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El Materialismo Histórico de Karl Marx IES “La Fuensanta” Departamento de Filosofía 1 TEMA 10: EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX ÍNDICE: 1 INTRODUCCIÓN. 2 LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA. 3 EL IDEALISMO ABSOLUTO DE HEGEL. 3.1. INTRODUCCIÓN. 3.2. LIMITACIONES Y CRÍTICA A LA FILOSOFÍA DE KANT. 3.3. LA CONCEPCIÓN DE LA DIALÉCTICA. 3.4. INFLUENCIAS HEGELIANAS EN LA OBRA DE MARX. 4 LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE HEGEL 4.1. INTRODUCCIÓN. 4.2. LA CRÍTICA DE FEUERBACH AL IDEALISMO Y LA RELIGIÓN HEGELIANOS. 4.2.1. Crítica al idealismo hegeliano. 4.2.2. Crítica de la teología y la religión: la alineación religiosa. 5 EL MATERIALISMO HISTÓRICO: K. MARX. 5.1. INTRODUCCIÓN. 5.1.1. Contexto histórico. 5.1.2. Vida y etapas. 5.1.2.1. Período de formación: 1.818-1.842. 5.1.2.2. Período especulativo: 1.842-1.848. 5.1.2.3. Período revolucionario: 1.848-1.883. 5.2. TEORÍA DE LA ALIENACIÓN. 5.2.1. Crítica a Feuerbach: su "materialismo" es un idealismo enmascarado. 5.2.1.1. Hegel. 5.2.1.2. Feuerbach. 5.2.1.3. La crítica de Marx. 5.2.2. La alienación en Marx. 5.2.2.1. El concepto de trabajo como praxis: actividad productiva. 5.2.2.2. El trabajo en el modo de producción capitalista. 5.2.3. Consecuencias de la forma de darse el trabajo en el modo de producción capitalista. 5.2.3.1. Alienación del ser humano: negación de su propia naturaleza. 5.2.3.2. Pone a la economía como un fin en sí mismo y no como un instrumento al servicio de la realización del ser humano. 5.2.3.3. Genera una superestructura (ideología) que pretende enmascarar ese proceso de alienación. 5.2.4. Otras formas de alienación derivadas de la alienación en el trabajo. 5.2.4.1. La alienación religiosa. 5.2.4.2. La alienación política. 5.2.5. Cómo superar la alienación en todas sus formas. 5.3. EL MATERIALISMO HISTÓRICO. 5.3.1. Categorías Fundamentales. 5.3.2. Inversión materialista. 5.3.3. Conclusiones. Materialismo histórico y filosofía de la historia: el sentido de la historia. 5.4. ANÁLISIS DEL MODO DE PRODUCCIÓN BURGUÉS O CAPITALISTA. 5.4.1. El capital. 5.4.2. Consecuencias del gran desarrollo de las fuerzas productivas. 5.4.3. Consecuencias de las nuevas relaciones de producción.

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El Materialismo Histórico de Karl Marx

IES “La Fuensanta” Departamento de Filosofía

1

TEMA 10: EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX

ÍNDICE:

1 INTRODUCCIÓN.

2 LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA.

3 EL IDEALISMO ABSOLUTO DE HEGEL.

3.1. INTRODUCCIÓN.

3.2. LIMITACIONES Y CRÍTICA A LA FILOSOFÍA DE KANT.

3.3. LA CONCEPCIÓN DE LA DIALÉCTICA.

3.4. INFLUENCIAS HEGELIANAS EN LA OBRA DE MARX.

4 LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE HEGEL

4.1. INTRODUCCIÓN. 4.2. LA CRÍTICA DE FEUERBACH AL IDEALISMO Y LA RELIGIÓN HEGELIANOS.

4.2.1. Crítica al idealismo hegeliano. 4.2.2. Crítica de la teología y la religión: la alineación religiosa.

5 EL MATERIALISMO HISTÓRICO: K. MARX.

5.1. INTRODUCCIÓN. 5.1.1. Contexto histórico. 5.1.2. Vida y etapas.

5.1.2.1. Período de formación: 1.818-1.842. 5.1.2.2. Período especulativo: 1.842-1.848. 5.1.2.3. Período revolucionario: 1.848-1.883.

5.2. TEORÍA DE LA ALIENACIÓN. 5.2.1. Crítica a Feuerbach: su "materialismo" es un idealismo enmascarado.

5.2.1.1. Hegel. 5.2.1.2. Feuerbach. 5.2.1.3. La crítica de Marx.

5.2.2. La alienación en Marx. 5.2.2.1. El concepto de trabajo como praxis: actividad productiva. 5.2.2.2. El trabajo en el modo de producción capitalista.

5.2.3. Consecuencias de la forma de darse el trabajo en el modo de producción capitalista. 5.2.3.1. Alienación del ser humano: negación de su propia naturaleza. 5.2.3.2. Pone a la economía como un fin en sí mismo y no como un instrumento al servicio de la

realización del ser humano. 5.2.3.3. Genera una superestructura (ideología) que pretende enmascarar ese proceso de alienación.

5.2.4. Otras formas de alienación derivadas de la alienación en el trabajo. 5.2.4.1. La alienación religiosa. 5.2.4.2. La alienación política.

5.2.5. Cómo superar la alienación en todas sus formas. 5.3. EL MATERIALISMO HISTÓRICO.

5.3.1. Categorías Fundamentales. 5.3.2. Inversión materialista. 5.3.3. Conclusiones. Materialismo histórico y filosofía de la historia: el sentido de la historia.

5.4. ANÁLISIS DEL MODO DE PRODUCCIÓN BURGUÉS O CAPITALISTA. 5.4.1. El capital. 5.4.2. Consecuencias del gran desarrollo de las fuerzas productivas. 5.4.3. Consecuencias de las nuevas relaciones de producción.

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1 INTRODUCCIÓN:

Durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX la

filosofía de Hegel se extiende por toda Europa: es la época de apogeo del idealismo

alemán. Éste propone un nuevo concepto de racionalidad, muy influido por el ideal

romántico: un modelo de razón infinita, absoluta y creadora, frente al modelo de razón

limitada de Kant. La filosofía vuelve a ser concebida como un sistema metafísico de

comprensión de toda la realidad y se apoya en un nuevo método: la dialéctica.

La obra de Hegel era monumental porque, no sólo había integrado todos los

acontecimientos históricos incluyendo los negativos como necesarios (dentro de su

concepción dialéctica de la realidad), sino que también lo había hecho conectándolo con

todas las disciplinas del saber. Pero un sistema tan completo o ambicioso era, a la vez,

muy ambiguo y se prestaba a diversas interpretaciones. Así, se podía ver en su sistema

la expresión de un orden social y político, que era justificado como la culminación

necesaria de la marcha de la historia; o bien se podía ver en la dialéctica misma un

instrumento para superar ese mismo estado de cosas, considerado ahora como un

sistema injusto y arbitrario.

Así pues, los seguidores de Hegel se dividieron en dos bandos:

1. La derecha hegeliana. Hacen una interpretación conservadora del sistema

filosófico de Hegel, centrándose en el carácter absoluto y estático de tal sistema.

2. La izquierda hegeliana. Tienen una actitud crítica ante la filosofía de Hegel y

hacen una interpretación progresista de su sistema filosófico, centrándose en el

uso de la dialéctica como método. Entre ellos, a su vez, aparecen dos tendencias:

2.a. Aquellos que se centran en la crítica de la religión y la teología

hegelianas, así como en su idealismo. Destaca la figura de Feuerbach.

2.b. Karl Marx, el cual hace un análisis teórico más a fondo de la teoría

hegeliana y se centrará más en la crítica política.

La obra de Marx es tanto la respuesta filosófica como social y política a la

filosofía de Hegel. Pero Marx no se limitó a la mera labor teórica, concienciado ante las

primeras y negativas consecuencias de la Revolución Industrial, su propuesta va más

allá del terreno filosófico, elaborando una alternativa teórica y práctica al orden social y

económico del siglo XIX, orden que salía reforzado por la expansión del capitalismo a

nivel europeo.

2 LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA.

El siglo XIX supone el fin de los grandes sistemas filosóficos y la emergencia de

una pluralidad de movimientos de muy distinto signo (marxismo, positivismo, vitalismo,

historicismo) que suponen una crítica, una revisión y una reacción frente a la visión

especulativa y sistemática de la filosofía, que tuvo su mejor exponente en Hegel.

Si, desde Descartes, los filósofos saben que es necesaria la duda porque las cosas

no son tal como aparecen, hasta Marx, Freud y Nietzsche no se duda de la conciencia

misma. Estos últimos autores toman en consideración una dimensión de la conciencia

humana que no había sido abordada en la filosofía anterior: su capacidad de fabulación y

de autoengaño consciente, lo que se ha llamado "falsa conciencia".

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La pregunta de la filosofía crítica moderna es: ¿cuándo uso correctamente la razón,

la conciencia? Y esta pregunta se formula con el objeto de evitar los errores y tener un

conocimiento fiable. Pero estos filósofos no sólo se plantean la completa fiabilidad de la

razón -en el sentido de haber sido o no utilizada correctamente- sino además cuestionan

sus intenciones: ¿ésta se utiliza siempre de buena fe, desinteresadamente o podemos dudar

de ella?

Nuestros tres filósofos dudan de la conciencia y los tres inventan un método de

análisis para interpretar las fábulas o los mitos que la propia conciencia crea. Se busca la

interpretación del sentido de las creaciones culturales -filosofía, religión, arte, etc.- en el

análisis de la relación entre lo que la conciencia expresa en estos productos y lo que está

latente y simulado detrás de lo manifiesto –recordar, al efecto, el análisis que hace Freud

del mundo onírico y su interpretación de los sueños, el inconsciente, los actos fallidos, etc.-

ESQUEMA GENERAL DE LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA

General Marx Nietzsche Freud

Lo expresado Ideología Lo racional Lo consciente

Enmascara Enmascara Enmascara Enmascara

Lo latente Intereses de clase Lo irracional Lo inconsciente

Método de Análisis Materialismo Histórico La Genealogía Psicoanálisis

3 EL IDEALISMO ABSOLUTO DE HEGEL.

3.1 Introducción.

La filosofía de Kant se convierte en un punto de referencia insoslayable para sus

sucesores, pero también en un obstáculo porque había sido una filosofía crítica que, al

haber marcado los límites del conocimiento, había eliminado las pretensiones metafísicas

de un conocimiento absoluto.

Sus sucesores inmediatos -Fitche, Schelling y Hegel- no están dispuestos a

someterse a esos límites, que intentan superar por todos los medios en una clara pasión

metafísica.

G. W. F. Hegel (1770-1831) nació en la ciudad alemana de

Stuttgart. Admirador de la revolución francesa y la antigüedad

griega, comparte también el espíritu de la Ilustración.

Su obra más importante, la Fenomenología del Espíritu (1807),

pasa por ser el último gran sistema filosófico, en el que confluyen y

se conjugan prácticamente todas las filosofías anteriores.

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Hegel, claramente influido también por el romanticismo y el deseo de éste de romper

todo tipo de límites, se plantea los siguientes objetivos en su labor filosófica.

a) La filosofía como sistema.

Su pretensión es constituir un sistema filosófico: un sistema deductivo, en el que, partiendo

de un principio, podamos deducir todas las categorías y, de ellas, todo el resto del

conocimiento.

Así pues, se propone la necesidad de pensar la relación entre los dos grandes conceptos

que la filosofía anterior había establecido:

- la Naturaleza (el objeto, en términos kantianos), que había sido el objeto principal de

investigación en los griegos.

- el Espíritu (el sujeto, en términos kantianos), que había sido el tema de reflexión

filosófico central a partir de la modernidad -Descartes-.

Desarrollar un sistema implica pensar la unidad interna y la conexión entre uno y otro,

de modo que quepa elaborar una teoría unitaria, total y cerrada sobre la realidad en

su totalidad.

Para ello hay que superar las dificultades planteadas por el sistema kantiano, el cual

había generado un conjunto de escisiones entre sujeto y objeto que parecían insuperables.

b) La filosofía como saber absoluto: como ciencia.

En Aristóteles, la filosofía era “filo” (amor o tendencia)- “sofía” (sabiduría), es decir,

tendencia al saber, algo a lo que se aspira, pero, inconformistamente, nunca se alcanza.

En Kant, la filosofía quiere ser saber absoluto, pero, al reconocer sus límites, adopta el

papel de crítica, es decir, su principal función es marcar sus propios límites.

En Hegel, la filosofía no ha de ser tendencia al saber sino saber absoluto, sin ningún tipo

de límites.

3.2 Limitaciones y crítica a la filosofía de Kant.

a) Crítica a la crítica del conocimiento de la filosofía moderna.

A lo largo de la modernidad ha sido rasgo común de todos los filósofos, para evitar caer en

contradicciones, ambigüedades o paradojas, el de realizar una tarea previa a toda

investigación, a todo conocimiento, la de realizar una crítica del conocimiento: analizar el

instrumento del conocer, el poder de la razón.

La expresión máxima de esa tarea queda reflejada en la filosofía de Kant, al establecer

unos límites definidos al conocimiento. Este modo de proceder es, al entender de Hegel, un

error que ha tenido como consecuencia la renuncia a la posibilidad de un conocimiento

absoluto.

b) Desde Kant es imposible elaborar una teoría absoluta y total sobre la realidad en su

integridad.

El orden de la realidad está dividido, en consonancia con la naturaleza y el alcance de la

razón humana, teniendo que dejar un ámbito inalcanzable a su poder, y por ende,

incognoscible. La distinción entre nóumeno y fenómeno lleva a una serie de dualismos

paradójicos:

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Escisiones Kantianas

Fenómeno Conocer Conocimiento Saber

fuera de lo absoluto Fuera de la verdad

Noúmeno Ser Lo absoluto La Verdad

El conocimiento, al estar fuera de lo absoluto, está también fuera de la verdad, puesto que,

según Hegel, sólo lo absoluto es verdadero y viceversa. Este planteamiento kantiano es

sólo un momento en la evolución del mismo conocimiento que ha de ser superado. El

miedo al error de la crítica moderna ha sido en realidad un miedo a la verdad.

c) La crítica del conocimiento ha de basarse en la propia experiencia de la conciencia.

Ese error común de la crítica moderna, que limitaba la posibilidad de un conocimiento

absoluto, es la aceptación acrítica de la representación del conocimiento como instrumento

y medio: no se puede conocer el instrumento del conocer sin antes no ponerse a conocer.

Su planteamiento oculta una falacia, intentar analizar el conocimiento como si pudiéramos

hacer ese análisis con algo que no sea el conocimiento mismo, como si pudiéramos

salirnos de él para poder evaluarlo.

Para hacer una crítica al saber es necesario utilizar un criterio interno al mismo (no se

puede conocer antes de "conocer": externo). Ese criterio interno a la conciencia es su

propio movimiento, su experiencia: un método crítico inmanente.

3.3 La concepción de la dialéctica.

En el pensamiento filosófico de Hegel se puede señalar una primera afirmación

fundamental: la concepción de la naturaleza humana desde el punto de vista

histórico.

Kant había delimitado un “reino de la libertad” ajeno a la causalidad que rige en

el ámbito de la Naturaleza. Ese es el ámbito de la moralidad, y había, además, dejado

planteado el gran tema de la filosofía posterior: el tema de la historia. Sin embargo, para

Kant, el ser humano se encuentra permanentemente escindido entre la razón y la

voluntad, entre el ser y el deber ser, y, por ello, postula una realidad trascendente donde

la voluntad sea puramente racional, es decir, libre.

Según Hegel, esta disociación entre voluntad y razón no puede considerarse

como constitutiva de la naturaleza humana, sino que se origina en la historia y es en la

historia donde ha de encontrar su superación, permitiendo que el ser humano se realice

plenamente como ser moral libre.

La historia no puede comprenderse como una mera secuencia de causas y

efectos, tal y como sucede en el ámbito de la Naturaleza. Por el contrario, la historia

tiene una lógica interna y ha de entenderse como un proceso de desarrollo y de

superación de contradicciones. Ese proceso no se puede captar con la “lógica de la

identidad”, en la que las cosas son lo que son de manera permanente, sino

dialécticamente.

Hay un claro precedente de esta manera dialéctica de pensar la realidad en

Heráclito: para este filósofo, las cosas no son, sino que devienen, lo que hay es devenir,

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y la imagen metafísica de lo real es el fuego, que está siendo algo deshaciendo su

contrario: así, creación y destrucción son lo mismo, la entraña del devenir es la “lucha

de contrarios”.

También, para Hegel, toda la realidad tiene un dinamismo que la hace tender a la

superación de sus limitaciones y a su plena realización. Hegel llama “dialéctica” a este

proceso y en él distingue tres etapas o momentos: la tesis o afirmación, la antítesis o

negación y la síntesis, negación de la negación o superación, que, a su vez, se

convierte en una nueva tesis que será negada.

El mismo Hegel pone el ejemplo del trabajo artesanal de un carpintero para ilustrar

el proceso dialéctico: así, el artesano niega o se opone a la naturaleza, destruyendo la vida

natural de un árbol par fabricar un instrumento cualquiera de madera; pero el instrumento

fabricado es “negación de la negación”, es decir, supera la destrucción previa elevando la

madera a un nivel de realidad superior, que puede ser tanto la utilidad que preste en la vida

humana como, tal vez, la belleza artística que pueda contener.

Para Hegel, no sólo la realidad es dialéctica, también lo es nuestro conocimiento,

que se despliega siguiendo el mismo proceso dialéctico. Frente a Kant, para quien el

conocimiento era relativo al sujeto y, por ello, no podíamos conocer la cosa en sí, sino sólo

los fenómenos; Hegel afirma que el conocimiento sólo es verdadero si es conocimiento

de la totalidad, sólo es verdadero conocimiento el conocimiento absoluto.

Conocer absolutamente ha de ser conocer las cosas tal como son en sí mismas, y no

simplemente en su relación con nosotros, y conocerlas en la totalidad de sus relaciones con

el todo y no en síntesis parciales. El pensamiento dialéctico exige el conocimiento absoluto

y obliga, por tanto, a un conocimiento de la totalidad de lo real. Cada cosa, cada

acontecimiento particular es sólo un momento que remite a la totalidad y sólo puede

entenderse en función de la totalidad de lo real. Así, la dialéctica, que es la ley del

pensamiento verdadero, es la ley misma del proceso de la realidad: pensar y ser se

identifican; tanto la realidad cono nuestro conocimiento de ella son dialécticas.

Sólo superando la distinción entre sujeto y objeto, y concibiéndolos como una

misma cosa, puede desarrollarse un conocimiento de la totalidad, un conocimiento

dialéctico. Es la realidad que se conoce a sí misma, o como dice Hegel en la

Fenomenología del Espíritu, “la sustancia deviene sujeto”.

¿Cuál es el sujeto de ese proceso dialéctico de la realidad que se manifiesta en la

historia? Convertida la sustancia en sujeto y no pudiendo ser la actividad de éste otra cosa

que el conocimiento de sí mismo, el sujeto es espíritu. Hegel utiliza el término alemán

“Geist”, que significa “mente”, pero también “espíritu”, para referirse al sujeto de lo real.

La razón o Idea late en el corazón de la realidad y, como resultado de este hecho, se

produce la adecuación de la razón y la realidad: “todo lo racional es real” y “todo lo real

es racional”, afirma Hegel. El idealismo de Hegel abarca toda la realidad, es un

“idealismo absoluto”.

En conclusión, y puesto que el movimiento de la conciencia, y, por tanto, del

conocer, tiene una estructura dialéctica, se pueden establecer las siguientes consecuencias:

a) El conocimiento es un proceso constituido por una sucesión de distintos momentos

que siguen el esquema anteriormente descrito.

b) No es un esquema aplicado exteriormente, es un proceso inmanente, es decir, es la

misma actividad del conocer la que lleva a ese esquema de sucesión de tríadas.

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c) El motor de la dialéctica es la negatividad: el conocimiento avanza negándose. El

avance se produce porque hay contradicciones (desajuste entre objeto y sujeto), diferencias

que hay que superar, pero éstas no se eliminan del todo sino que se articulan y reconcilian

manteniendo lo positivo de cada una de ellas.

d) La clave de este proceso dialéctico está en entender que lo que constituye un

todo queda convertido provisionalmente en un momento parcial de ese todo, pero

no queda negado sino articulado. Esto supone que, en Hegel, prima el punto de vista

global sobre el punto de vista particular; sólo desde aquél podemos comprender lo que

sucede en cada momento como una etapa necesaria que se comprende desde su

inclusión en la totalidad de la que forma parte.

e) La filosofía tiene por objeto a lo absoluto pero es imposible alcanzarlo de manera

inmediata a través de una intuición intelectual. Lo absoluto sólo se alcanza al final de un

laborioso proceso: la fenomenología pretende conducir a la conciencia humana al saber

absoluto.

f) Historicidad de la Razón: el camino que ha de recorrer cada conciencia no es otro que el

mismo que ha recorrido el Espíritu de la Humanidad. Éste es un desarrollo histórico, no

como en Kant, donde la Razón es una razón abstracta. En Hegel, la razón es una razón que

se desenvuelve en la historia.

g) El camino está constituido por una serie de etapas que ya están recorridas y se

identifican con momentos históricos determinados. Todas son necesarias y el paso de una a

otra es dialéctico.

h) Parte de la conciencia en su estado más rudo, ya en ella está lo absoluto, pero sólo como

telos inmanente, como aspiración, porque lo absoluto es resultado: el resultado que se logra

al finalizar ese recorrido.

i) La alienación (término que incorpora Hegel a la filosofía desde el ámbito teológico y

que significa “negación”, “expropiación”, “enajenación”, es decir, que un sujeto está

escindido y su identidad no le corresponde por completo al estar fuera de sí mismo, en

otro) se interpreta de la siguiente manera: el sujeto (Espíritu) se aliena en objeto

(Naturaleza) para autoconocerse en lo absoluto (autoconciencia).

j) El motor de la alienación es el desajuste que estructuralmente existe entre sujeto y

objeto. El desarrollo de la historia -y del conocimiento- es la lucha por reconciliar esas

diferencias tendiendo a la identidad entre ambos.

k) El movimiento acaba cuando todas las diferenciaciones posibles se han agotado:

entonces todo aparece ordenado desde lo más simple. Es el momento de la identidad total,

que se alcanza en la total reducción del objeto en el sujeto: idealismo absoluto, la razón es

totalmente constitutiva de la realidad, y saca de sí misma todo lo que conoce, que es todo

lo real: el orden de lo real y de lo racional se identifican.

l) Al final, la filosofía accede al conocimiento absoluto y, no sólo porque llega a

comprender la totalidad de lo real, sino porque, además, conoce cada cosa "en relación al

todo y formando parte del todo".

3.4 Influencias hegelianas en la obra de Marx.

Aunque reinterpretados, hay dos elementos de la filosofía hegeliana que influirán

en la filosofía de Marx. Estos son:

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a) El trasladar la razón como sujeto del conocimiento del plano abstracto, en el que hasta

ahora se había situado, al plano histórico. El análisis del conocimiento no se puede realizar

de un modo abstracto e intemporal, es imprescindible recurrir a su desarrollo en la historia

para poder ser entendido. La historia es el elemento que nos permite entender la evolución

y la constitución del conocimiento humano, y por lo tanto, también nos permite realizar su

crítica.

b) La dialéctica como modo de compresión y conocimiento de la realidad. Pero no sólo

tiene un valor gnoseológico, también posee un valor ontológico: la concepción dialéctica

de la realidad.

Entienden, conocimiento y realidad, como procesos dinámicos que se desarrollan en la

historia. Lo esencial es que lo negativo, las contradicciones y los límites que observamos

tanto en la realidad, como en el conocimiento, no son algo inútil o desechable sino que

forman parte consustancial a ellos y constituyen el motor de su dinamismo.

La historia, así como el conocimiento y la realidad, tienen un sentido definido y es la

superación de esos límites, de esas diferencias. Esa superación no se hará por la vía de

eliminarlos, sino en el sentido de comprenderlos e integrarlos en el conjunto del proceso

como pasos dolorosos pero necesarios.

4 LA FILOSOFÍA DESPUÉS DE HEGEL.

4.1 Introducción.

La obra de Hegel era monumental porque, no sólo había integrado todos los

acontecimientos históricos (incluyendo los negativos como necesarios -dentro de su

concepción dialéctica de la realidad-), sino que, además, también lo había hecho

conectándolo con todas las disciplinas del saber. Pero un sistema tan complejo era a la vez

muy ambiguo y se prestaba a diversas interpretaciones. Se podía ver en su sistema la

justificación del orden social y político injusto que se vivía (interpretándolo como el punto

de llegada de la historia) o se podía ver en la dialéctica misma un instrumento para

superar ese mismo estado de cosas.

Esa ambigüedad hizo y facilitó que su filosofía pudiese ser interpretada:

a) desde una perspectiva conservadora: como una consolidación y conservación

de la Religión y de la Teología -no olvidemos que lo Absoluto es también Dios-, y como

una justificación "ideológica" de un poder autoritario -que regía su tiempo-. El estado

actual de cosas es el fin de la historia, y de ese modo todo está justificado.

b) desde una perspectiva progresista: como una disolución y, a fin de cuentas,

negación de la Religión y de Dios, ofreciendo, además, el carácter dialéctico de la realidad

un motor de trasformación del orden político y social dado.

Por ello, los seguidores de Hegel se dividieron en dos bandos:

a) la derecha hegeliana: hacen una interpretación conservadora del pensamiento

de Hegel, centrándose en el uso del sistema hegeliano: en ellos se da más importancia al

orden que presenta lo “absoluto”, lo cual, a su juicio, justificaba que todo permaneciera

igual.

b) la izquierda hegeliana: tienen una actitud crítica ante la filosofía de Hegel y

hacen una interpretación progresista de su pensamiento, centrándose en el uso de la

dialéctica como método. Entre ellos, a su vez, aparecen dos tendencias:

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- aquellos que se centran en la crítica de la religión y la teología hegelianas, así como en su

idealismo: L. Feuerbach.

-aquellos que, como K. Marx, hacen un análisis teórico más a fondo de la teoría hegeliana

y se centrarán más en la crítica política.

4.2 La crítica de Feuerbach al idealismo y la religión hegelianos.

Feuerbach influirá en Marx, aunque éste posteriormente también le criticará.

Feuerbach propondrá una reforma radical de la filosofía: ésta no puede estar mirando al

pasado ni ser una cuestión de "escuela", sino que debe de estar de lado de las necesidades

verdaderas y operando en la transformación del presente desde las

necesidades del futuro.

Puesto que la dialéctica avanza negándose, hay que ser

valientes, atreverse a ser negativos para poder pensar el presente

desde el futuro: la nueva reforma de la filosofía requiere como

paso previo e ineludible la crítica de la filosofía hegeliana. Esta

crítica se hace fundamentalmente en dos sentidos.

4.2.1 CRÍTICA AL IDEALISMO HEGELIANO.

La filosofía de Hegel es abstracta, parte de la Idea, el

Espíritu y su historia -la fenomenología- es la historia de la evolución del pensamiento, las

ideas (recordar que en Hegel lo sensible, el fenómeno, era al final reducido a una mera

manifestación parcial del Espíritu, del sujeto -de ahí que la filosofía de Hegel sea un

idealismo absoluto). Para Feuerbach, al contrario, la filosofía debe partir de la vida

humana, con sus necesidades y sus insuficiencias, y donde Hegel pone el Espíritu, las

ideas, Feuerbach pone la materia, lo sensible (hace una inversión materialista de la

filosofía de Hegel).

4.2.2 CRÍTICA DE LA TEOLOGÍA Y LA RELIGIÓN: LA ALIENACIÓN RELIGIOSA.

Como consecuencia de su actitud crítica frente al idealismo hegeliano, Feuerbach

realiza también una crítica a los fundamentos teóricos del pensamiento de Hegel. De este

modo, para Feuerbach, la filosofía de Hegel no es otra cosa que una teología

racionalizada. La concepción hegeliana de que la materia se deriva de la Idea -es una

manifestación de ésta- no es nada más que la racionalización de la idea teológica de que

Dios creó la Naturaleza.

La crítica que Feuerbach hace de la religión no tiene por objetivo negar la religión

como si fuese una "ilusión", hasta el punto de excluir de la naturaleza del ser humano

cualquier dimensión religiosa. Antes, al contrario, la religión constituye, según Feuerbach,

"la esencia inmediata del ser humano".

El sentido de la crítica radica en mostrar como falsa la esencia teológica de la

religión y en reducir la religión íntegramente a la esencia del ser humano. La esencia

teológica de la religión quiere decir que ésta se piensa como la relación del ser humano con

Dios, entendido éste como un ser separado y distinto de él y que posee de un modo infinito

y absoluto todas las perfecciones que el ser humano, por su parte, sólo tiene de un modo

finito. Pero esta idea de "Dios" no es sino un producto de la mente del ser humano.

La génesis de esta idea se realiza a partir de la proyección que el ser humano

hace de sí mismo y de su esencia. El proceso es el siguiente: el ser humano pone fuera de

sí sus cualidades, "objetivándolas", las magnifica y perfecciona de forma ilimitada. Pone

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esas cualidades en otro ser ajeno y extraño a él mismo: crea la idea de Dios. No es Dios

quien ha creado al ser humano sino éste quien ha creado a Dios.

En este proceso se produce la alienación religiosa: el auténtico creador, el ser

humano, termina subordinándose y adorando su propia criatura, Dios, al que acepta y

considera como Ser absoluto y superior a él mismo.

La alienación tiene dos sentidos:

1. La expropiación de la realidad sensible que es el ser humano de su propia

naturaleza o sustancia y ponerla fuera de él.

2. La servidumbre, sometimiento y veneración a algo extraño, erigido contra

la realidad sensible y el ser humano.

La crítica de la religión "teológica" realizada por Feuerbach propone, por

consiguiente, la reducción de la religión a la esencia del ser humano: reducción de la

teología a la antropología. Se niega la religión de Dios y se afirma la religión del ser

humano, la religión de la humanidad. El ser humano debe liberarse mediante la educación

y la ilustración de este mecanismo alienante y ocupar el lugar que Dios le ha usurpado en

una nueva religión de la humanidad, en un nuevo humanismo.

5 EL MATERIALISMO HISTÓRICO: K. MARX.

5.1 Introducción.

5.1.1 CONTEXTO HISTÓRICO.

La vida de Marx transcurre a lo largo del siglo XIX (1.818-1.883). La historia de

Europa en este siglo viene marcada fundamentalmente en el aspecto social por el proceso

de formación y progresiva consolidación de las sociedades industriales.

A este proceso se oponen, desde sus comienzos, tendencias nacidas en la masa

creciente de obreros que se van concentrando en los principales centros urbanos y que

sufren las peores consecuencias de este nuevo sistema de producción y de división social

del trabajo caracterizado por una fuerte dinámica productiva que, siguiendo la ley del

máximo beneficio, realiza una transformación y una explotación desconocida hasta

entonces del medio natural y humano.

5.1.2 VIDA Y ETAPAS.

5.1.2.1 Período de formación: 1.818-1.842.

Nace en Tréveris (Renania), región de Prusia, cercana a

Francia. Nieto y sobrino de rabinos judíos, se tiene que

bautizar en el protestantismo para poder ejercer la

carrera de abogado. Se educa en un ambiente liberal y

democrático opuesto al régimen prusiano.

Estudia en Bonn y en Berlín, donde su interés por la

Filosofía le lleva a dedicarse a ella y abandonar el

Derecho. Se apasiona por Hegel, filósofo "oficial" en

Prusia, pero adopta una postura crítica frente a su

pensamiento. Entra en contacto con la izquierda

hegeliana y se hace seguidor de Feuerbach, de quien le

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interesa su postura materialista y su crítica de la religión. Realiza su tesis doctoral en la

Universidad de Jena con un trabajo titulado “Diferencias en la Filosofía de la naturaleza

en Demócrito y Epicuro”. Marx es todavía un demócrata liberal, ciertamente preocupado

por los problemas sociales de su época, pero aún no se declara comunista.

5.1.2.2 Período especulativo: 1.842-1.848.

Forma parte de la redacción de la Gaceta Renana, periódico diario de la oposición

liberal en la zona más industrializada de Alemania. A causa de la censura, le obligan a

abandonar el periódico. Se casa y emigra a París, donde entra en contacto con grupos

revolucionarios socialistas y comunistas. Inicia su amistad con F. Engels, quien será su

colaborador inseparable y mecenas. En este período critica sus fuentes (Hegel y

Feuerbach) y desarrolla su propia teoría, siempre en colaboración con Engels.

Desarrolla sus primeras formulaciones sobre la sociedad y la historia, es decir, las

ideas fundamentales del materialismo histórico. Muy comprometido con la acción,

rechaza sus primeras ideas liberales y reformistas y, se enfrenta a los planteamientos del

socialismo utópico (Proudhon) y el anarquismo (Bakunin). Propugna un socialismo

"científico" como vía de transformación revolucionaria.

Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]:

- Manuscritos de Economía y Filosofía* (1844), donde realiza la

primera crítica de la filosofía hegeliana y desarrolla su teoría de la

alienación, en esta obra se nota todavía la influencia de Feuerbach.

- La Sagrada Familia (1.845); La ideología alemana* (1.846)

donde expone el materialismo histórico; Once tesis sobre

Feuerbach, (1.845), donde critica la izquierda hegeliana, La

miseria de la filosofía* (1.847), donde critica el socialismo

utópico; Manifiesto del Partido Comunista* (1.848)

5.1.2.3 Período revolucionario: 1.848-1.883.

Al producirse la revolución de 1848, Marx es expulsado de Bruselas. Va a París,

Colonia y Viena, donde conoce la "Liga de los Justos", que pasará después a ser la "Liga

de los Comunistas". Se establece definitivamente en Londres, donde vivirá hasta su

muerte.

Son años consagrados a la investigación y el estudio de la economía capitalista, y

a la actividad política en la dirección del movimiento comunista internacional. Su

situación familiar estuvo amenazada constantemente por la enfermedad y por la penuria

económica, puede salir adelante gracias a la ayuda de su amigo Federico Engels.

Allí en Londres toma contacto directo con la miseria y humillación de los

trabajadores: jornada laboral de 14 horas o más; mala situación de las mujeres y los niños

que trabajan esas horas; se trabaja los domingos y no existen vacaciones; la enfermedad y

los accidentes les dejan sin empleo; no hay jubilación; el despido es totalmente libre; el

sueldo es el más pequeño posible para que el trabajador no muera de hambre.

Estos años dedicados a la investigación teórica dan como fruto su análisis

histórico de los grandes movimientos sociales desde la perspectiva del materialismo

histórico. También realiza es esta época sus estudios más decisivos de economía.

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Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]: La Lucha de clases en

Francia; El 18 Brumario de Luis Bonaparte* (1.852), ensayo sobre el golpe de Estado en

Francia; La guerra civil en Francia (1.871); Contribución a la crítica de la Economía

política* (1.859); El capital* (1.867, el primer volumen), que es su obra principal.

5.2 Teoría de la alienación.

5.2.1 CRÍTICA A FEUERBACH: SU "MATERIALISMO" ES UN IDEALISMO

ENMASCARADO.

Para comprender adecuadamente la forma de entender la alienación en Marx, es

preciso revisar este concepto en Hegel y Feuerbach. Se ha de hacer con relación a sus

respectivas formas de entender el devenir histórico.

5.2.1.1 Hegel.

En la Fenomenología del Espíritu se describe la historia como la historia del pensamiento,

de las ideas en un idealismo absoluto (ya que, al final, el objeto queda reducido al sujeto,

siendo la realidad material -la Naturaleza- una expresión del Espíritu).

La alienación en el planteamiento hegeliano surge como la necesidad que tiene el Espíritu

(sujeto) de enajenarse, escindirse en la Naturaleza (objeto) para poder conocerse y llegar a

la Autoconciencia (conocimiento de lo Absoluto).

5.2.1.2 Feuerbach.

a) Crítica a Hegel.

Para este autor, la filosofía hegeliana es una teología racionalizada, no es más que la

importación a la filosofía de la idea cristiana de que Dios (Espíritu) creó el mundo

(Naturaleza) para poder conocerse (Autoconciencia). No olvidemos que, en Hegel, lo

Absoluto se identifica con Dios.

La crítica de Feuerbach se centra en dos aspectos:

1. Es necesaria una inversión materialista de la filosofía, donde Hegel pone el

Espíritu, se ha de poner lo sensible, lo material, la Naturaleza.

2. Se ha de sustituir la religión de Dios por la religión del Ser humano. Es la crítica a

la alienación religiosa:

En Feuerbach la alienación surge de la enajenación que el ser humano hace de su propia

esencia, que proyecta y objetiva dotándola de las máximas perfecciones a través de la idea

de Dios, para, después, someterse a ella como algo superior y real a lo que debe

veneración.

b) La propuesta de Feuerbach.

Para Feuerbach se ha de sustituir la teología por la antropología, a través de la educación y

la ilustración mostrar la irrealidad de la idea de Dios y sustituirla por la del Ser humano,

esto supone un nuevo Humanismo.

La Historia tiene así un nuevo sentido y es la búsqueda del ser humano de su propia

esencia. El Espíritu (que ahora es el ser humano) se aliena en Naturaleza para conocerse:

para descubrir y recuperar su propia esencia.

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5.2.1.3 La crítica de Marx.

Para Marx, el materialismo de Feuerbach es un idealismo enmascarado porque

sustituye la Idea hegeliana (el Espíritu) por la esencia del ser humano: algo abstracto,

irreal y ahistórico. Es un nuevo idealismo porque, de esta manera, la historia es el devenir

de los hombres a la busca de una idea: la esencia genérica y abstracta del hombre.

Feuerbach prima el hombre teórico (contemplativo y pasivo), y no es éste, según

Marx, el protagonista de la historia, la historia no es la evolución abstracta de las ideas de

los hombres (en abstracto) a la búsqueda de su propia esencia.

Para Marx, el protagonista de la historia es el hombre práctico, los hombres y

grupos sociales concretos, situados en la historia, en el marco de unas determinadas

relaciones sociales y económicas.

Ésta sí es una visión materialista: el devenir histórico acontece como el resultado

de la praxis (acción humana que transforma su entorno) de los distintos grupos humanos

que en cada época se han enfrentado al dominio de la Naturaleza -para lo cual han

establecido entre ellos unas relaciones sociales y económicas-.

Por lo tanto, se han de buscar las causas de la alienación humana, no en el

plano ideal o teórico, sino en el plano material y práctico.

5.2.2 LA ALIENACIÓN EN MARX.

5.2.2.1 El concepto de trabajo como praxis: actividad productiva.

Partimos, pues, del hombre práctico. Hay en Marx una cierta idealización del

trabajo como actividad humana fundamental (podríamos decir, que es una “mística del

trabajo) ya que afirma que la actividad productiva es el rasgo que diferencia al ser

humano del resto de los animales, ¿Cómo?

Mediante el trabajo, el ser humano comprueba sus límites y posibilidades, crea e

imagina, es libre. Es el medio para:

1. Realizar su esencia: plasma en lo que hace lo que de humano tiene.

2. Conocerse: se reconoce en lo que hace.

3. Objetivarse: deja su huella en la naturaleza.

Por ejemplo: si uno ordena su habitación decorándola a su gusto.

5.2.2.2 El trabajo en el modo de producción capitalista.

Nos situamos ahora en el plano material, un modelo de actividad productiva

(trabajo) desarrollado en una época y una sociedad concreta, aquélla donde se sigue el

modelo económico del capitalismo.

En este modo de producción el trabajo conlleva la alienación porque impide la

realización del ser humano, lo deshumaniza, lo enajena de sí mismo.

Esto sucede tanto en relación con:

a) El proceso de trabajo: no lo controla ni lo domina él, sino al revés, y, por tanto, lo

"cosifica", lo convierte en un mero instrumento (cosa) más en el proceso. Anula lo

que de humano tiene: le niega la libertad de crear o conocerse.

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b) El producto del trabajo: cuanto más produce, más se empobrece al enriquecer al

empresario. De tal forma, que el producto que debiera ser su realización, pasa a ser

su enemigo al perder el trabajador la propiedad y el control de su obra.

5.2.3 CONSECUENCIAS DE LA FORMA DE DARSE EL TRABAJO EN EL MODO DE

PRODUCCIÓN CAPITALISTA.

Así pues, la causa de la alienación se encuentra en el modo de producción y

trabajo del sistema capitalista, es decir, la alienación básica y fundamental, de la que se

derivarán otras formas de alienación, es la alienación económica. Lo vamos a analizar

extrayendo las siguientes consecuencias:

5.2.3.1 Alienación del ser humano: negación de su propia naturaleza.

Se concreta de la manera siguiente:

1. El ser humano queda deshumanizado. Marx afirma: "El hombre se siente

actuando libremente en sus funciones animales tales como comer, beber, etc.;

mientras que en sus funciones humanas no es nada más que un animal".

2. En este proceso, el ser humano se convierte en una simple mercancía más, en un

objeto, ya que se convierte en un instrumento para otro ser humano, al tener que

vender su "fuerza de trabajo", y por tanto:

3. Convierte las relaciones personales entre los seres humanos en relaciones entre

cosas (reificación). Un trabajador, para un empresario, no es un ser humano en el

pleno sentido de la palabra, sino un "elemento productivo" con un coste.

4. Imposibilita su realización. El ser humano es libre si puede reconocerse a sí

mismo en el mundo que él mismo ha hecho, eso es ahora imposible, no se

reconoce (no ha dominado el proceso) ni es dueño de ello (se ha expropiado su

obra).

5.2.3.2 Pone a la economía como un fin en sí mismo y no como un instrumento al

servicio de la realización del ser humano.

Se concreta de la manera siguiente:

1. Pone el ser humano al servicio de la economía y no al revés: no tiene en cuenta

la realización personal, ni las facultades, posibilidades o necesidades de cada ser

humano.

2. En vez de liberarnos, nos esclaviza: inversión de los términos. La producción de

bienes, que nos podría liberar aumentando nuestra calidad de vida (vivir mejor),

nos esclaviza y degrada, porque no es un instrumento para nuestro bienestar sino

que nos convierte en instrumentos de su propio desarrollo.

3. La división social del trabajo se realiza al servicio de la ley del máximo

beneficio, no en razón del interés general o las potencialidades y capacidades

propias de las personas.

5.2.3.3 Genera una superestructura (ideología) que pretende enmascarar ese

proceso de alienación.

1. La pobreza no es el resultado de circunstancias adversas externas sino el modo

de trabajo predominante (trabajo basura).

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2. La totalidad de las instituciones, leyes y relaciones económicas no son un

conjunto de hechos aislados, sino un conjunto interrelacionado configurado

históricamente (sistema) que genera en el orden ideológico su propia

justificación y legitimación.

3. ¿Cómo lo hacen? : Presentando las relaciones económicas como relaciones

objetivas (naturales) y ocultando su origen, sus mecanismos de perpetuación y la

posibilidad de transformarlos.

4. Según Marx, el orden económico no es un orden natural e inmutable, las

relaciones económicas son relaciones existenciales entre los seres humanos y,

por lo tanto, se pueden y se deben cambiar.

5. La ideología es el fruto de la realidad material, no la comprensión y captación

del orden material: es lo que se denomina “inversión materialista”.

6. Según la realidad socioeconómica concreta, pueden coexistir diversas

ideologías, pero siempre habrá una que será la dominante: aquella que es fruto

del modo de producción imperante.

SUPERESTRUCTURA

La ideología y las formas de conciencia son la emanación (superestructura) del

comportamiento material de los hombres (infraestructura)

Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo

sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los

hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado,

pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne

y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida

real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este

proceso de vida. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de

los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso

empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la

metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden

pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su

propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su

intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los

productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida

la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia

como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde

a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia

solamente como su conciencia.

La ideología alemana, A,2: De la producción de la conciencia

Veamos, más en detalle, el análisis que hace Marx de la ideología. El análisis

materialista de Marx, desde su percepción del ser humano como un ser real e histórico,

concluye con su convicción de que las ideas, la política, por sí misma, no cambia la

realidad. No son las ideas las que determinan la realidad, es la realidad social y

material la que explica una determinada ideología en cada momento histórico.

Sabemos que a Marx se le ha denominado “filósofo de la sospecha”. Sospechar

no es simplemente dudar. Sospechamos que alguien miente, que hay algo inconfesable

que trata de ocultarse, descubrimos que hay una intencionalidad en que las cosas

aparezcan cambiadas o falseadas. En Marx, la sospecha apareció primero respecto a esa

proyección que el ser humano hace de sus aspiraciones más humanas en la religión.

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Pero Marx sospecha también de la filosofía misma: no es ya que las ideas no nos

expliquen adecuadamente la realidad, sino que la falsean con el fin de ocultarla. Éste es

el sentido del término “ideología” introducido por Marx.

Para Marx, el ser humano vive tanto en un mundo de ideas como en un mundo

de cosas y acontecimientos. De hecho, la cultura en la que estamos inmersos es “nuestro

mundo” por ser un conjunto de representaciones, imágenes, valoraciones, conceptos y

también mitos que determinan nuestros comportamientos y nuestras vidas, incluso

cuando somos críticos respecto a ellas. Sin duda, las ideas surgen en algún momento de

las cabezas de algunos seres humanos, pero en determinadas circunstancias se pierde la

noción de su origen como si adquirieran “vida propia” y se convierten en “ideas

dominantes”.

Esa “conciencia ideológica”, que le es indispensable al individuo para instalarse

en el mundo social en el que vive, es, por otra parte, como el “cemento” que da

cohesión al edificio social. Así, la conciencia ideológica obtiene su grado de verdad al

ser, por una parte, la adaptación del individuo a su mundo y constituir, a la vez, la

cohesión básica que mantiene unida a una sociedad. En la medida que esa conciencia

ideológica es dominante, es lógico pensar que será conservadora, y por eso,

falsificará la realidad siempre que esa realidad sea contradictoria e injusta.

Así pues, la conciencia ideológica es un “producto social”, porque al hombre

sólo le es dado pensar desde las circunstancias determinadas en que vive. No son las

ideas las que determinan la realidad social y política, sino las condiciones reales,

frecuentemente ignoradas adrede, las que determinan el pensamiento y la conciencia de

una época.

Pero, la conciencia ideológica es también práctica y actúa, a su vez, sobre la

sociedad. Para Marx, sólo una ciencia que, por debajo de los fenómenos sociales,

descubra la forma originaria de producción de la vida social de los hombres será

científica y estará, por tanto, en condiciones de desvelar las claves de las

contradicciones sociales. Sólo así la ciencia será práctica, praxis, es decir, capaz de

reducir las contradicciones, según el propio Marx proclama en la última de las Tesis

sobre Feuerbach: “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo; de lo que se

trata es de transformarlo”.

5.2.4. OTRAS FORMAS DE ALIENACIÓN DERIVADAS DE LA ALIENACIÓN EN EL

TRABAJO.

La alienación en el trabajo genera otros tipos de alineación en el plano

ideológico:

5.2.3.4 La alienación religiosa.

Para Marx, "la religión es el opio para el pueblo". La religión es un producto humano,

más concretamente, del Estado y la sociedad, que invierten el mundo para justificarse y

consolidarse. Se trata de una fantástica realización de la esencia humana porque ésta no

tiene verdadera realidad. Justifica el sufrimiento y la negación del presente a través de

una esperanza en el futuro. La misión de la filosofía es desenmascararla a través de la

crítica política.

5.2.3.5 La alienación política.

Es una crítica a Hegel, el cual diferenciaba entre:

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17

1. Sociedad civil, que es donde se produce la lucha de intereses privados y refleja

la lucha de los distintos grupos.

2. El Estado, encarna el interés general, es la razón de Estado. Esta razón suponía

una síntesis y reconciliación de esa lucha de intereses privados.

Según Marx, esta distinción es un producto ideológico, una forma de alienación

más, no existe tal separación: el Estado no está regido por una razón objetiva sino por

los intereses de la propiedad privada e intenta justificar con la igualdad (teórica) de

todos ante la ley la desigualdad (real y práctica) producto de la propiedad privada.

El análisis materialista de Marx, desde su concepción del ser humano como ser

real e histórico, concluye que la política, por sí misma, no cambia la realidad. No son

las ideas políticas las que determinan la realidad, es la realidad social la que explica

una determinada política en cada momento histórico.

Si la política no cambia la realidad histórica, se hace preciso un análisis de las

realidades políticas desde algo anterior a ellas mismas y a los dirigentes políticos que

parecen decidirla. Para Hegel, desde su postura idealista, el Estado era la plasmación

efectiva de la libertad y la igualdad plenamente realizadas, es decir, suponía el ámbito

en el que se armonizaban lo privado y lo público a través de la realidad del derecho y las

leyes. Marx coincide con sus contemporáneos en que la gran conquista histórica

moderna de la política había sido pasar del absolutismo al Estado de Derecho, en el que

el gobernante, ya sea en un régimen monárquico o republicano, gobierna sobre la base

de una Constitución y un derecho racional al que él mismo está supeditado.

Pero la situación que la filosofía del derecho y del Estado de Hegel consagra

como la plena realización de la libertad y la racionalidad es una situación histórica y

real, en la que la desigualdad más irracional entre los hombres va en aumento y en la

que el capitalismo industrial ha llevado a la inmensa mayoría a una nueva forma de

esclavitud a través del trabajo asalariado de las nuevas formas de producción. El

trabajador, como ciudadano, es, en efecto, libre de aceptar o no las condiciones

laborales que le ofrece el patrono, pero no lo es como hombre natural y social que

quiere sobrevivir y mantener a su familia.

5.2.4 CÓMO SUPERAR LA ALIENACIÓN EN TODAS SUS FORMAS.

Se han de dar dos pasos:

1. Hacer una crítica de la ideología dominante y un análisis del orden social

existente desde el materialismo histórico. Se requiere un análisis del modo de

producción para mostrar que no es un orden natural u objetivo, sino una

situación histórica y social concreta fruto de las relaciones de poder entre los

grupos sociales (clases) que se pueden y deben cambiar.

2. Destrucción del orden social existente (revolución), que es el que provoca las

condiciones de vida que genera esa ideología. Esto exige la abolición del modo

de trabajo existente y su fundamento: la existencia de la propiedad privada. La

abolición de la propiedad privada no es un fin en sí mismo, sino un medio para

poder eliminar el trabajo alienado.

El nuevo orden social comportará, pues, la socialización de los medios de

producción, ahora todo dependerá de qué se haga con los medios de producción

socializados:

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18

a) Si no son utilizados para la satisfacción del individuo libre y su

desarrollo, sería simplemente un nuevo modo de subyugar a los

individuos a una universalidad ficticia y meramente teórica. Éste es,

según Marx, el peligro que subyace en el planteamiento de Feuerbach y

que se dio, posteriormente, en el comunismo real.

b) Ha de procurar una sociedad y una economía al servicio del ser humano

y de su realización (calidad de vida). Es su idea del comunismo.

5.3 El Materialismo Histórico.

Es como se denomina su filosofía y sirve de instrumento de análisis de la

realidad y de la historia, es decir, el materialismo histórico es tanto una teoría

científica sobre la historia como un análisis, hecho desde la óptica de las relaciones

materiales y económicas, de los entresijos del modo de producción capitalista, análisis

cuyo fin último no es otro que el de mostrar sus propias contradicciones y el modo

efectivo de superarlo.

5.3.1 CATEGORÍAS FUNDAMENTALES.

El ser humano extrae de la naturaleza sus bienes para subsistir pero no es

autosuficiente, por lo que se asocia con otros individuos (sociedad) para satisfacer sus

necesidades vitales. Esto genera un modelo de relaciones económicas: una división

social del trabajo y una forma de reparto de la riqueza producida. Veamos cuáles son las

categorías que Marx elabora para poder comprender este proceso:

1. Factores de producción. Son aquellos que intervienen en la producción o

proceso de trabajo y mediante los cuales se transforma un objeto en un producto

útil. Son:

a. La materia prima: es el objeto sobre el que se trabaja.

b. Los medios de producción: es el conjunto de cosas, instrumentos,

útiles, maquinaria, etc. junto con la tecnología o técnica (como saber).

c. La fuerza de trabajo: es la energía humana empleada. La constituyen

los sujetos de la actividad productiva. En la historia, cronológicamente,

han sido: esclavos, siervos y trabajadores.

2. Fuerzas productivas. Son el resultado o la combinación de los dos factores

anteriores: la fuerza de trabajo (energía humana) y los medios que tienen los

trabajadores para desarrollar su trabajo. Este concepto resume la capacidad

tecnológica (fuerza humana de trabajo y formación técnica, instrumentos y

medios de trabajo…) de la que dispone una determinada formación social en un

momento histórico concreto para resolver las necesidades de producción. Indica

el nivel de desarrollo de cada época (formación social).

En la historia se observan un largo proceso de desarrollo de las fuerzas

productivas y una progresiva división social del trabajo (son dos constantes del

desarrollo histórico), proceso que se incrementa y acelera de forma especial con

la revolución industrial y el modo de producción capitalista.

3. Relaciones de producción. Son las relaciones que se establecen entre los

miembros de una sociedad histórica concreta en la realización de las actividades

que aseguran, en un sentido amplio, la producción social de la vida (la

satisfacción de sus necesidades) según un determinado modo de producción.

El Materialismo Histórico de Karl Marx

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19

Estas relaciones vienen determinadas por el lugar que se ocupa en la división

social del trabajo (que es lo que a cada uno le toca hacer en ese concreto modo

de producción) y en el intercambio, la distribución y la apropiación del

beneficio social (la parte que se lleva cada cual del producto global) obtenido

para satisfacer las necesidades de los distintos miembros de la sociedad. Las

relaciones de producción tienen su expresión jurídica en las relaciones de

propiedad.

Marx atribuyó una importancia decisiva a las transformaciones en el desarrollo

de las fuerzas productivas, de las que hacía depender en gran medida los

cambios en el orden de las relaciones de producción.

La desigual distribución del trabajo y del beneficio, que caracteriza las

relaciones de producción de las sociedades donde existe la propiedad privada

de los medios de producción, comporta la existencia de clases antagónicas

(esclavo / hombre libre; siervo / señor; proletario / capitalista) y la lucha de

clases como fuente permanente de conflictos sociales y motor de la historia

con sus correspondientes efectos en otras manifestaciones de la vida social.

Las relaciones de producción expresan las relaciones que se establecen entre los

propietarios de los medios de producción y los productores directos de un modo

de producción determinado, pudiendo ser estas relaciones:

a. Conflictivas: el trabajador vende su fuerza de trabajo al precio y

condiciones que establezca el propietario de los medios de producción:

relación explotador / explotado.

b. Antagónicas: unos defienden la propiedad de los medios de producción

como algo exclusivo y otros como algo colectivo.

5.3.2. Inversión materialista.

La base de toda dialéctica (realidad e historia) se halla en la búsqueda del ser

humano por satisfacer sus necesidades elementales, enfrentándose a la naturaleza y

mediante la actividad práctica. De esa manera se van desarrollando los distintos modos

de producción, distribución, intercambio y consumo de bienes. Son éstos (la realidad

económica, plano material) los que determinan que los seres humanos tengan ésta o

aquella mentalidad, elaboren éstas o aquellas leyes y se dé éste o aquel modo de

gobernar.

Según Marx, no son las ideas lo que mueven la historia, sino que son las

relaciones económicas de producción, la vida material, la que condiciona el proceso de

la vida social, política y espiritual. De forma que el sistema de producción condiciona

(pero no determina) toda la historia humana.

5.3.3. CONCLUSIONES. MATERIALISMO HISTÓRICO Y FILOSOFÍA DE LA HISTORIA: EL

SENTIDO DE LA HISTORIA.

Marx contempla la historia como un proceso de maduración progresiva (que no

excluye accidentes, retrocesos, catástrofes, etc.) de la capacidad económica de la especie

humana para dominar la naturaleza y producir medios con que satisfacer sus crecientes

necesidades.

Este desarrollo se produce a partir de la dialéctica que se establece entre el

desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, que arrastra tras de sí

El Materialismo Histórico de Karl Marx

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20

las restantes manifestaciones de la vida social (aspectos superestructurales: estructuras

jurídico-políticas y estructuras ideológicas), en un proceso de mutuo condicionamiento. El

motor de la historia se concreta así en la "lucha de clases".

De ahí que la historia sea también, para Marx, el escenario de la alienación

creciente del hombre por fuerzas que él crea pero que acaban dominándolo, y de la

explotación de unas clases por otras.

La sucesión en la historia de los diferentes modos de producción había llevado

hasta el modo de producción burgués o capitalista, que es el que domina en la época que

vive Marx. Éste, en una afirmación llena de optimismo progresista, esperaba la próxima

superación de este modelo. La auténtica historia humana comenzaría cuando el ser humano

fuera capaz de adueñarse de su propio destino y realizar todas sus ricas potencialidades,

una vez superadas la explotación y la alienación que habían acompañado hasta entonces

todo el proceso histórico. De esta manera, todo el desarrollo histórico anterior se podría

calificar como “prehistoria de la humanidad”.

5.4 Análisis del modo de producción burgués o capitalista.

Por ser la realidad dialéctica, este modo de producción lleva en su mismo modo de

ser los elementos contradictorios que causarán su propia desaparición o superación. Por

ello, es preciso un análisis a fondo de su funcionamiento para poder buscar sus

contradicciones y acelerarlas para poder superarlo.

Elementos característicos de la dinámica de este modo de producción son:

5.4.1 EL CAPITAL.

Como todos los modos de producción anteriores, el capitalista, está fundado en la

existencia de la propiedad privada, pero en este modo ésta se concreta en el capital.

El capital es el conjunto de bienes productivos (edificios, instalaciones, maquinaria,

herramientas y materiales) y de dinero que permiten a su propietario comprar la fuerza de

trabajo de obreros y técnicos y hacerla producir mercancías. Se puede distinguir entre:

a) Capital constante o bienes de producción: compuesto por edificios, instalaciones,

maquinaria, herramientas y materiales.

b) Capital variable: abarca únicamente el dinero con el que se adquiere la fuerza de trabajo.

Es la parte que arroja beneficio ya que paga una parte del valor que el tiempo de trabajo

añade al producto: la necesaria para que el trabajador restaure sus fuerzas. El resto

(plusvalía) se lo apropia el capitalista para reponer y ampliar su capital y elevar su

consumo personal.

5.4.2 CONSECUENCIAS DEL GRAN DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS.

1. La revolución industrial y el maquinismo provocan:

a) Subordinación esclavizante de la fuerza de trabajo humana a la máquina y una

mayor especialización (división social del trabajo).

b) Un aumento en la capacidad productiva (desarrollo de las fuerzas productivas) y,

por lo tanto, un excedente de productos que hay que colocar en nuevos mercados.

Esto lleva a una globalización y universalización de los mercados. Siendo la

obtención del máximo beneficio económico el supuesto fundamental sobre el que

se establece la existencia y el desarrollo del modo de producción capitalista, se

produce, en consecuencia, un fuerte crecimiento de las fuerzas productivas, por

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21

el que el sistema, rompiendo cualquier tipo de barreras nacionales e invadiendo

todo tipo de mercados, se universaliza. Esa expansión económica se controla

políticamente a través del colonialismo.

2. Desarrollo de los medios de comunicación y transporte, que comporta mayor

competencia entre trabajadores pero también más facilidades de comunicación entre

ellos para su organización.

3. Crisis cíclicas del capitalismo. Producidas por la descompensación entre la capacidad

productiva y la capacidad de consumo. Generan excedentes que se han de destruir o

recolocar en nuevos mercados. Producen el hundimiento de empresas y la aparición de

procesos de fusión entre ellas en grupos cada vez más grandes: progresiva acumulación

del capital cada vez en menos manos. Ésta es una de las contradicciones que, según

Marx, llevaría al fin del capitalismo.

5.4.3 CONSECUENCIAS DE LAS NUEVAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN.

1. División creciente entre dos clases principales y directamente enfrentadas: la burguesía

y el proletariado. El resto de clases tienden a desaparecer, tanto la aristocracia, que ha

sido sustituida por la burguesía en el poder, como la pequeña burguesía (pequeños

industriales, comerciantes, artesanos y campesinos), que tiende a proletarizarse.

Recordemos que las clases se definen como grupos humanos que se distinguen entre sí

por el lugar que ocupan en el sistema de producción social, por las relaciones que

guardan con los medios de producción (relaciones que suelen fijar las leyes) y por su

papel en la organización del trabajo. De todo ello se deriva un modo peculiar de cada

clase de acceder a la riqueza social y la cuantía en que participan en ella.

2. Las relaciones entre burgueses y proletarios son relaciones de explotación:

a) Los burgueses son los propietarios del capital (dinero de inversión) y de los medios

de producción (edificios, maquinaria, etc.).

b) Los trabajadores tienen únicamente su fuerza de trabajo, que venden en el mercado

de trabajo a cambio de un salario, destinado a reponer la fuerza de trabajo invertida

en la producción. Son los productores directos de la riqueza social (incluidos los

bienes de capital) y los que menos reciben.

3. Generación de la plusvalía. Es la diferencia entre el valor producido por el obrero y el

de su propia fuerza de trabajo, que es pagado con el salario. De ella se apropia el

capitalista y es el fundamento de su enriquecimiento.

El tiempo de trabajo del productor es superior al que se requiere para generar la riqueza

que le revierte en forma de salario. Marx distingue entre:

a. Trabajo necesario: es el tiempo dedicado a producir el valor de sus medios de

subsistencia (de su fuerza de trabajo), es decir, de su salario. En el sistema

capitalista sirve para reponer el valor del capital variable desembolsado por el

empresario.

b. Trabajo excedente: es el tiempo dedicado a producir que no crea valor

alguno para el trabajador pero sí para el capitalista en forma de plusvalía: el

valor de todos los productos que durante ese tiempo produce el trabajador.

El Materialismo Histórico de Karl Marx

IES “La Fuensanta” Departamento de Filosofía

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4. Aumento de la "conciencia de clase" de los trabajadores, debida, sobre todo, a la

diferencia entre un número cada vez menor de propietarios de los medios de

producción y otro progresivamente mayor de obreros explotados y empobrecidos. Esta

es otra de las grandes contradicciones del sistema capitalista; según Marx, es la

principal.

Tiempo ╓ Trabajo necesario................. Salario

de ║

trabajo ╙ Trabajo excedente................. Plusvalía