nar ahora la biblioteca “pues sería equiva-lente a quedarme ciego”, significa.

“Estoy orgulloso de mis 14 años en el Ban-co Central desde asesor, miembro de la JuntaMonetaria y finalmente gobernador. Duran-te mis funciones como embajador ante laCasa Blanca llevaba un diario que luego pu-bliqué por lo que el lector podrá juzgar misa c t u a c i o n e s”, revela.

Añade que piensa seguir escribiendo, yasea en la revista que dirige “o entregandonuevos libros, cuatro de los cuales ya estánbastante adelantados”. Recomienda a la ju-ventud “trabajar con dedicación y pasión enlo que se haya decidido hacer, ser produc-tivos, dejar huellas, contribuir a que nuestrasociedad sea mejor”.

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a B e r n a rdoJóvenes deben trabajarcon dedicación y pasión

Bernardo Vega, sus libros y archivos personales.

Soledad Álvarez, esposa de Bernardo Vega, Mario Vargas Llosa, Julia Álvarez y Bernardo Vega.

Eduardo Latorre, Leonel Fernández, Max Puig,entre otros.

Leonel Fernández en su primer gobierno, junto aJaime David Fernández y Danilo Medina.

4 Sábado 13 de a b ri lde 2 013H OY A RE Í TO

Reflexiones sobre lamonarquía. Las basesde sustentación

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G E N E A L Ó G I CAS

w w w. i d g.o rg.d o / Edwin Espinal

Agustín Franco deMedina, genearcas a nt i ag u e ro

(3 de 3)

R omán Franco Bidó, otro de loshijos naturales de Franco de Me-dina, fue igualmente militar y de-fendió la plaza de Santiago du-

rante la batalla contra los haitianos el 30de marzo de 1844. Casó con Ana Apoli-naria Pérez Roex, a quien se le atribuyehaber bordado la primera bandera domi-nicana izada en Santiago en 1844. Sushijos fueron Fernando, María Dolores,Agustín, esposo de María del Carmen Fa-belo; Teresa, Elvira, Pedro, casado conAdriana Pichardo Román; Ana Rita yAgustina Franco Bidó Pérez. Los hijos deAgustín, aunque les correspondía la com-binación patronímica Franco-Fabelo,asumieron los apellidos Franco Bidó.Ellos fueron Amelia, José Emilio, Otilia,esposa de Zoilo Rodríguez; Pedro María,Sergia, casada con Pedro María Garrido;Augusto, ya referido como esposo de supariente María Adelaida Franco Tavares;América, esposa de Pedro María Espaillat;Ulises, destacado munícipe y esposo deCristina Olavarrieta y Otilia Fondeur;Agustín, esposo de Emilia Deschamps;Leopoldo, cónyuge de Carmen Garris;Dolores, esposa de Rafael Tomás Hernán-dez; Pablo, casado con Micaela Santoni;María del Carmen; Amado, fundador del

primer museo dela ciudad y espo-so de Adela Que-zada y HortensiaCruzado; y Rose-lia Franco Bidó,esposa de Euse-bio Pons Rodrí-guez. De esta lí-nea descienden elpoeta Tomás Her-nández Franco, elsociólogo FrankMarino Hernán-dez, el ingeniero

Orlando Franco Batlle, Román FrancoFondeur, primer director del Archivo His-tórico de Santiago; el abogado José Ra-món Vega Franco y los reconocidos co-rredores de seguros Moisés Franco Llenasy Nelson Franco Diep.

Teresa Franco Quiñones, la otra hijanatural de Franco de Medina, fue esposade Manuel Aquilino Román Leguisamón,siendo madre de Dolores, Miguel Alejo,esposo de Eugenia Ramón Grullón Guz-mán, y Baldomera Román Franco, casadacon Domingo Antonio Rodríguez. De losRomán Grullón, Eugenia Cristiana casócon Leonidas Ricardo; Juan Ramón conMarina Díaz; Miguel Alejo con Dolores Ri-cardo; Victoria con Pedro Pablo Dobal;Teresa fue esposa de Eduardo Noguerol, yDolores Román Grullón casó con Luis Bo-gaert, tronco de esta familia en el país. Deesta línea descienden Juan Miguel RománDíaz, combatiente constitucionalista,muerto en el asalto al Palacio Nacional en1965; el historiador Carlos Dobal Már-quez, la modelo Tania Imbert Mata, VíctorElvin Viñas Román, exsecretario de lasFuerzas Armadas; el sacerdote y políticoRogelio Delgado Bogaert, el médico Hu-berto Bogaert Díaz, fundador del InstitutoDermatológico y Cirugía de la Piel; el in-geniero Luis Crouch Bogaert, fundador dela Asociación para el Desarrollo, Inc. (Ape-di); el senador, diputado y exsíndico deSantiago José de Jesús (Ucho) Álvarez Bo-gaert; el exministro de Agricultura y Fi-nanzas y economista Fernando ÁlvarezBogaert, y los empresarios Ewald Theo-dore (Teddy) Heinsen Bogaert y Franklin yGuillermo León Herbert.

Como puede verse, extensísimo y va-riadísimo es el árbol genealógico que tie-ne como tronco a Agustín Franco de Me-dina, el cual integra consanguíneamentea numerosas figuras del acontecer nacio-nal, que con toda seguridad desconocenser parientes.

Instituto Dominicano de Genealogía

El género humano es por sí mis-mo, y no en virtud de otro, sólo sigobierna un Monarca, pues sóloentonces pueden rectificarse losregímenes políticos desviados-es decir, las democracias, las

oligarquías y las tiranías-, que lo someten aservidumbre como podremos observar si re-corremos el mundo y vemos que gobiernanreyes, aristócratas, a quienes llamamos «losnobles», y pueblos celadores de la libertad.Porque siendo el Monarca quien más ama alos hombres, como ya se ha dicho, quiereque todos lleguen a ser buenos, cosa que nopuede darse con gobernantes inmorales....Estos regímenes políticos rectos fomentancon rectitud la libertad, es decir, el que loshombres vivan por sí mismos. En efecto, noson los ciudadanos para los cónsules, ni lospueblos para el rey, sino al contrario, los cón-sules para los ciudadanos y el rey para supueblo; porque, del mismo modo que no sehace el gobierno para las leyes, sino másbien estas para aquél, así también los queviven de acuerdo con la ley no se ordenan allegislador, sino que más bien es éste el queestá en función de aquéllos, como lo afirmatambién el Filósofo en los tratados que nosha dejado sobre esta materia.... Con estoqueda claro también que, aunque el cónsul oel rey sean señores de los demás en razón delos medios, son sus servidores en razón delfin; y sobre todo el Monarca, que, sin lugar aduda, ha de ser tenido por servidor de todos.Puede comprenderse ahora que el Monarcaes necesario por el fin que tiene preestable-cido en la creación de las leyes. Por consi-guiente, el género humano, bajo el Monarca,goza del estado óptimo; de donde se con-cluye que la Monarquía es necesaria parabien del mundo. Dante Alighieri, Monar-quía, Libro XII

Dante Alighieri, nacido en Florencia en1265, fue uno de los grandes del pensamien-to medieval, dedicó su vida a buscar nuevoscaminos del pensar. Algunos autores lo con-sideran como el maestro clave en el procesode transición del pensamiento medieval alrenacentista. La Divina Comedia, conside-rada como la obra maestra de la literaturaitaliana y universal, marcó un antes y un des-pués. Con su complejidad expositiva y su crí-tica al andamiaje político e ideológico de laEdad Media, fue tan contundente en susplanteamientos que trajo como consecuen-cia el inicio de la ruptura con el oscuran-t i s m o.

Dante, además de poeta y escritor, fue unpensador comprometido, por eso no dudónunca en participar activamente en las lu-chas políticas de su época. Fue defensorapasionado de la unidad italiana. Una de susobras políticas cumbre fue sin lugar a dudas,el tratado Monarquía, escrito en 1310. Estapequeña y condensada obra contiene susideas políticas. Defendió con pasión la se-paración de la Iglesia y el Estado.

La obra causó gran impacto cuando apa-reció. Desde entonces ha sido sistemática-mente publicada en diferentes épocas. Unade las más interesantes es la que contiene unestudio preliminar de dos especialistas enhistoria medieval, Laureano Robles Carcedoy Luis Frayle Delgado [i]. Sostienen que estaobra fue políticamente la más influyente detodos sus libros. La Italia del siglo XIV estabaen ebullición. Los conflictos políticos crea-ban un estado de inestabilidad. En las pa-labras de los especialistas: Probablementemovido a escribirla, hacia 1313, en el cercoinfructuoso que Enrique VII de Luxemburgosomete a la ciudad de Florencia, Dante quie-re contribuir a erradicar la anarquía impe-rante de su época, en Italia y, concretamente,en su ciudad florentina.... Dante se muestraaquí como un intelectual a caballo entre laescolástica y el florecimiento de un estilon u e vo. [ i i ]

Gonzalo Montenegro, en un artículo ti-tulado “Dante y su pensamiento político”[iii] sostiene que en toda la obra de Dantehay un trasfondo claro: su ataque a la IglesiaRomana, como puede verse en La DivinaComedia, y, por supuesto, en su obra políticacumbre, La Monarquía. Desde las primeraspáginas del libro se evidencia el duro ataquecontra el Derecho Decretal que el papadoponía en sus acciones políticas. Nos dice el

autor: “Este precepto actúa sobre la base deque la historia de decretos, formulados prin-cipalmente en Bulas Papales, sirva para jus-tificar el poder temporal de la Iglesia Roma-n a .” [iv]

La posición de Dante a la Iglesia Romanaes un certero golpe a la estructura social deMedioevo y las ideas políticas que defen-dían. Dos instituciones, como afirma certe-ramente Montenegro, eran las claves del po-der: el Papado y el Imperio. Ambas teníanprerrogativas muy parecidas, que era la gra-cia divina: “En efecto, el conflicto teórico queenfrentó a ambas instituciones estuvo enbuena medida expresado en términos de re-lación de la autoridad con la gracia divina;esto es sin desconocer...los factores materia-les en que también se expresó el conflicto(guerras, conspiraciones, excomunio-n e s. . . ) [ v ]

La Monarquía europea, dispersa en diver-sos reinos, y el Papa se autoproclamabanelegidos por la divinidad. Esta prerrogativaque cada uno se atribuía para sí provocó ren-cillas y tensiones. Dante apostó a la monar-quía y por eso escribe esta pequeña obra queprovocó escándalo en la sociedad de su épo-ca. Y por supuesto, se ganó el descontento dela Iglesia Católica.

Un elemento interesante que se ha evi-denciado en la historia de la humanidad esque los detentores del poder político, ya seaen las sociedades primitivas, o las socieda-des de la esclavitud, o en el feudalismo, selegitimaba en la trascendencia. Los dioses,de las sociedades politeístas o monoteístas,eran los que designaban a los “e l e g i d o s”. Asípues, esos seres privilegiados por la supuestaelección sobrenatural podían actuar comoquisieran porque su legalidad y legitimidadprovenían de la providencia.

Cuando se iniciaba el resquebrajamientode la sociedad medieval, y aparecieron ideasque contrastaban con el oscurantismo pre-valeciente, se inició el enfrentamiento entrelo viejo-nuevo. Comenzó la crisis Igle-sia-Monarquía. Dante, como vimos, apostóal poder terrenal, la Monarquía. El sentidode sobrevivencia hizo que ambos poderesencontraran el equilibrio y dividieran sus es-pacios de influencia. El Papa se quedó con larepresentación suprema en materia religio-sa y los reyes se autoproclamaron como loselegidos para el poder terrenal.

La Monarquía europea sobre todo, supo yha sabido sobrevivir a las constantes crisiseconómicas, políticas y culturales que se su-cedieron en Europa a través de los siglos. Losúltimos sucesos acontecidos en las monar-quías de España, Holanda, Inglaterra y Bél-gica han motivado mi reflexión. Sobre estetema volveremos en la próxima entrega.

[email protected]@pucmm.edu.do@MuKienAdr iana

A RE Í TO 5Sábado 13 de a b ri lde 2 013 H OY

Empiezo a creer que debe tratarsede una maldad, de una conspi-ración secreta, de un acto de sa-botaje, porque no sé cómo lla-marle de otro modo ni encuen-tro otra explicación posible. No

acabamos de enterrar a uno y ya se nos mue-re el otro. He visto partir a tantos que me dapánico. Primero fue Humberto y años des-pués Enriquillo, y luego Luis y Blas y ahoraArturo, y Villegas que se nos muere, y no sécuántos otros que no recuerdo. Nos vamosquedando solos, irremediablemente solosen esta media isla, sin poetas, sin escritores,sin artistas, sin gente buena, sin amigos, sinlos viejos colegas, sin referentes, solos y va-cíos en medio de esta modernidad ruidosa yt a rd í a .

El tiempo lo devora todo y la muerte siem-pre nos gana la última partida. La noticia dela muerte repentina, inesperada, de ArturoRodríguez Fernández me ha dejado sinaliento. Y trae inevitablemente a mi memo-ria el recuerdo de principios de los añosochenta, aquella maravillosa década de midespertar al mundo, de mi juventud perdida,cuando éramos colegas de oficio. Yo hacíamis pinitos en la crítica de cine en la prensalocal, y él y Armando Almánzar, ya vetera-nos, saludaron mi entrada a ese mundo queera el suyo. Le recuerdo en su cinema Lu-miére, el antiguo cine Elite, primero en laavenida Pasteur y luego en la avenida Inde-pendencia; le recuerdo organizando y diri-giendo las tertulias del cine-club Lumiére,que él fundó, los sábados por la mañana,mostrándonos las buenas películas de su co-lección personal, enseñándonos a ver yapreciar el buen cine de todas las épocas.

Tiempo después abandoné la actividadcrítica para dedicarme a otros proyectos devida y estudios, y sólo volví a ella muy oca-sionalmente, mientras Arturo continuabaen lo suyo, fiel a su único amor de siempre,activo y entusiasta, dedicado por entero a lapasión de su vida. Hablando de cine, siem-pre de cine, casi exclusivamente de cine, cinepor los cuatro costados, cine por boca, ojo ynariz, cine las veinticuatro horas del día, ysólo a veces también de teatro y literatura.Era un cinéfilo empedernido, un comenta-rista constante, un amante eterno de la pan-talla grande, un talento crítico y narrativo. Aveces me parecía frívolo y trivial, porque enesa época yo era muy pretencioso, pero hoydebo reconocer que tal vez nadie en este paíshaya visto y conocido más cine que él, nipuesto más pasión en el comentario y la cró-nica, ni amado tanto cada detalle de la ci-nematografía: temas, argumentos, géneros,historias, anécdotas, vidas privadas de lase s t re l l a s.

Por eso, que el cine siga y Arturo hayamuerto me parece una ironía y un absurdocolosal. El cine sin Arturo. Arturo sin el cine.Arturo dirigiendo su cine-fórum, Arturo pu-blicando sus reseñas cinematográficas enlos periódicos, Arturo escribiendo cuentosformidables, Arturo montando obras de tea-tro y ensayando otros géneros, Arturo ma-nejando su videoclub en Galerías de Naco dela avenida Tiradentes.

Yo leí atento sus libros de cuentos, “Labúsqueda de los desencuentros”, “Subir co-mo una marea”, sus relatos de claro influjocortazariano premiados en los concursos li-terarios de Casa de Teatro. Leí su novela ex-perimental “Mu t a n v i l l e”, un libraco rarísi-mo, tipo tabloide, que se me deshojaba enlas manos mientras lo leía, un libro que sedevoraba a sí mismo, autofágico, en realidaduna novela colectiva, un texto polifónico es-

crito a múltiples voces, completado porotros escritores amigos y por el azorado lec-tor, la historia del Gordo y su mujer.

Hace algún tiempo José Alcántara Almán-zar me pidió cortésmente que escribiera pa-ra una página institucional unas líneas sobre“El sabor de las hormigas”, el último libro decuentos de Arturo Rodríguez Fernández, pu-blicado por el Banco Central. Es curioso: lailustración de la cubierta del libro es un cua-dro de José García Cordero, “Noche roja”, quepor años decora la entrada a la Secretaría delBanco, donde laboro. A José le debo una dis-culpa por mi omisión. Por razones que noacierto a explicarme fui posponiendo una yotra vez la respuesta a su petición. Ahorasiento que es tarde, demasiado tarde, y unsentimiento cercano a la culpa me acosa.Ahora no sirve de nada porque Arturo noverá mi reseña de su libro, ni sabrá que suscuentos me gustaron; no verá más películas,ni las comentará en el periódico o la radio, niescribirá más relatos. Sus párpados se hancerrado para siempre, y ahora junto a su

ataúd, frente a sus restos mortales, ya no séqué guarda su fina retina cinematográfica,qué quedará guardado allá en el fondo de suextraordinaria memoria visual, que es la me-moria del arte del siglo veinte, y sólo deseoque en el Cielo haya butacas y salas de cinepara que él, agnóstico, esté allí sentado fren-te a la pantalla y de pronto se apaguen lasluces y se descorran las cortinas y se encien-da la magia, la linterna mágica, y salgan imá-genes jamás vistas de otro mundo, de pe-lículas jamás filmadas, y se divierta y goce delo lindo y sea feliz, inmensamente feliz por-que el cine es eterno y no conoce la muerte,como Dios.

(Arturo Rodríguez Fernández, escritor y críticode cine, murió el 16 de abril de 2010 en SantoD o m i n go )

Arturo Rodríguez Fernández

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A r t u ro(tres años después)

6 Sábado 13 de a b ri lde 2 013H OY A RE Í TO

La proyección de la narrativa de

José A. AlmánzarC

uando hablamos de una obraliteraria generalmente nos en-focamos en los valores lingüís-ticos, semióticos, discursivos oestéticos que la informan. Tam-bién contextualizamos la pro-

puesta artística dentro del desarrollo de lacultura: muchas veces de la cultura nacional,como conjunto de prácticas que se hace enel tiempo y que sirve como gran acto en elque se despliega o se instala el Ser o nuestraforma de estar en el mundo.

Cada uno de estos presupuestos están ba-sados en una teoría sobre el lenguaje que esparte de las reflexiones que sobre el arte sehan venido discutiendo en Occidente du-rante aproximadamente siglo y medio. Lasteorías son diversas. En nuestra expresión seencuentran ellas como si construyéramos odes-construyéramos el mapa sígnico y dis-cursivo de lo que somos o aspiramos a ser.

Un aspecto que casi nunca tocamos es larelación que ha tenido la obra literaria de unautor determinado como valor de circula-ción, como apreciación de otros lectores.Aunque sabemos que pertenecemos a esaotredad, no la acabamos sino que la inicia-mos o continuamos. Y esto es lo que me pro-pongo en las líneas que siguen. Luego de es-tablecer un canon de la narrativa de José Al-cántara Almánzar debo pasar a señalar có-mo la obra de este importante autor se hadifundido y se ha leído fuera de su medioc u l t u ra l .

Son muchas las ediciones que han tenidolos cuentos de este ensayista y narrador. Paramuestra presento la siguiente lista de sus pu-blicaciones en el exterior, con traducciones adistintos idiomas, como el alemán, al quefue vertido su cuento “El muertico”, bajo eltítulo “Das tote Kind”, y que apareció en laantología Den Tod sterben und das Leben.Dominikanische Erzählungen der Gege-wart. Hereausgegeben von Frauke Gewecke.Frankfurt am Main, Verveuert Verlag. Ale-mania Oriental, págs. 100-111, en 1989. Enfrancés apareció su cuento “Ru i d o s”, bajo eltítulo de “Br uits” en la obra De la Seine auCamú. Un siècle des nouvelles dominicai-nes, selección y prólogo de René RodríguezSoriano, traducido por André Charland, ypublicado en Santo Domingo por Edicionesde la Secretaría de Estado de Cultura en mar-zo de 2009, páginas 111-122.

Pero es en inglés donde ha sido vertidauna mayor cantidad de sus relatos, como “Lainsólita Irene” traducida como “My SingularIre n e”, que apareció en la revista Callaloo 12(1), págs. 74-78, de The Johns Hopkins Uni-versity Press, Baltimore, MD, en 1989; mien-tras que “Lulú o la metamorfosis” fue tra-ducido como “Lulu or the Metamorphosis”,en Remaking a Lost Harmony. Stories fromthe Hispanic Caribbean editado por la es-tudiosa de Juan Bosch Margarita Fernán-dez-Olmos y Lizabeth Paravisini-Gerbert,publicado en New York por la editorial WhitePine, págs. 93-101 en 1995. También el cuen-to “V iajeros” como “Tra ve l e r s”, apareció enLatin American Literature and Arts. Ediciónde la Americas Society número 52, págs.53-57, de 1996. El cuento “La obsesión deEv a” también fue publicado más tarde como“Ev a’s Obsession”, en la revista Callaloo nú-mero 23, págs. 923-929, en el verano de 2000junto a “Te n t a c i o n e s” como “Te m p t a t i o n s”,Callaloo 23, págs.930-935, del mismo año yel cuento “Con papá en casa de madameSo p h i e” como “With Dad at Madame Sop-h i e’s”, “El zurdo” como “Lefty”; “En alta mar”como “On the High Seas”, págs. 952; “Él y ellaal final de la tarde”, como “He and She at theEnd of an Afternoon”, págs. 955-959, conmotive de la salida extraordinaria de la re-ferida revista en su aniversario vigésimoquinto en 2001 junto a “La insólita Irene”como “My Singular Irene”, páginas 3-10.Además el cuento “Lulú y la metamorfosis”fue traducido con el título de “Lulu or theMe t a m o r p h o s i s” y publicado en Our Carib-bean. A Gathering of Lesbian and Gay Wri-ting from the Antilles; editado y prologadopor Thomas Glave, de la editorial Duke Uni-versity, Durham, London en 2008 y apareceen las páginas 13-20.

También el cuento de Alcántara Almánzar“Rumbo al mar” fue traducido por Luis Guz-

mán Valerio y publicado en la Revista Sar-gaso en 2009 en las páginas 17-20, bajo eltítulo “Seward Bound”. Un cuento fue tra-ducido al islandés, “La insólita Irene”, como“Hin ótrúlega Irene” y aparece en la anto-logía de Erla Erklendsdóttir og Kristín Gu-drún Jónsdóttir, Svo Fagurgrænar og friósa-mar. Háskólaútgáfan. Reykjavík, Islandia enel 2008, págs. 81-86 y 326-332. Finalmentefueron traducidos al italiano los cuentos “Enalta mar” y “Pre s a g i o s”, como “In alto mare” y“Pre s a g i ” y publicados en la revista L’imma -ginazione, número 162 de noviembre de1999, mientras que los cuentos “La insólitaIre n e” (“L’insolita Irene”), “En alta mar” (“Inalto mare”) y “Lulú o la metamorfosis” (“Lu l úo la metamorfosi”) aparecen en I cactus nontemono il vento. Racconti da Santo Domin-go, una selección del profesor Danilo Ma-nera de la Universidad de Milán para la edi-torial de Giangiacomo Feltrinelli en 2000,publicados en las páginas 167-174, 175,176-186. Otros cuentos de Alcántara Almán-zar han aparecido en español en el extran-jero. No los vamos a enumerar aquí para noagotar la paciencia del amable lector.

La obra de José Alcántara Almánzar ha si-do objeto de estudio en varias universidadesfuera de la República Dominicana, como latesis de la doctora Nívea de Lourdes Torresen el Centro de Estudios Avanzados de Puer-to Rico y Caribe titulada El enigma de lasmáscaras: la narrativa de José Alcántara Al-mánzar publicada por Editorial Isla Negra en2002. Este estudio de 345 páginas constituyeuna excelente aproximación a partir de unmétodo que une las formas narratológicas,el esquema actancial de Mieke Bal, y el aná-lisis temático-semántico de lo grotesco y lomaravilloso, unido a una visión de la obranarrativa como neorrealismo social y neo-rrealismo psicológico.

Esta obra acierta en contextualizar la es-critura de narrador y crítico literario dentro

de una amplia corriente neorrealista de laliteratura hispanoamericana. Se podría pos-tular que la obra de Alcántara se caracterizapor un trabajo de la escritura que no aban-dona la representación de las dificultades dela gente de abajo, lo que se manifiesta en eltema de la pobreza, la persecución política yel papel que juega la mujer en la sociedad.Temas que el narrador trabaja con maestría ydentro de las técnicas y estilos narrativos quevan desde la escritura de ur-tipo de JuanBosch y Horacio Quiroga hasta las técnicasusadas por los autores del llamado Boom la-tinoamer icano.

En el tema del neorrealismo social, másallá del realismo social de Juan Bosch y losescritores de las décadas de 1930 y 1940, co-mo José Luis González y Emilio S. Belaval, enPuerto Rico, y Jorge Onelio Cardoso, en Cu-ba, realiza Almánzar un despliegue inusita-do de significados producidos por narrado-res en primera y tercera persona medianteun lenguaje sencillo que no imita la colo-quialidad del hablante, pero que no deja derecuperar un habla dominicanista de fuertesrasgos populares.

José Alcántara Almánzar toma el cuentomodélico de Bosch y lo despliega hacia laciudad y sus alrededores, sin alejarse de au-tores de la generación precedente como Mi-guel Alfonseca y René del Risco y Marcio Ve-loz Maggiolo, autores que como él han bus-cado desvelar ante los ojos de los lectoresuna relación nueva entre el tiempo y el es-pacio, cronotopo que se abre en la décadadel sesenta en la cultura dominicana.

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José Alcántara Almánzar

A RE Í TO 7Sábado 13 de a b ri lde 2 013 H OY

En torno al libro y

la FeriaE

n varios círculos, intelectuales,políticos y en medios de comu-nicación, he planteado la nece-sidad de que el Estado, a travésdel Ministerio de Cultura, esta-blezca un subsidio a las librerías

más tradicionales del país, porque corren elriesgo de desaparecer. Son muchas las quehan cerrado y otras subsisten a duras penas,sus dueños endeudándose, aferrados a suspequeños negocios con la esperanza de quelas cosas mejoren. Ha habido intentos paraayudar al sector del libro; esto es a las edi-toriales, distribuidoras y librerías, por mediode la Ley del Libro y de Bibliotecas, prin-cipalmente. Pero sabemos que nuestro paísestá dotado de todas las leyes habidas y porhaber; el problema radica en que no se apli-can, que al paso de los días se convierten enletra muerta y hay que tener una voluntadmuy fuerte para vivir peleándose con mu-chos sectores para lograr la aplicación de laspartes fundamentales de cualquier ley. Conla Ley del Libro y Bibliotecas no ha sucedidoalgo distinto a lo acontecido con otras.

Cuando he hecho mi planteamiento entorno al subsidio a las librerías algunas per-sonas se han reído en mi cara, otras me handicho que soy un iluso. Y yo les he recordadoque en este país el Estado bota al zafacónmás de mil quinientos millones de dólarespara subsidiar la energía eléctrica para be-neficiar a clientes que se la roban pudién-

dola pagar, y a clientes que la reciben gratisporque no los obligan a pagarla. Aquí sub-sidiamos al Metro, a la Caasd, a los produc-tores agropecuarios, a los empresarios deldesorden del transporte, a empresas extran-jeras, incluida la Barrick Gold. Y algunos seasombran y tildan de insensatez un subsidioa las librerías, que no pasaría de diez mi-llones de pesos anuales.

La pasada semana la ministra de culturafrancesa, Aurélie Filipetti, anunció un planpara proteger las librerías independientes.“Hace falta mantener el equilibrio entre losactores de la cadena del libro. Si esa red sedesintegra, la economía de la edición en sutotalidad estará en peligro”, aseguró. Y paraevitar ese desastre informó que el gobiernogalo destinará 5 millones de euros para lacreación de un fondo de apoyo a las libreríascon problemas de tesorería y aumentará de4 a 7 millones las subvenciones al gremio delibrerías que gestiona la asociación ADELC.Se toman estas medidas, apuntó Filipetti,para evitar que Francia “corra la misma suer-te que Estados Unidos” donde prolifera elcierre de librerías y cada vez hay más obs-táculos para la creación y la edición. Los li-breros franceses han aplaudido la medida.

Muchos argumentarán que RepúblicaDominicana no es Francia y tienen razón.Aquí la cultura es vista por las élites como ungasto innecesario y al 99 por ciento de la po-blación este tema no le produce ni frío ni

calor. Pero cuando una sociedad ignora algotan trascendente para su desarrollo integrales a los actores de la cultura y principalmen-te a las autoridades oficiales que les corres-ponde levantar la voz y los puños para re-clamar la atención debida al tema.

La Feria del LibroDurante las discusiones del equipo téc-

nico de cultura que trabajó en la campañadel hoy presidente Danilo Medina se planteóla necesidad de reorientar a la Feria Inter-nacional del Libro de Santo Domingo y re-ducir su tamaño. Tengo entendido que lasactuales autoridades del Ministerio de Cul-tura se encaminan en esta dirección y estaferia será más del libro que una feria del es-pectáculo y las muchedumbres.

Pienso que la Feria del Libro no ha tenidoun gran impacto en el libro y la lectura por-que se ha limitado a ser un evento en el quese invierten sumas millonarias y no se haacompañado con campañas masivas depromoción del libro y la lectura. El fallidoPlan Quinquenal del Libro y la Lectura fueun intento que se quedó en papeles, y el planque ha anunciado el Ministerio de Educa-ción conjuntamente con el de Cultura no lo-grará un despertar en los dominicanos res-pecto al libro. Sustento esta apreciación en elhecho de que en una sociedad que no estámotivada en torno a la lectura es necesariohacer proyectos de mayor calado y enver-gadura. La lectura, un componente de la for-mación cultural clásica, hay que vendérselaa esta sociedad tal como se le ha vendido laidea de que la educación es la base del de-sarrollo. Hay que recordarles a los domini-canos que educación y cultura son procesossiameses; que la cultura es parte elementalde la educación; que la cultura no es un lujode engreídos y seres que se creen superio-re s.

El libro y la cultura en sentido general ne-cesitan una movilización permanente de susprotagonistas; pero necesita ante todo que elEstado asuma el rol que le corresponde co-mo responsable de todas las políticas pú-blicas que buscan elevar la condición hu-mana de los dominicanos.

El libro en los tiempos de Facebook y otrosa r t i lu g i o s

A veces medito acerca de lo que está pa-sando con los niños, adolescentes y jóvenesadultos respecto al uso que están dando a lastecnologías que compiten con el libro y otroscomponentes esenciales de la cultura, y elpesimismo abruma. No hay maneras de queestas generaciones quieran dedicar una odos horas semanales a la lectura. Están su-mergidos en su mundo virtual y no quierensalir de éste. Por eso es que insisto en la ne-cesidad de grandes planes de promoción dela lectura en que se involucren las escuelas,las iglesias, los colegios privados, las univer-sidades, las Fuerzas Armadas, la Policía Na-cional, los ayuntamientos, llamados a jugarun papel de primer orden en materia cul-tural, las familias, todo bajo la égida de lainstitución llamada a comandar todos losesfuerzos en este sentido, el Ministerio deCultura, que tiene que ser capaz de conver-tirse en el motor, en el líder que señale elcamino, que trace las pautas.

Si no le ponemos atención a este proble-ma seguiremos abonando el terreno para se-guir engrosando esta sociedad discapacita-da mentalmente que tenemos. Si no le da-mos ahora la importancia que el tema ame-rita dentro de unos años los esfuerzos ten-drán que ser titánicos y la inversión de re-cursos cuantiosa.

Si aspiramos a tener en un futuro no muylejano una sociedad más equilibrada en ma-teria económica no podemos perder de vistaestos temas que tienen que ver con eso quenos engrandece y nos hace estar mejor pre-parados para asumir los cambios y retos, quecada día son más rápidos y enormes.

Como iluso, aspiro a que en un tiempoprudente en cada parque municipal hayauna caseta dedicada a la venta de libros. Es-toy convencido de que si apareciera finan-ciamiento a través de la llamada banca so-lidaria muchos serían los interesados en ins-talarlas y convertirse en pequeños empre-sarios. Aspiro a que en cada parada del Me-tro haya un kiosko dedicado a la venta del i b ro s.

Pero el Ministerio de Cultura debe crearlas condiciones para que estos libros les lle-guen a estos centros de venta a precios ase-quibles para los posibles adquirientes. As-piro a que el Estado le entregue un juego delibros a cada alfabetizado a través del plan dealfabetización Quisqueya Aprende Contigo,para que continúen entrenándose.

Y estoy convencido de que cuando el librosalga del terrible anonimato a que lo hemoscondenado, cuando lo exhibamos, muchagente empezará a mirarlo no como un ob-jeto extraño sino como algo cercano y suyo.

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8 Sábado 13 de a b ri lde 2 013H OY A RE Í TO

La imposición históricade la cultura taínaDe este Güiro-amargo o Guayo… se hace el instrumento músico-rústicoexplicado en la voz Calabazo, que también denominan Güiro oGüiro-Calabazo. (Pichardo, “D i cci o n a ri o … ).

Por la reveladora afirmación dePichardo, de que el nombre deGuayo, palabra taína que expli-ca la acción harto conocida deguayar, denominaba también elobjeto-fruto de que se hacía

(Güiro), podríamos deducir un suceso an-tecedente a la idea de hacer de este elementoun objeto para hacer música, escondido enlos lejanos ancestros y que en algún mo-mento y por alguna razón o suceso especial,el evento mismo le bautizara con este nom-bre. Es obvio que así le llamaban los taínosdesde antes de la llegada de los coloniza-dores españoles, quienes usaron el vocablo“c a l a b a zo” para identificarle. De las poste-riores inserciones africanas no se registra,hasta hoy, ninguna voz idiomática con quelos negros le identificaran que no haya sido,precisamente, los mismos vocablos de losaborígenes: güiro y guayo, lo cual los haceexcluyentes y descarta la posibilidad del ori-gen africano, aunque es posible que se co-nociera de su existencia en tan amplio con-tinente como objeto de diferente experien-cia y uso entre algunas de sus numerosassubculturas tribales. Sin embargo, la lógicanos lleva a asumir que si la cultura de nues-tras africanías hubiesen sido quienes apor-taran el instrumento que los taínos identi-ficaban como “g ü i ro” o “g u a yo”, partiendo delo que ha sido la incidencia de la vigorosaimposición de su cultura instrumental y mu-sical en todos los lugares donde penetraronen el continente, debió haberse impuesto eldenominador africano y no el de una raza ycultura desaparecida en el proceso hace cin-co siglos.

“G u ayo —Aparato para rallar la yuca usado porlos indios. (“I n d i ge n ism o s ”, p. 733).

En una inobjetable referencia de doñaFlérida de Nolasco en sus “Vibraciones delt i e m p o” aparece con gráfica elocuencia loque hubo de ser desde los primeros tiemposesclavistas la natural fusión de culturas abo-rigen-africana, entramada en el contexto dela cultura dominante española. Esto fue ver-tebrando y espesando la sustancia cultural eidiosincrásica del ser criollo, expresión queperduró en este ejemplo que lo evidencia,hasta el extremo de ser preservada en susdetalles en el tiempo, y teatralmente repre-sentada como expresión viva para ser re-creada en nuestras fiestas de pueblo, notán-dose, aun en la época en que se recoge eldato, 1747, a más de dos siglos y medio deldescubrimiento, absoluta carencia de ras-tros de referencias sobre nombre africano al-guno para el guayo o para el acto rítmico ysonoro del guayar, elemento fundamentalque impregnaba de vida el canto aborigen, ydonde el mismo constituía la materia inte-gral y entusiasmante del ritual en la fiesta delas fábricas del casabe. Ritualidad que los ne-gros, necesaria y lógicamente, tuvieron for-zados a aprender, y luego, enfrentando sutrágico destino con instintivo escapismo desupervivencia y dolorosa nostalgia, adapta-ron e integraron a su nueva vida, aportandosus instrumentales de tradición africana,convertidos en expresiones de factura localde creatividad improvisada, construidos uti-lizando los elementos que el medio apor-tara; adulterando, consciente o inconscien-temente, sus perdidos conceptos rítmicos ysus lejanas sonoridades, así como sus cantos“al modo de Guinea”, partiendo de que, paraaquellos grupos esclavos “m i n a s” ampara -dos, estas eran novedades y experiencias vír-genes, desconocidas en sus lugares de ori-gen. Doña Flérida valida la incisión aborigensobre la importación africana cuando dice:

“En este documento puede observarse laconjunción de una tradición indígena: lafactura del cazabe, y una negra; el canto ‘almodo de Guinea’. En cuanto a los atabales,pertenecen a ambas tradiciones”.

Aquellos “c a n t o s” no existen… Como esecasabe, otros rasgos de excepción, histórica,genética y culturalmente asumidos, marcan,distinguen y fortalecen una cultura de iden-

tidad que perdura. Es este denominador co-mún lo que nos ha unido y transformado enentes que sienten y piensan en función deun mismo pueblo, comprometidos desdemucho más allá de un mismo origen his-tórico. No precisamente partiendo del injer-to colonizador español, sino del pueblo tras-cendente y valeroso, que por siglos respiraray conformara nuestra herencia sobre losvientres tranquilos de esta tierra, cuandoaun la huella europea no había lastimado elnervio colonizador de nuestra historia.

“Ataba l ” es instrumento músico “ES PA Ñ O L”,no puede corresponder, científica y cultural-mente “a ambas tradiciones”. Con el uso pa-saría a nominar algunos grupos de tamboresa fr ica n o ides :

“Atabal: una membrana tensada sobre un re-cipiente semiesférico, predecesor del timbal.Solía acompañar a las trompas en manifes-taciones musicales de tipo bélico o heráldico”.

“Ca n u to” es la flautilla de caña-brava. Las Ca-sas, comentando la visita de Anacaona y Bo-hechío a la nave del Adelantado, deja claro aqué cultura pertenecían aquella “f la u t i l la”, y el“ta mb o r i n o” “de un calabazo con dos pieles deju t í a”:

“llegados como dicen los marineros abordo, que es justo a la carabela, comenza-ron a tañer un tamborino y la flauta y otrosinstrumentos que allí llevaban, y era mara-villa como se alegraban”.

El cuadro transpira una vitalidad sudo-rosa en parte y nos deja imaginar una plás-tica de colores brillantes y soleados, de res-ponsorios, tambores y ritmos afiebrados de“cr iollez” de los negros angoleños de Los Mi-nas, mezclados como las tonalidades quematizaron el origen; la plaza rodeada de mo-zas rosadas y morenas hermosas en trajes deépoca y sombrillas, caballeros de bastón yleontina rodeando en el paseo las rutas de

adoquines en la ciudad adornada de luces,hasta la plaza contigua al Convento de mon-jas de Regina Angelorum, quienes desde susbalcones alfombraban el camino arrojandoal paseo puñados de flores, mientras vola-ban las campanas revoloteando como pa-lomas sobre la vieja ciudad. El guiño y la son-risa amorosa detrás del abanico y la ciudadalegre y coqueta cerrando los portones delanochecer de romántica poesía y serenatasmadrugadoras de enamorados:

“Aquí terminaba dicha calle con un Arco,que por ser del gremio de los labradores es-taba vestido de verdes ramos de arraiján ylaurel, esmaltado de diferentes frutas contan grande arte, que aportaba lucimientocon todos los demás Arcos triunfales, sinembargo de estar adornados (los otros) depreciosas telas, pinturas, espejos y otras al-hajas de oro, plata y cristal, y geroglíficos dediferentes alusiones. Y por más excesivo sig-no de este gremio, se figuraba (se represen-taba a lo vivo) en una plazoleta inmediatauna estancia de agricultura con sementerasy todos sus artributos, y muchos negros:unos pacotando o raspando yucas, otrosguayándolas, y otros tocando atabales y ca-nutos, y todos ellos cantando al modo deGuinea, como se practica en las estancias deesta Isla cuando se fabrica el cazabe”. (Vi-braciones del...p. 60-1).

Nuestras mujeres aborígenes utilizaban elsonido raspador del guayar como base rít-mica en el ritual al rallar la yuca. Sobre eseritmo guayador cantaban y acompasabansus cantos responsorios en conjunto:

“La fabricación del casave estaba enco-mendada a las mujeres, y cuenta Casas quese juntaban muchas para rallar las raíces deyuca, i solían cantar ‘cierto canto que teníamui buena tonada’” (“In d i g e n i s m o s”, E. Te-jera, 368).

Es la similitud de ese peculiar sonido alguayar la yuca en el ritual del casabe, lo quelleva a identificarlo con el raspado del güiro,que ya conocían y utilizaban en sus fiestas yrituales, por lo que devienen en llamar con elnombre de guayo al güiro, al que los espa-ñoles llamaron a su vez “c a l a b a zo”.

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