8
Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 30.04.2016 MU KIEN SANG Amnesia generalizada Página 4 ARQUITECTURA y mitos A través de la historia las calles, el santuario, los puentes y los edificios representaron el espacio transfigurado por la mano hacedora del hombre dialogando con sí mismo y con el entorno que le protegía o agredía. Pá g i n a 7 ¡Era hora! PICHIRILO El pasado sábado fue puesto en circulación el libro “PICHIRILO el comandante popular”, autoría del doctor Pedro A. Pérez A. y del ingeniero Juan F. García S., obra impresa por la editora Amigo del Hoga. Pá g i n a 5 MERCEDES MOTA Mujeres dominicanas Atormentadas La carta misma de Mercedes Mota aclara que Pedro Henríquez Ureña fue quien le escribió primero: «Debido a mis ocupaciones, me fue enteramente imposible contestar antes su bien redactada al par que afectuosa carta». Pá g i n a 3 EL DIBUJO En las colecciones dominicanas Página 2

Areíto 30 de abril, 2016

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: Areíto 30 de abril, 2016

A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 3 0.04 .2 016

MU KIEN SANG

Amnesia ge n e ra l i za d a Página 4

A RQ U I T EC T U R Ay mitosA través de la historialas calles, el santuario,los puentes y losedificios representaronel espacio transfiguradopor la mano hacedoradel hombre dialogandocon sí mismo y con elentorno que le protegíao agredía. Pá g i n a 7

¡Era hora!P I C H I R I LOEl pasado sábado fuepuesto en circulaciónel libro “PICHIRILO elcomandante popular”,autoría del doctorPedro A. Pérez A. y delingeniero Juan F.García S., obra impresapor la editora Amigodel Hoga. Pá g i n a 5

MERCEDES MOTAMujeres dominicanasAto r m e n ta da sLa carta misma deMercedes Mota aclaraque Pedro HenríquezUreña fue quien le escribióprimero: «Debido a misocupaciones, me fueenteramente imposiblecontestar antes su bienredactada al par queafectuosa carta». Pá g i n a 3

EL DIBUJOEn las colecciones dominicanasPágina 2

Page 2: Areíto 30 de abril, 2016

2 Sábado 30 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

Zona

Are

itoZo

na A

reíto

Nicolás Berdiaeff (Pensador y escritor ruso)La libertad en la vida social debe dar a todo hombre laposibilidad efectiva no sólo de cubrir las necesidades desu existencia, sino la posibilidad de manifestar sus energíascreadoras y de realizar su vocación.

En la Escuela Nacional de Artes Visuales

¡El dibujo en lascolecciones dominicanas!

E l 19 de agosto de 1942, como resul-tado de la entrega visionaria y apa-sionada del Dr. Rafael Díaz Niese(1897-1950), inicia su actividad la

Escuela Nacional de Bellas Artes. El escul-tor español Manolo Pascual (1902-1983)fue designado como primer director, asis-tido por George Hausdorf (1894-1959), Jo-sep Gausachs (1891-1959), José Vela Za-netti (1913-1997), Ángel Botello Barros(1913-1986), Ernesto Lothar (n.1906), Jo-seph Fulop (1898-1983) y Mounia L. André(n.1911). Asimismo, Díaz Niese refuerza elcuerpo docente de la Academia con los do-minicanos Celeste Woss y Gil (1891-1985),Yoryi Morel (1909-1979) y Darío Suro(1918-1998).

Entre los máximos resultados de la pri-mera década de la “Academia dominicana”,destaca un selecto grupo de artistas-edu-cadores que aportarán las bases filosóficas,poéticas y conceptuales para una elabora-ción especializada de nuestra polisíntesiscultural identitaria, es decir, para llegar aconfigurar, transfigurar, transparentar y sig-nificar el proceso originario de la domini-canidad a través de la imagen.

Un caso especial es el de Jaime GonzálezColson (1901-1975), quien se había marchadoa Europa en 1919, estableciéndose entre Bar-celona y París. Luego pasa a México (1934) yCuba (1938). Retorna al país en 1952, inte-grándose de inmediato a la docencia e in-fluyendo profundamente en la formación ypersonalidad de una serie de artistas claves delas generaciones de los 60 y 70.

Tal como apunta el artista e investigadorManuel Toribio, pasado director de la“siempre gloriosa” Escuela Nacional de Be-llas Artes, denominada hoy Escuela Nacio-nal de Artes Visuales (ENAV)-: “Co l s o n ,consumado maestro de brillante intelecto,no solo desveló el pensamiento de la mo-dernidad para el arte dominicano, sinoque infundió en su discipulado la pasiónpor lo bello en el dibujo. Los testimoniosvivos de discípulos cercanos, como Ama-ble Sterling o Norberto Santana, así loc u e n t a n”...

Precisamente, Manuel Toribio, AlonsoCuevas y Miguel Valenzuela, actual direc-tor de la Escuela Nacional de Artes Visua-les, son los principales responsables de laimportante exposición titulada “El Dibujoen Colecciones Dominicanas”, abierta des-de la noche del pasado miércoles 20 deabril en la sala de exposiciones Jaime Col-son de la ENAV y en la cual se puede apre-ciar cómo los maestros fundamentales dela plástica dominicana de la modernidadhan dejado excelentes muestras de su pro-ceso creador y de su producción simbólica,especialmente a través de la disciplina pri-mordial del Dibujo.

“El Dibujo en Colecciones Dominica-n a s” es una muestra que tiene múltipleslecturas y distintos significados en el con-texto cultural dominicano de la actualidad.

Primero, se constituye en una verdaderafuente nutritiva para los amantes y estu-diosos de nuestras artes plásticas. Segun-do, motiva el conocimiento sobre los fun-damentos del hecho plástico, el coleccio-nismo, la conservación y la investigaciónprofunda en torno a la producción y la rea-lidad artística del país. Tercero, se trata deuna reafirmación del compromiso, tantopor parte del Ministerio de Cultura comode los organizadores y colaboradores, conla revalorización de las aportaciones de es-tos grandes creadores que también se con-sagran desde el magisterio fructífero ye j e m p l a r.

Además de un excepcional dibujo alcarboncillo sobre papel de Abelardo Ro-dríguez Urdaneta (1870-1933), procedentede la Colección Ceballos Estrella, la expo-sición incluye dibujos representativos dealgunas figuras notables de la generacióndel 40, así como de los primeros egresadosde la Escuela Nacional de Bellas Artes: Ra-fael Arzeno Tavárez (1914-1972), Suro,Gausachs, Hausdorf, Pascual, Eugenio Fer-nández Granell (1912-2001), Marianela Ji-ménez (1925-2013), Gilberto HernándezOrtega (1924-1978), Clara Ledesma(1924-1999), Eligio Pichardo (1930-1984) yDomingo Liz (1931-2013).

Asimismo, esta exposición que presentala ENAV, localizada en la calle El Conde 59esquina Isabel La Católica, Ciudad Colo-nial, es una investigación sobre el dibujo yaconvertido en lenguaje y categoría autó-nomos en la tradición artística dominica-

na. La exposición incluye artistas de cuatrogeneraciones. El conjunto nos permiteapreciar cómo la “Academia dominicana”aporta un constante flujo de generacionesartísticas durante las últimas siete déca-das, así como la forma en que juegan estoscreadores excepcionales con la línea, el es-pacio, las luces y las sombras para pene-trar, expresar y representar las escisionesmás profundas de la realidad, la materia, lacorporeidad, la espiritualidad y la cons-ciencia identitaria.

La lista de artistas seleccionados la com-pletan Paul Giudicelli (1921-1965), GuilloPérez (1924-2014), Ramón Oviedo(1927-2015), Soucy de Pellerano(1928-2014), Fernando Peña Defilló (1928),Ada Balcácer (1930), Silvano Lora(1931-2003), Aquiles Azar (1932-2015),Cándido Bidó (1936-2011), Asdrúbal Do-mínguez (1936-1987), José Cestero (1937),Leopoldo Pérez-Lepe (1938), Rosa Tavárez(1939), José Rincón Mora (1939), José Ra-mírez Conde (1940-1987), Félix-Coco Gon-tier (1941), Amable Sterling (1941), Iván To-var (1942), Norberto Santana (1943), ElsaNúñez (1943), Ángel Haché (1943) y Vicen-te Pimentel (1947).

“Hemos querido hacer un reconoci-miento a todos, aunque, fue la partida delos que convivieron con nosotros lo quenos impulsó, en última instancia, y lo con-virtió en un acto absolutamente necesario.Los encuentros con Elsa Núñez, la inicia-dora de la idea de exposiciones antológicasdedicadas a esos grandes artistas, fueroncr uciales.

Cada conversación con Elsa era unaevocación obligada de nuestros amigosmuertos: Bidó, Marianela, Guillo, GasparMario Cruz, Prats-Ventós, Soucy, DomingoLiz…Por eso, nos alegra la labor de MildredCanahuate desde la Fundación-Museo delDibujo Contemporáneo y su galería, parasituarlo, de cara al público, en el lugar pres-tigioso que le corresponde”, sostiene Alon-so Cuevas, principal comisario de la mues-tra, así como uno de los maestros más res-petados por los artistas de las nuevas ge-n e ra c i o n e s.

ARTE CONTEMPORANEO Amable López Meléndez

Ab elardoRo dríguezU rd a n e t a .Retrato deun señor.Carb oncillos obrepap el.

M ig u e lVa l e nzu e l a ,Alonso Cuevasy ManuelToribio en laE N AV.

Jaime Colson. Mulata. Mixta sobre papel, 1954.Cortesía de la Galería Arawak. Ada Balcácer. Medusa. Mixta sobre papel, 1971.

Josep Gausachs. Composición con desnudos.Mixta sobre papel. Colección Ceballos Estrella.

FUENTE EXTERNA

Page 3: Areíto 30 de abril, 2016

A RE Í TO 3Sábado 30 de a b ri lde 2 016 H OY

Mujeres dominicanasator me nt ada sMercedes Mota: Correspondenciacon Pedro Henríquez Ureña (5)

L a primera carta de Mercedes Mota(MM) a Pedro Henríquez Ureña(PHU), recogida por Bernardo Vega(“Treinta intelectuales dominicanos

escriben a Pedro Henríquez Ureña”. SD: Aca-demia Dominicanade la Historia., 2015) esde fecha 3 de febrero de 1898. El editor re-salta un dato de la misiva: ella tiene 18 años,él 14. (Abrevio esta obra: BV, más el númerode la página. Aquí,61).

Es posible que entre ambos personajeshaya habido correspondencia cursadamientras PHU vivió en Cabo Haitiano con supadre y hermanos (Fran y Max) luego de lamuerte de su madre, Salomé Ureña, el 6marzo de 1897, y que esas cartas se hayanperdido o estén extraviadas.

La que no se extravió fue la que MM envióa PHU desde Puerto Plata el 3 de febrero de1898. Ya PHU había llegado a Santo Domin-godel 1 al 2 de febrero, explica en sus “Me -mor ias” (México: FCE,49).

Cuando salió del Cabo pasó junto a Franalgunos días en Puerto Plata. De seguro in-teractuó con Mercedes Mota y su hermanaAntera, pues se conocieron cuando Salomévino en busca de la salud a esta ciudad enjunio de 1896. Pero ni una sola alusión a MMen este pasaje de las “Memor ias”: «Al ir encamino a Santo Domingo, me detuve enPuerto Plata tres o cuatro días, en casa de[José] Dubeau, el amigo de mi padre, mien-tras llegaba el vapor que debía conducirme ami ciudad.(Pp. 49-50).

Es posible que PHU yerre en la fecha de lle-gada a la Capital. Si pasó tres o cuatro días enPuerto Plata y MM fechó la suya el 3 de febrero,en respuesta a la de PHU despachada entre 1 y2, se me hace cuesta arriba que llegara a la Ca-pital en esa fecha. Los barcos tardaban mínimodía y medio en ir y venir de Puerto Plata a laCapital. Es posible que su llegada fuera a finesde enero, entre el 25 y el 30. Y se trata de unacarta despachada por vapor.

La carta misma de MM aclara que PHUfue quien le escribió primero: «Debido a misocupaciones, me fue enteramente imposi-ble contestar antes su bien redactada al parque afectuosa carta». (BV, 61).

La alusión a ella y Antera está antes, y muyamplia (“Memor ias”, pp.42-43), y data de ju-nio de 1896 cuando PHU tenía 12 años, mien-tras que para la fecha de la carta de 1898 deMM que analizo, ya rondaba los 14. Hubo unacorriente de mutua simpatía entre ambospersonajes, y aunque en PHU comenzaba adespertar, no puede decirse todavía que al-canzara la concepción madura del amor.MM, sí, que había alcanzado los 18 años.

PHU lo deja muy explícito en un ampliopasaje de sus “Memor ias”, relativo a su es-tancia en el Liceo Dominicano:«… ya habíallegado yo a la edad en que, sobre todo en lasAntillas, los adolescentes principian a inte-resarse por todas las cosas de la vida de losadultos, y a alardear de hombres, y mi inex-periencia no me permitía hacer tales alardes,ni tampoco me venía el deseo el hacerlo. Co-nocí entonces, en una fiesta en casa de pa-rientes de mi padre, a Blanca, adolescenteque pertenecía a una familia de mujeres be-llas; y tuve por ella amor infantil y tranquilo.Pero no era mi suerte poder gozar en paz demis aficiones; mis mejores tiempos en eseamor (el primero de que me daba cuenta,pues antes mi propia madre había impedidoque se me hicieran alusiones mortificantessobre el cariño que había mostrado por cier-tas niñas, especialmente por la hija de undiplomático venezolano, fueron breves díasen que iba a la iglesia de Regina Angelorum,en las noches de mayo, cuando Blanca asis-tía a las fiestas del mes consagrado a María».(“Memor ias”, 52-53).

Estas confesiones de PHU dan pábulo pa-ra afirmar que, de su parte, el amor carnal nohabía despertado todavía y que, en conse-cuencia, no puede inferirse de la relaciónpuramente amistosa y literaria que mantuvocon MM que ella despertara en él, no así qui-zá en ella, las flamas del sexo.

La confesión, freudiana, de la interdicciónde la madre en el sentido de que no se ha-blara de ese tema a su hijo implicaba ya unprincipio de castración que los largos añosde estudio reforzarán hasta su tardío matri-monio con Isabel Lombardo Toledano el 23de mayo de 1923, es decir, cuando tenía 39años cumplidos, pero con algunas aventu-rillas a cuestas en los Estados Unidos y Mé-xico, tal como se lo recordó su primo Phocas,seudónimo de Enrique Apolinar Henríquez,quien le escribió a PHU desde La Habana el4/7/1908: «Ya aquí se sabe de tus camara-derías con la tal Madame Wolf, cuyos ser-vicios no me dejaste utilizar, bellaco. Esa es lavenganza que tú me enteres de lo que debayo hacer». (BV, 207).

Desde Nueva York, Phocas le escribe aPHU, en México, una carta procaz: «[Jesús T.Acevedo] quiere ir a un teatro típico, cosaamericana donde se ven brillar piernas delas girls (pronuncia marcadamente) i se pue-dan guiñar ojos i aún combinar una mama-da al salir. (¿Se estilan esas porquerías porallá?). Alas, Pedro, temo que tú también seasde los puercos». (BV, 260). Para no alargar el

asunto, otra carta de Phocas, desde NuevaYork, en junio de 1910, a Pedro: «... otroscuentan de cómo [Antonio] Caso descubriótus amores con la hermana de [Carlos] Gon-zález Peña». (BV, 263).

El propio Pedro, en la correspondenciacon Alfonso Reyes, va desgranando poco apoco, pero con mucho hermetismo, sus re-laciones con las mujeres que conoció en losEstados Unidos, Cuba y México.

De modo que estas relaciones de amorinfantil con Blanca Logroño no tienen, a miver, el matiz ingenuo y estrictamente lite-rario que tuvieron las que mantuvo con MMentre los 12-14 doce años: «…a la velada noasistimos sino los miembros de la familia,entre ellos mi padre, que con frecuencia pa-sada del Cabo a Puerto Plata; pero enteradosde que proyectábamos una segunda algunosamigos de la casa (sic), concurrieron a ellaDubeau y su esposa, Antera Mota de Reyes(…), su hermana Mercedes, que acaba de sermuy celebrada en todo el país por algunostrabajos en prosa, y su sobrina Beatriz Dal-mací (…). Mercedes Mota leyó un trabajo enaquella velada, lo cual fue para nosotrosinesperado triunfo. Así llegamos a dar cuatroo cinco veladas en la casa entre Septiembre yDiciembre de ese año; y las hermanas Mota,entusiasmadas con esta diversión infantil,organizaron otras en su escuela, en las cua-les tomaron parte muchas de sus alumnas:movimiento que llegó a llamar la atencióndel público y a mencionarse en periódicos;en ellas, por supuesto, también tomábamosparte nosotros. Max escribía el mismo gé-nero de artículo que yo; y aun nuestro her-mano mayor, Fran, hizo alguna que otra pá-gina para las veladas; páginas, en realidadmejor escritas que las nuestras, a pesar deque él no “c u l t i va b a”, como nosotros cons-tantemente, la literatura.» (“Memor ias”,42-43).

En efecto, PHU escribe, con toda propie-dad, Antera Mota de Reyes. Para la fecha delas veladas, ya estaba casada con Rufo Reyes,boda celebrada el 11 de agosto de 1894.

DIÓ

GEN

ES C

ÉSPE

DES

/ D I O

G E N

ES.C

ES PE

D ES

@ G

M A I

L .CO

MAp

orte

Mercedes Mota en Puerto Plata 1901.

Pedro Henríquez Ureña en 1914.

FUENTE EXTERNA

Page 4: Areíto 30 de abril, 2016

4 Sábado 30 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

No recuerdo, ¿fui feliz ayer?No sé nada de tiempos pasados, de expe-

riencias idasNo recuerdo las canciones tristes, ni pa-

labras ciegas sobre pavimentos mojados¿Cómo se respira de noche?, ¿cómo ima-

ginar una cálida compañía?Desperdicio vanamente las horas, tratan-

do de recordar mi rostroTrato desesperadamente de encontrarme

en los cajones del placarNo recuerdo, ¿existí ayer?Hoy desperté y no supe quién era, no supe

que era¿Soy una foto olvidada en algún rincón?,

¿es este el mundo donde solía existir?Hoy intente levantarme de la cama, mas

no supe cómo usar mis piernasMe quede echado observando la oscura ma-

ñana, ¿no había acaso una estrella de día?Tengo la mente descolorida, sin matices,

todo en blancoTrato trágicamente de recordar mi nombreNo recuerdo, ¿siempre fue de noche?Mis paredes son transparentes, pero no veo

lo que hay afueraNo recuerdo, ¿fui feliz ayer?

Carlos Landeo

Cada día me con-venzo más de quelos pueblos denuestra amadaAmérica Latinapadecen de una

grave, endémica, crónica y se-vera enfermedad: amnesia.Han, hemos perdido la memo-ria reciente, y no digamos de lamemoria histórica. Ahí escuando los síntomas se agra-van. Somos como los lagartosque se lamen la cola de formapermanente. Así pues, somosexpertos en repetir y repetir los errores,hasta el cansancio… los actores políticos sehunden, se levantan, se reivindican, sere i n ve n t a n …

Uno de los casos más icónicos es el deAlan Gabriel Ludwig García Pérez. Abogadoy sociólogo peruano que después de unagran aura en el continente de líder progre-sista del Partido Aprista de Víc-tor Raúl Haya de la Torre. Desdesu escaño como diputado pri-mero y luego senador logró si-tuarse como la esperanza en-carnada, gracias a su verbo in-cendiario. Alcanzó la presiden-cia de su Perú natal en 1985 a1990.

Después de haber ascen-dido a la presidencia con unaura, la realidad fue másfuerte: Perú vivió una de laspeores crisis económicas enla historia del país. El rasgoesencial fue la sorprendentehiperinflación, sumado a unrecrudecimiento del terroris-mo que lideraba [] SenderoLuminoso. A esta situación se sumaba lacorrupción y las acusaciones de nepotis-mo y tráfico de influencia. El resultadofue un descontento descomunal. Salió denuevo del país exiliado y con la popula-ridad en el suelo.

Con la crisis política provocada por el findel régimen de su sucesor, Alberto Fujimori,volvió a Perú en el 2001. Participó en las elec-ciones, pero fue derrotado por Alejandro To-ledo. Participó de nuevo en el año 2006 yganó en segunda vuelta derrotando a Ollan-ta Humala. Hizo un esfuerzo porque su nue-vo período fuese mejor. Intentó importantesreformas económicas, así como la reestruc-turación de las relaciones diplomáticas. Pe rola corrupción volvió a aparecer, provocan-do que su popularidad descendiese a losmás bajos niveles. Su vuelta, su reivindi-cación en la historia no fue lo que espe-raba. Pero el pueblo olvidó el trauma de suprimer gobierno, lo volvió a elegir, perovolvió a equivocarse.

Perú sigue en la palestra. En las reciénpasadas elecciones, la hija de Alberto Fu-

jimori, Keiko, emergió como candidata, des-pués fue ganando espacio político y poco apoco fue creciendo hasta ganar el primerlugar de la contienda, aunque no alcanzó elporcentaje necesario, por lo que van a tenerque realizar una segunda vuelta. El resul-tado no es seguro.

Es bien cierto que los hijos no son res-ponsables de los pecados de sus padres. Kei-ko supo enfrentarse a la sociedad peruana, apesar del historial de su padre: rector, can-didato que derrotó a Vargas Llosa, Presiden-te autoritario que se impuso ante el Con-greso, estratega para combatir y derrotar eltemible Sendero Luminoso… pero luego suestrella se apagó. Y la moneda presentó sucara: fue acusado de corrupción, tráfico deinfluencia, nepotismo… Tan grande fue lacrisis, que la sociedad civil se lanzó a las ca-lles, Fujimori salió huyendo a Japón, y enPerú una Comisión de Alto Nivel de la OEA,liderada por el ex Canciller Eduardo Latorre.Después fue juzgado y condenado. Ahora lu-cha para que el Tribunal Constitucional desu país le revoque la sentencia.

Mientras, su hija la candidata Keiko, halogrado colocarse en las simpatías popula-res. La población votante olvidó todo lo quesignificó el período de Fujimori en el que se

violaron elementales dere-chos. ¿Amnesia colectiva?¿La reivindicación de su ape-llido? ¿Ruptura de con la he-rencia? El tiempo dirá. Si ga-na la presidencia de la Repú-blica en la segunda vuelta,

Algo parecido ocurrió enla República Dominicana.Joaquín Balaguer, primeroacólito de Trujillo ocupandoimportantes cargos desdeSecretario de Educación, di-plomático y Canciller de laRepública hasta Presidentetítere del tirano, salió huyen-

do del país en 1961, abandonando el país. Enel exilio dorado, regresó en 1966 convirtién-dose en el primer presidente electo despuésde la Guerra de Abril de 1965. Durante los 12años de combatió enérgicamente a la opo-sición. Gobernó el país con garrote, quizásguiado por las circunstancias de la GuerraFría. El PRD fue uno de sus principales opo-

sitores. Sus pocos legisla-dores utilizaron el esce-nario para combatirlo.Casimiro Castro fue la vozdisidente del Senado. Su-frió un atentado que casi lecostó la vida. Sin embargo,terminó sus días comofuncionario del Dr. Bala-guer. Años más tarde, elPRD y el PLD aprobaron lamoción de denominarlocomo “Padre de la Demo-cracia Dominicana”. Laamnesia hizo su efecto.Hoy Joaquín Balaguer es elpadre político de todos lospartidos. Reivindicado.

El espacio de esta co-lumna no me permite poner más ejemplos.Estamos plagados de ejemplos como este.No me sorprendería ver a políticos que hoyson cuestionados y criticados, volver al es-cenario político totalmente reivindicados.

La historiadora recrea los hechos. Pero laciudadana tiene náuseas, está asqueada. Lahistoriadora tiene la obligación de recons-truir la historia, independientemente de sussentimientos y preferencias. La ciudadanasufre permanentemente con esta realidad.La ciudadana se ha cansado de gritar y exigir.Hoy no tiene fuerzas para implorar ni pedir.Hoy, sin embargo, y a pesar de los pesares,sigue creyendo en el futuro, y abriga la es-peranza de que algún día todo será diferente.La ciudadana sigue optando por contribuiral futuro a través de la educación, del aula,porque está convencida, como lo hizo Vas-concelos en los primeros años del siglo XX enMéxico, de que los pueblos educados no ten-drán oportunidad del olvido. ¡Gracias histo-ria porque solo tú puedes rescatar del olvidolos errores que cometemos en este caminoabrupto de la vida!

A m n es i age n e ra l i za d a

‘‘ Cada día meconvenzo más de

que los pueblos denuestra amada AméricaLatina padecen de unagrave, endémica,crónica y severaenfermedad: amnesia.Han, hemos perdido lamemoria reciente, y nodigamos de la memoriah i s t ó ri ca .

‘‘ La historiadorarecrea los hechos.

Pero la ciudadana tienenáuseas, está asqueada.La historiadora tiene laobligación de reconstruirla historia,independientemente desus sentimientos yp re fe re n ci a s .

MU

-KIE

NAD

RIAN

ASA

NG

E n

cu e n

tro sCÁPSUL AS

G E N E A L Ó G I CAS

w w w. i d g.o rg.d o

Florantín, troncode los DulucLeonardo Díaz Jáquez

P or un acto ante notario público del24-5-1852 en Higüey entre PalmiraDuluc y su esposo Sebastián Rijoes que se conoce que esta era her-

mana de Florantín Duluc, nacido hacia1821 en Santo Domingo, y ambos hijos dePierre Antoine Duluc, persona de la queno se tiene más información. Se desco-noce el nombre de la madre.

Florantín Duluc, quien es el responsa-ble de establecer el apellido en el Este delpaís, casó en Santo Domingo el 9-8-1843con Isabel María Pérez Linares, hija na-tural reconocida de Nicolás Pérez y MaríaLinares. El matrimonio eclesiástico apa-rece en el libro 11 de matrimonios, folio103, s/n de acta, del 10-8-1843 de la Ca-tedral de Santo Domingo. Testigos delenlace fueron Francisco Pou y Diego Her-nández. Isabel María nació hacia el 1822 yfalleció el 14-10-1843 en Santo Domingo.

Aunque mantenía su residencia enSanto Domingo, Florantín realizaba ne-gocios en Higüey, como está registrado endos actos notariales de fechas 26-10-1849y 24-8-1852, instrumentados en dichaciudad.

Entre los aspectos más relevantes de suvida está, tomados del libro Hojas de Ser-vicio del Ejército Dominicano, de EmilioRodríguez Demorizi, del 27-2-1844 al2-8-1856, su participación "en las (batallas)de Comendador, Azua, San Juan y Las Ma-tas - 39 años. Activo. Este oficial cuentabuenos servicios a su Patria, reúne buenasc i rc u n s t a n c i a s”. En esa misma obra se diceque era capitán de las Reservas al 1-3-1862del antiguo Ejército Dominicano,1861-1865 (Anexión a España).

Florentino (sic) Duluc fue de los fir-mantes del Manifiesto Popular del4-8-1865, que precedió la instauración delProtectorado Nacional del general JoséMaría Cabral. Del libro Notas Autobiográ-ficas del general Gregorio Luperón.

El Congreso Nacional, en virtud de suLey No. 1029, del 16-5-1867, confirmóen sus respectivos grados a un grupo deoficiales de alta graduación entre losque está Florenten (sic) Duluc como co-ronel. (Colección de Leyes y Decretos,tomo V, p.72).

En el libro “Contribución de Higüey ala Independencia Nacional”, de VetilioAlfau Durán, páginas 14 a 17, se lee que“Florantín fue de los hijos de Higüey queformaron parte del célebre Batallón deHi g ü e y ”.

Mucho tiempo después de enviudar,Florantín casó en Higüey el 5-3-1872 conClemencia De Peña, hija de Pedro De Pe-ña y Rosa De Peña. El acta número 85, delfolio 44 del libro 4 de matrimonios de laparroquia de Higüey, de fecha 3-6-1865,hace constar que Florenten (sic) y Cle-mencia se casaron el 5-3-1862 en Higüey,en ocasión de la visita del arzobispo deSanto Domingo, a propósito de la cual le-gitimaron cuatro hijos, cuyos nombres nose indican. El presbítero don Francisco J.Velásquez Objío escribió que "son verda-deros consortes, pues me consta por ha-ber presenciado este acto matrimonialjunto con S.E.Y. el señor arzobispo, épocaen la efectuaba allí su santa visita, y queademás, cuatro hijos de ambos quedaronlegitimados en ese acto...".

Clemencia De Peña falleció el19-9-1904, según su acta de defunciónnúmero 1339, s/n de folio, libro 3 de de-funciones de la Oficialía del Estado Civilde Higüey. La declaración la hizo su hijoJuan de la Cruz Duluc, quien declaró queera viuda y tenía 70 años de edad. En elacta de defunción eclesiástica dice que te-nía 75 años de edad y se le hizo entierro depr imera.

Aunque tanto su apellido como elnombre de su padre son indicadores deun origen francés, falta por determinarsi la procedencia de Florantín era Fran-cia, como supone la familia, la coloniafrancesa de Saint Domingue, alguna delas posesiones francesas en el Caribe ola Luisiana.

Instituto Dominicano de Genealogía

Page 5: Areíto 30 de abril, 2016

A RE Í TO 5Sábado 30 de a b ri lde 2 016 H OY

¡Era hora! PICHIRILO

E l pasado sábado fue puesto en cir-culación el libro “PICHIRILO el co-mandante popular”, autoría deldoctor Pedro A. Pérez A. y del in-

geniero Juan F. García S., obra impresa porla editora Amigo del Hogar.

El acto del lanzamiento en una librería ca-pitalina evidenció la expectativa generadapor el libro sobre Pichirilo, combatiente re-volucionario de relevantes huellas patrióti-cas internacionales, en Cuba y RepúblicaDominicana.

Es muy valiosa la iniciativa de los autoresde la obra, quienes con acentuada humildady honestidad son recurrentes en afirmar quese trata de testimonios acerca de ese revo-lucionario petromacorisano, digno de serconocido por el pueblo dominicano y laspresentes generaciones.

“Inmmor iam”, vale recrear el crédito paraOtto Pichirilo (fallecido hace más de dosaños, hermano de uno de los autores), por suinterés en mantener viva la memoria de Ra-món Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo).También post morten, quien escribe se hon-ra en evocar a doña Grecia Mejía de Pinedo,que me trató como parte de su familia, desdeaquellos tiempos en que vivía en el extremoEste de la calle Caracas.

También en este mes de abril, quien es-cribe recibió desde Cuba otro libro titulado“Pichir ilo”, de igual título y similar propósito:inspirado en rescatar la memoria de esehombre de las aguas caribeñas, para que nodesaparezca en la profundidad del mal delolvido. El libro cubano es obra de la jovenperiodista Daily Sánchez Lemus, del canalTele Rebelde, obra ganadora del premio Bio-grafía. Es un texto de la editorial Verde Olivo.La autora cita las “reflexiones de Fidel”, en laque el comandante de la Revolución cubanadice que Pichirilo habla de los méritos de esehombre “de mar, menudo, con el rostro cur-tido por los rayos del sol”.

Ambos libros se nutren de las palabras deFidel. El libro dominicano abunda sobre laparticipación decisiva del revolucionariodominicano en Cayo Confites y en el desem-barco del Granma, donde Fidel evoca a suamigo Pichirilo desde que era el segundo ca-pitán del barco Aurora durante los turbulen-tos percances del campo de entrenamientode la malograda expedición de Cayo Con-fites, en el oriente cubano. Luego de dichacita de Cayo Confites, en la solapa derechadel libro dominicano, al pie de una foto dePichirilo, figuran estas apalabras de Fidel:“Diez años más tarde, cuando el Granmazarpó de México, Pichirilo se había unido anosotros e iba, con toda su audacia y coraje,como Segundo jefe de la embarcación. Ojaláhubiese sido el primero”. Agrega Fidel quePichirilo “luchó con el grado de comandantebajo las órdenes de Caamaño, contra los sol-dados de la 82 División aerotransportada,que, sumados a más de 40 mil infantes demarina, desembarcaron en Quisqueya”. Pi-chirilo (continúa la cita) “fue atacado a tirosel 12 de agosto de 1966, por los órganos deinteligencia de República Dominicana, du-rante la Presidencia de Joaquín Balaguer. Re-cuerda Fidel que Pichirilo murió “horas des-pués…cuando yo cumplía 40 años…. Sumuerte provocó una ola de protestas,...y suentierro devino en una combativa manifes-tación de repudio… al débil gobierno..” (Fi -del Castro Ruz, marzo 6 del 2009).

Los dos libros en circulación con datosbiográficos esenciales sobre la vida de Pichi-rilo sin dudas habrán colmado de satisfac-ción a Fidel Castro, quien ya en el 2009 habíadicho: “Nadie agradecería más que yo unabiografía de Ramón Emilio Mejías del Cas-tillo, no importa cuán modesta sea. Vale lapena que hombres como él, Jiménes Moya, yotros heroicos combatientes, sean conoci-dos por dominicanos y cubanos”.

Sin temor a equivocarme, quien escribeentiende que existe cierto parecido, guar-dando la distancia, entre la trayectoria se-guida por Pichirilo y la misión cumplida porlos editores de los dos libros. Pichirilo estuvoen Cayo Confites, el Aurora, en el México del

Granma, como segundo del Granma llegó aCuba, en Alegría de Pío, luego entró clan-destino a La Habana y se integró al 26 deJu l i o.

Más tarde se traslada a Santo Domingo.Tras el 24 de Abril combate en San Antón yotros barrios. El 12 de agosto de 1966 caeherido por la espalda, mortalmente. Meriñoy Restauración, hacia la Francisco Cerón.

Fue un asesinato selectivo, parte de un planorquestado por los Estados Unidos. Su tra-yectoria es un monumento horizontal dehuellas sucedidas en línea recta, espejo de laperseverancia sin retroceso. Del otro lado,aparecieron quienes le escribieron y publi-caron. En Cuba, la periodista Daily SánchezLemus, y en República Dominicana el me-ritorio y complejo trabajo de Pedro A. PérezA. y Juan F. García S. En Cuba y en RepúblicaDominicana, los autores-compiladores lle-garon a puerto con los dos libros del mismotítulo: PICHIRILO. Pueden estar seguros dela misión cumplida, con sus valiosos apor-tes, muy significativos en el colectivo com-promiso de reivindicar a Pichirilo, el revo-lucionario digno de un amplio espacio pen-diente en el imaginario popular.

Dice Luis Díaz, en la canción que le dedicaa Pichirilo:

Oye Pichirilo, súbeme a tu comando porun momento…/ Oye Pichirilo, préstame tuMauser por un momento/ para ver si aca-bamos con este 27 de Febrero”, en alusión alo que se jugaron los militares y militantesconstitucionalistas durante aquel Abril glo-rioso e imperecedero de 1965.

EL libro dominicano “PICHIRILO: El co-mandante popular” se puede obtener en Li-brería Cuesta. El libro editado en Cuba, PI-CHIRILO, el dominicano del Granma”, pron-to estaría en el país para ser adquirido por losdominicanos ávidos de conocer los mejoresejemplos y antecedentes de su historia, co-mo lo fue Pichirilo.

(*) Granma es el nombre de la embarcación que trasladó desde playas mexicanas a los 82 expedicionarios que desembarcaron el 2 de diciembre de 1956 en el oriente deCuba bajo la comandancia de Fidel Castro, acompañado por Ernesto -Che- Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdez, y otros. Pichirilotrasladó a Mexico parte del dinero para la compra del Granma. Fue segundo timonel durante la travesía. El primer combate de los expedicionarios del Granma fue en el 5 dediciembre en Alegría de Pío. Sobrevivieron 19 guerrilleros que lograron escalar luego la Sierra Maestra. El yate está en el museo de la Revolución, en La H a b a n a , Cu b a .

RAU

L PE

REZ

PEÑ

ALA

SMAN

ACLA

S@G

MAI

L. C

OM

Apor

te

Dos libros citan a Fidel hablandodel dominicano del Granma(*)

Ramón Emilio Mejía del Castillo (ComandantePi ch i ri l o) .

Este libro fue escrito por una periodista cubana Este libro es de autores dominicanos

Page 6: Areíto 30 de abril, 2016

6 Sábado 30 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

Las ondas concéntricas de la

L a vida no es un río tranquilo. Es unmar agitado por corrientes encontra-das, por remolinos, que impiden sucurso lineal. Ubicar pues “Deseo in-

c o n c l u s o” al final de Autobiografía en el aguano es gratuito y, más aún, se inscribe en lalógica que crea todo texto literario para ha-cerse verosímil. Único poema de largo alien-to que es, también, un hermoso punto devista tan exageradamente íntimo y personalcomo debe ser la relación carnal entre hu-manos. El deseo, el amor y el dolor son, porejemplo, sentimientos tan íntimos que soloconoce el yo-poeta: “Nadie lo sabe pero losupo el viento” (89); también el mar, la arenay los muertos testigos que, por su propia na-turaleza, se guardan el secreto cuando no lop i e rd e n …

Este canto al amor, que corresponde a unamor traumático, duro y devastador. Tantraumático como los acontecimientos socia-les, bélicos y políticos de los que la poeta hasido testigo desde 1961. “Deseo inconcluso”no se pretende desligar esta autobiografíasentimental de la otra, en la que se exponendesde “Sentencia (1961)” pasando por los 30textos que, repito, se colocan en orden cro-nológico, a saber, acontecimientos políticose históricos que ocupan las ondas concén-tricas que constituyen Autobiografía en elagua, un largo período de muerte, represión,desengaños y frustración que solo la poesíale ha permitido soportar.

Ese período no está separado de los hechosque vivió junto a sus contemporáneos que, nonecesariamente, fueron víctimas de los de-sengaños pero igualmente conmovidos por elasesinato de amigos y que, como la poeta,sobrevivieron al naufragio de una generacióncuando aquel vendaval exterior destruyó laesperanza que asomaba en abril del 65.

Los textos al amor carnal, al deseo, al “en -cantamiento de los sentidos/ Embriagueziniciática del amor?” (69), a la búsqueda yaceptación del otro con lo que “e n t re g a r s e”implica : “Pero desear significa salir indefen-sa a la noche de la incertidumbre” (71). Esexponerse; amar, hacer con-cesiones, sufrir. Dolor amor-tiguado por la esperanza quegenera el deseo: “A vecesnuestros deseos se cum-plen/ para que continúe elsuplicio de la esperanza”, ledice el otro, el amante.

En los primeros poemasde “Deseo inconcluso” hayuna relación dialéctica entredeseo, amor y dolor. En losdemás, sin dejar ese doloroso tono de oda alamor, hay lucidez a pesar del filtro del amor,del encantamiento: “con las heridas de loimposible para tu sal abiertas” (79). Enton-ces se impone la nostalgia por la ausencia yla partida del amante: “Lo peor era despertarcada día con la musiquilla enamorada” (83).En realidad lo peor era la esperanza en tantoexpresión del deseo “que me hace llorar co-mo la huérfana sola que fui” (85), a lo que lesigue otro deseo más poderoso, el de hacerdesaparecer, de olvidar. El dolor es íntimo.Solo el yo-poeta lo sabe.

Por íntimo “Deseo inconcluso” es una his-toria de amor, de dolor, de deseo y esperan-za; un texto desgarrador enel que comparten el escena-rio la entrega al ser amado,sin protección.

La madurez y la experien-cia del poeta están presentesen “Deseo inconcluso”, conaltas y bajas, que deja librecurso a una suerte de amorcircular estrechamente liga-da al entorno, a los aconte-cimientos históricos de suépoca en los que la esperanzanunca abandonará el esce-nario a pesar de los desenga-ños, de las frustraciones, delos fracasos: “mundo mío de colofones de-r ro t a d o s” (83). No hay derrota: la esperanzaestá presente: “Que sea pues: que el cielo vuel-va a ser inalcanzable” (91).

“Deseo inconcluso” no cie-rra la obra aunque “de tantotropiezo destrozados los pies”(81), es necesario el olvido, li-berarse de ese amante itera-tivo cuya desaparición va aso-ciada al fin de una época:“cuando te olvide, existirásm e n o s” (87), o más explícita-mente: “que ahora sentada

sólo espero/ ver el cadáver de mi amor pasar”(93). Para dejar sentado que todo empezaríade nuevo recurrió a este hermoso y atractivoverso: “Una puntada sigue a otra puntada/ ypronto habré de olvidarte” (91); la idea de in-finito, de repetición, que evoca ese verso, merecuerda aquel de “El cementerio marino” dePaul de Valérie: “¡El mar, el mar siempre re-comienza!”).

Los textos de Autobiografía en el agua al-ternan lo personal e íntimo con el entornode una poeta a la que no la arredra expo-nerse, expresar sus amores, desengaños, eldolor, en hermosos y delicados versos en losque lo erótico así como la soledad son una

constante en estos logradosp o e m a s.

Autobiografía en el aguaexplica, como toda obra dearte, sus mecanismos. “Poe -s í a” no es una simple picadade ojo; es una explicación,dentro del registro en el quese ha clasificado esta ex-traordinaria colección depoesía que ha permitido aSoledad Álvarez enfrentar yexponerse en medio deacontecimientos sociales, defracasos y derrotas, verbigra-cia la ausencia paterna que

siempre estuvo presente en el recorrido desu historia: “ni siquiera Dios o su anverso lafe/ que desde siglos ha movido ejércitos co-mo montañas./ Una y otra vez solo el vis-

lumbre/ destello de tu presencia./ Sólo túme salvas, poesía” (65).

Autobiografía en el agua, sin pecar de exa-gerado, es una de las mejores colecciones depoemas de la literatura dominicana reciente.Es una obra de escritor maduro que se sirve dela técnica novelística, logrando que lo perso-nal, lo íntimo; la historia y lo narrativo coha-biten y permitan la catarsis introspectiva delextraordinario “Deseo inconcluso” luego dehaber dado su visión personal e íntima de lahistoria dominicana de la segunda mitad delsiglo XX y los inicios del actual. La historia, enlugar de cerrarse, recurre a esa suerte de ca-tarsis introspectiva, de purificación, para que,como su propia vida, permanezca abierta.

[1] Álvarez, Soledad, Autobiografía en elagua, Santo Domingo, Amigo del Hogar,2015, 93p.; también ha publicado: Vueloposible (1994); Las estaciones íntimas(2006, Premio Nacional de Poesía “Sa-lomé Ureña”).

GU

ILLE

RMO

PIÑ

A-CO

NTR

ERAS

Apor

te Autobiografía en el aguade Soledad Álvarez[1]

(y 2)

‘‘ Autobio grafíaen el agua, sin

pecar de exagerado,es una de las mejorescolecciones de poemasde la literaturadominicana reciente.

‘‘ Los textos deAutobiografía en

el agua alternan lopersonal e íntimo con elentorno de una poeta ala que no la arredraexponerse, expresar susamores, desengaños, eldolor, en hermosos ydelicados versos...”

Page 7: Areíto 30 de abril, 2016

A RE Í TO 7Sábado 30 de a b ri lde 2 016 H OY

A través de la historia las calles, el san-tuario, los puentes y los edificios re-presentaron el espacio transfigura-do por la mano hacedora del hom-

bre dialogando con sí mismo y con el en-torno que le protegía o agredía. Estas fuerony han sido las obras del arquitecto, el genioque aferrado al principio presocrático delArché, analiza la organización de la materiaen toda su realidad. Las señas del soñadorconvertido en maestro de lo habitable y lohabitado. Sea como ejecutante terrenal deetéreos modelos espaciales (desde los tem-plos celestiales en la Cábala hasta la Jeru-salén de Salomón); como promotor de laconvivencia que representó aquella pioneraVía Apia, o como guerrero del acero y las al-turas en los rascacielos de van der Rohe y laEscuela de Chicago, el arquitecto, en suma,tal como sentencia Pedro Azara en “Ca s t i l l o sen el aire: Mito y arquitectura en Occidente”,parecería ser el dios que ordena las cosas(vivibles) en el mundo.

Esta disciplina, arte de los límites segúnestableció Marco Vitrubio en el fundamentaltratado De Architectura (año 15 a.C.), no soloincorpora proporción, ordenación, distribu-ción y disposición, sino sobre todo seguri-dad, utilidad y belleza. Para algunos, el pen-samiento vitrubiano consolidado durante eldominio de Augusto incluso prefiguró la fu-tura conexión entre arquitecto y Estado allegitimar su capacidad creadora de lengua-jes políticos o religiosos. Cual hierofante queotrora fue sumo conductor de los mitoseleusinos, hoy, el arquitecto es el Midas delos íconos. Creador y destructor de mitolo-gías; pintor de épocas que no son otra cosaque itinerantes construcciones de la mirada.Tal es el caso del valenciano Santiago Ca-latrava, quien controversias aparte, y mu-chas le acompañan, arrastra en sus hombrosuna obra que desde Bilbao a Milwaukee ydesde Atenas hasta Tenerife ha marcado unrastro del significado y el significante ocultotras las últimas décadas del Ser occidental.

Premiado por muchos, con dos docenasde doctorados honoris causa y acusado deexcéntrico por otros, del trabajo de Calatravase ha dicho también que simboliza una “in -congruencia entre la extravagancia de su ar-quitectura y el limitado propósito al que lesir ve”. Su más reciente obra apenas conclui-da hace unas semanas no ha escapado a ta-les críticas. Tanto el Wall Street Journal comoel New York Times han comentado sobre elprolongado retraso en su construcción, losastronómicos costos (US$4 mil millones)que para algunos han constituido un des-

pilfarro y sobre su desconexión visual con elentorno inmediato.

Se trata del centro de transporte en el nue-vo World Trade Center de Manhattan quereemplaza el complejo de edificios destrui-dos aquel 11 de septiembre y que acogerá a100 mil personas diariamente. El Oculus, co-mo se ha bautizado a la estructura de cristal yacero en forma de paloma que arropa en símisma el gran pasillo de la estación, se le-vanta entre el mármol blanco italiano de suspisos y la luz natural originada 160 pies másarriba. Monumento o centro de utilidad co-lectiva, el Oculus presume proyectar el es-píritu y la esperanza de la urbe neoyorquinatres lustros después de los apocalípticos ata-ques de Al-Qaeda.

Resonancia arquitectónica, simbolismo yfuncionalidad son entonces puntos de par-tida fundamentales en el justo análisis de unproyecto que traspasa la mera importanciaurbanística; no solo porque proviene de fon-dos del erario público o porque la propiaesencia de su construcción sea la represen-tación de una época, o mejor aún, la imagende una nueva época, la de la ciudad rena-cida, sino porque su razón de ser pareceríaestar validada por el dios dinero: le rodeanmúltiples tiendas en su interior y un gigan-tesco centro comercial, como si consumirrepresentase una vía hacia la sanación.

La ciudad guarida de calles y vecindariosha transcurrido como metáfora en el existir delas civilizaciones allende los perímetros de suslímites concretos; ciudades distintas y simul-táneas existen y se suceden bajo una mismataxonomía creando polis fantásticas, “la cittainvisibili” de Ítalo Calvino que no es más quememorias, deseos y lenguaje; lugares de in-tercambio de mercancías, palabras y recuer-dos. Es a esta ciudad que apela Calatrava aca-so persiguiendo el rescate del logos del Man-hattan transfigurado la mañana del septiem-bre que nos asaltó a todos y que asaltó a todaslas significaciones occidentales. Quizás apelaa la ciudad de Calvino que no dice su pasadoporque “lo contiene como las líneas de unamano, escrito en las esquinas de las calles, enlas rejas de las ventanas, en los pasamanos delas escaleras, en las antenas de los pararrayos,en las astas de las banderas, cada segmentosurcado a su vez por arañazos, muescas, in-cisiones, comas”.

Enriquillo Sánchez escribió que nuestrasépocas se nos muestran con alarmantes de-rrumbamientos de la arquitectura: primeroBerlín, después el Pentágono y por supuestolas torres gemelas cuya destrucción durantelos minutos eternos del impacto de los pá-

jaros de la maldad definió el “black out” de lacultura occidental. Le cito: “La posmoder-nidad había concluido en unos cuantos se-gundos atroces, en los que el objeto absolutodio paso al significante total sin significado,un abismo semiótico para el que sencilla-mente no estábamos preparados. (…) Lafrontera irreversible de la posmodernidad seprodujo en esos instantes absolutos y comonada quedó en pie, tendremos que erigirlotodo nuevamente”. Estas contundentes afir-maciones fueron plasmadas por el malogra-do intelectual en su luminosa obra “El terrorcomo espectáculo. Antes y después del 11/S”texto merecedor del Premio Nacional de En-sayo 2003. Un libro hermoso que como afir-mó y quiso su autor, “se puede arrojar a lanoche sin que ella tiemble o huya”.

Intentar comprender la posmodernidadacarrea el desafío de la carencia de un sistemareferencial, de un orden coherente que repre-sente una totalidad constitutiva de lo que esposmoderno; la incredulidad ante los meta-rrelatos a que aludía Lyotard en su concep-ción de la posmodernidad implicó además lanecesaria búsqueda de nuevos tótems que ladefinieran. Ya sabemos que son dos: lo globaly lo inmediato, ambos representados en la te-levisión (y hoy en el iPhone) justamente elescenario donde vimos morir en vivo a mi-llones de seres por primera vez en la historiade la especie. Esas imágenes del 11/S en CNNnos hicieron sentir insignificantes y tal comosentenció Enriquillo, “fuimos insignificantes,y de esa insignificancia nacía el terror, y conéste el fin de una época”.

Ciertamente, tuvimos que erigirlo todonuevamente; hubo que asumir la posturacalvineana de descubrir todas las razonessecretas que nos han llevado a vivir en la ciu-dad, razones que de seguro podrán valermás allá de todas las crisis. En dicho caminoCalatrava ha erigido la ciudad total, la mi-trópolis que nos transportará desde el cráterdel Ground Zero de Manhattan, es decir,desde el Averno, hasta el Oculus, fuente de laluz iluminadora de nuestra época transfor-mada ella en templo del consumo.

Décadas atrás, Roland Barthes advertía alos geógrafos que fueron los escritores losúnicos que habían dejado ejemplos de lec-turas de la ciudad. Lo hizo Neruda, Cavafiscuando sentenció que la ciudad nos seguiráy que siempre llegaremos a ella y también elmodernista catalán Eduardo Marquinas aldecir que antes que piedra, madera y hierro,la ciudad era espíritu. Recordemos que esteemana de nosotros mismos y no de las fau-ces del Mercado.

JOCH

Y H

ERRE

RAAp

orte

Resonancia arquitectónica, simbolismo y funcionalidad son entonces puntos de partida fundamentales en el justo análisis de un proyecto que traspasa la meraimportancia urbanística.

Y MITOSA rq u itec t u ra

Page 8: Areíto 30 de abril, 2016

8 Sábado 30 de a b ri lde 2 016H OY A RE Í TO

Hoy es el día del jazz

A : Norberto James Rawling.

N o habrá Miserere posible, para tan-ta ignominia y brutalidad, solo porun canto, solo por un canto. En elprincipio fueron las cadenas, con el

tiempo fue la música.Cuando el jazz nacía, no había Domine, Do-

mine ni la larga voluta de incienso para per-fumar las almas en la búsqueda de santidad.

Entre sangre, olvido y el látigo, una armo-nía de dulzura marcaría el futuro de unmundo nuevo, Il mondo nuovo, Le mondenoveau, Die neue welt, The new world.

En aquel horizonte oscuro de cuerpos ar-diendo y largos gritos entre bosques de mie-do y arcilla húmeda, el futuro de una músicase cocía, literalmente, porque para que eljazz naciera, millones de almas fueron cal-cinadas, cuando aún llueve y las nubes seponen oscuras, entre efigies ahí están esasalmas y su repetida lluvia de luz entre siglos,nos abraza y empapa a todo el universo.

No habrá Miserere posible para tantahistoria equivocada, aquella errancia degaleones y mareos, de islas y prisiones, decuerpos entre sudor y piel tostadas, paramástiles y lonas al viento hasta llegar aAmérica, entre gaviotas de puertos y pai-sajes desconocidos.

Avanzando entre los siglos, entre sur y elnorte, latía en la Unión desunida, la secesióndel germen cuando la carne chamuscada, erasorda ante el tambor de retirada, mientras losBuffalos Soldier, décimo y noveno regimiento,nacidos en Kansas City, perdidos en la noche,convertidos sus rostros en ella, su mejor cóm-plice, cantaban añoranza a la faena antigua,porque en la madrugada el oficio de la guerra,pedía sus almas, sus cuerpos.

Entonces el jazz apenas latía, alguna cor-neta torpe con su alegría de alcohol prefi-guraba el tempo que vendría cuando la gue-rra de Secesión (1861-1865) terminara y elllamado final de la esclavitud, garabato deuna historia que aún no termina, diera rien-das sueltas a una ficción que ni la presenciade un Barack Obama ha podido contener.

El jazz estaba en camino y con la mo-vilidad luego de la guerra interna, entre elpolvo y el olor necio de uniformes viejosun tal San Louis Armstrong (Porque a mú-sico ido san benito de santo puesto) re-cogería alguna corneta cansada de toquesde diana, para convertirla en suspiro dealegría y tristeza, porque nadie como SanLouis para hacer del blues en trompeta, elhinchado lenguaje de la nota en La o laamarga melancolía.

Entre las bombas de Alabama, humoblanco para ojos negros, se confundía en elsaxo de Archie Shepp y los lentes rotos deOrnet Coleman, trotando en asfalto duro delibertad, en el fondo el asedio glorioso de lavoz y montaña del Dr. Lutero King.

Repetía el eco a todo el planeta: I Have a

Dream / Yo Tengo un sueño / Jai un Rêve /Ichhabe einen Traum /

Io ho un sogno /...

LOS PANTERAS NEGRAS DISPARABANAllí estaba el jazz, recibiendo golpes y

riendo de su martirio, haciendo el solo de lavida contra la muerte, el solo de su futuralarga vida eslogan robado a Mao Tse Tung...

Lo repito siempre, ahora y después: nohabrá Miserere posible para tanto llanto deríos encontrados, la fuerza ciega del látigo yla carretera de cruces, en carne viva, estam-pada en la espalda, casi desaparecida de or-gullo y alta cerviz.

Bañados por todas estas historias, enaquella América de Walt Whitman orgullosomentor de rascacielos bursátiles, trenes y lu-ces iban de costa a costa; una larga muche-dumbre de overoles construían la Américade un Thomas Jefferson, que en sus largaslecturas de español prefiguraba el mundo la-tino de los Estados Unidos de hoy.

Pero a esa América le hacía falta una mú-sica con larga historia y fuertes sentimientos,será muy difícil en nuestros días olvidar queel nacimiento del capitalismo norteameri-cano tenía una banda sonora Hipster, aque-lla de los años 40 del siglo XX, cuando la Se-

gunda Guerra Mundial era apenas la pesa-dilla de una Europa ingenua, ante el cíclopealemán que a su turno perseguiría el jazztanto como el Ku Kux Klan, en el profundoSur de los Estados Unidos de América.

Por eso, nunca, pero nunca habrá Mise-rere posible para una música que para sermúsica tuvo que correr por patios traseros,ponerse sombrero de espantapájaros, bus-car trapos viejos para cruzar de escenario enescenario, esconder a Billie Holiday en unarmario de fantasmas lleno de rezos; arropara Miles Davis entre amigos para que no lediera un justo trompón a un policía blancoque desconocía su dinastía y elegancia.

Un bello velero navega por el río Hud-son, entre brumas se logra ver a Chet Bakervestido de marino con trompeta en manos,blanco que niega ser blanco, voz queda denegra azúcar derretida, sonríe y dice adiós,atraviesa la bruma gris de estos días y deella surge una Santa Madonna sepia, gi-gante de fuerte voz y con ancho vestido enturquesa, Santa Ella Fitzgerald, a su diestraSan Charlie Parker, todos unidos nos re-cuerdan que hoy es el día del jazz, sin Do-mine, Domine, sin Miserere, sin largas vo-lutas de incienso.

Larga vida al jazz, larga vida. (CFE)

"El jazz es una palabra blanca para definir a la gente negra. Mi música es músicaclásica negra". Nina Simone. (1933-2003), cantante, pianista de jazz y blues.

CARL

OS

FRAN

CISC

O E

LÍAS

J azz

o m a n

i a

QUE A LA DIESTRA DE SAN CHARLIEPARKER TE VEAS BAJO EL MANTO DE LAMADONNA FITZGERALD, DOMINE, DOMINE

Ella Fitzgerald.

FUENTE EXTERNA