12
'fema monográfico Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico Dr. Jesus Tapia Jurado* Dra. lrma Sánchez Montes** Dr. César Netzahualcoyotl Mateos Ahumada*** Introducción El paso de una porción del estómago hacia la cavidad torácica se conoce corno hernia hia- tal. La hernia hiatal se encuentra dentro de las anormalidades anatómicas más comunes del tubo digestivo alto, aproximadamente el 50 por ciento de los pacientes con evidencia ra- diológica de hernia hiatal son asintomáticos y no requieren tratamiento alguno. La mayoría de los pacientes sintomáticos pueden ser ma- nejados rnédicarnente y sólo el 5 por ciento requerirán tratamiento quirúrgico. Ver cua- dro r. 1 2 El diagnóstico de hernia hiatal se realizó a principios de este siglo por Botha y la primera cirugía la llevó a cabo Williarn Mayo en 1911. Allison, en 1959, publicó su artículo clásico, donde describe el reflujo grastroesofágico corno causante de la sintornatología y diseña corno tratamiento quirúrgico definitivo una válvula antirreílujo a nivel de la unión gastroe- sofágica. Angelchil y Cohen, emplean el anillo de silicón para Ja fijación del esófago abdomi- nal. Actualmente las operaciones de Nissen, Belsey y Hill son las más populares para su control. 3 6 Consideraciones generales del esófago El esófago proviene del tubo endodérmico cervical primitivo, su desarrollo es paralelo al del diafragma y experimenta una emigración toracoabdorninal. Se identifica desde la nove- na semana de gestación. 7 El esófago es un conducto músculo mem- branoso con una longitudinal de 34 a 40 cm en *Ci rujano ge neral adscrito al Servicio de Cirugía General del Hospital "Gabriel Mancera", IMSS '*Residente del tercer año. Cu rso de especialidad en Cirugía Genera l del Centro Méd ico Nac iona l, IMSS '** Residente del segundo año . Curso de especial idad en Cirugía General del Centro Médico Nacional, IMSS 562 el adulto. El esófago se inicia a nivel de la sex- ta vértebra cervical en el esfínter cricofaríngeo, al entrar al tórax está por detrás y un poco ha- cia la izquierda de la tráquea, cambia a la dere- cha al pasar por detrás del arco de la aorta y de la bifurcación traqueal y, a nivel de la déci- ma vértebra dorsal , se incurva hacia Ja izquier- da y hacia adelante para pasar frente a la aorta y a través del hiato esofágico que se encuentra en el diafragma. Presenta tres estrechamien- tos fisiológicos: el esfínter cricofaríngeo, el broncoaórtico y la "pinza diafragmática" , si- tio en donde el esófago atraviesa el hiato dia- fragmático. La pared esofágica está constituida por cua- tro capas: la mucosa de tejido epitelial plano estratificado no queratinizado; la subrnucosa que contiene el plexo de Meissner; la muscular que varía según su localización, en sus dos tercios superiores es músculo estriado volun- tario y en su tercio distal son fibras lisas invo- luntarias, a este nivel se localiza el plexo rnien- térico de Auerbach; y finalmente la adventi- cia.8 9 En su dirección hacia abajo, el esófago atra- viesa el diafragma por un defecto llamado hiato esofágico que mide normalmente 1.5 cm de diámetro, el cual se contrae durante la ins- piración y con la estirnulación del nervio fréni- co, está anterior y medial al hiato aórtico y se encuentra a la izquierda de la línea media limi- tado por dos pilares: el izquierdo que va de las dos primeras vértebras lumbares y el derecho que parte de las tres primeras y va a terminar al tendón del diafragma. Su situación y orga- nización es muy variable corno lo demuestran estudios realizados en cadáveres (Fig. 1 ). Sien- do el de mayor frecuencia el hiato formado por las fibras del pilar derecho (Tipo I), el que se divide y cruza enfrente y detrás del esófago . Entre el pilar y el borde inferior de la duodéci- ma vértebra dorsal, hay una fascia sobre la aorta denominada ligamento arcuato media- REV. FAC. MEO. MEX.

Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

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Page 1: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

'fema monográfico

Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico Dr. Jesus Tapia Jurado* Dra. lrma Sánchez Montes** Dr. César Netzahualcoyotl Mateos Ahumada***

Introducción El paso de una porción del estómago hacia

la cavidad torácica se conoce corno hernia hia­

tal.

La hernia hiatal se encuentra dentro de las

anormalidades anatómicas más comunes del tubo digestivo alto, aproximadamente el 50

por ciento de los pacientes con evidencia ra­diológica de hernia hiatal son asintomáticos y no requieren tratamiento alguno. La mayoría

de los pacientes sintomáticos pueden ser ma­nejados rnédicarnente y sólo el 5 por ciento

requerirán tratamiento quirúrgico. Ver cua­dro r. 1 2

El diagnóstico de hernia hiatal se realizó a

principios de este siglo por Botha y la primera cirugía la llevó a cabo Williarn Mayo en 1911.

Allison, en 1959, publicó su artículo clásico,

donde describe el reflujo grastroesofágico

corno causante de la sintornatología y diseña

corno tratamiento quirúrgico definitivo una válvula antirreílujo a nivel de la unión gastroe­sofágica. Angelchil y Cohen, emplean el anillo de silicón para Ja fijación del esófago abdomi­

nal. Actualmente las operaciones de Nissen,

Belsey y Hill son las más populares para su

control. 3 6

Consideraciones generales del esófago

El esófago proviene del tubo endodérmico cervical primitivo, su desarrollo es paralelo al del diafragma y experimenta una emigración

toracoabdorninal. Se identifica desde la nove­

na semana de gestación. 7

El esófago es un conducto músculo mem­

branoso con una longitudinal de 34 a 40 cm en

*Ci rujano ge nera l adscri to al Servicio de Cirugía General del Hospi tal "Gabr iel Mancera", IMSS

'*Residente del tercer año. Cu rso de especialidad en Cirugía General del Centro Médico Nacional, IMSS

'**Residente del segundo año. Curso de especial idad en Cirugía General del Centro Médico Nac ional, IMSS

562

el adulto. El esófago se inicia a nivel de la sex­ta vértebra cervical en el esfínter cricofaríngeo,

al entrar al tórax está por detrás y un poco ha­

cia la izquierda de la tráquea, cambia a la dere­

cha al pasar por detrás del arco de la aorta y

de la bifurcación traqueal y, a nivel de la déci­ma vértebra dorsal , se incurva hacia Ja izquier­

da y hacia adelante para pasar frente a la aorta

y a través del hiato esofágico que se encuentra en el diafragma. Presenta tres estrechamien­

tos fisiológicos: el esfínter cricofaríngeo, el broncoaórtico y la "pinza diafragmática" , si­tio en donde el esófago atraviesa el hiato dia­

fragmático.

La pared esofágica está constituida por cua­

tro capas: la mucosa de tejido epitelial plano estratificado no queratinizado; la subrnucosa

que contiene el plexo de Meissner; la muscular

que varía según su localización, en sus dos

tercios superiores es músculo estriado volun­tario y en su tercio distal son fibras lisas invo­

luntarias, a este nivel se localiza el plexo rnien­térico de Auerbach; y finalmente la adventi­cia. 8 9

En su dirección hacia abajo, el esófago atra­

viesa el diafragma por un defecto llamado

hiato esofágico que mide normalmente 1.5 cm de diámetro, el cual se contrae durante la ins­piración y con la estirnulación del nervio fréni­

co, está anterior y medial al hiato aórtico y se encuentra a la izquierda de la línea media limi­tado por dos pilares: el izquierdo que va de las

dos primeras vértebras lumbares y el derecho

que parte de las tres primeras y va a terminar al tendón del diafragma. Su situación y orga­

nización es muy variable corno lo demuestran estudios realizados en cadáveres (Fig. 1 ). Sien­do el de mayor frecuencia el hiato formado por las fibras del pilar derecho (Tipo I), el que se divide y cruza enfrente y detrás del esófago .

Entre el pilar y el borde inferior de la duodéci­

ma vértebra dorsal, hay una fascia sobre la

aorta denominada ligamento arcuato media-

REV. FAC. MEO. MEX.

Page 2: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

-"'

no, que dá origen a los pilares. La motilidad esofágica está constituida por

tres ondas: a) Primarias: es una onda de contracción

con propulsión que se origina con la deglución. b) Secundarias: una onda peristáltica origi­

nada abajo de la hipofaringe , cuando hay dis­tensión localizada, tiene la misma morfología

de las ondas primarias: c) Terciarias: se presenta a nivel de la mus­

culatura lisa, en sujetos vagotomizados y en ancianos. Son contracciones espontáneas, no propulsivas.10

Las presiones del esófago, en reposo y con los movimientos de la deglución, se observan

en la figura 2. 11

La función del esófago es transportar los alimentos de la faringe al estómago. En el seg­mento distal del esófago está localizado el es­fínter esofágico inferior (EEI) , que impide el reflujo del ácido gástrico al esófago . La regu­

lación está dada por varios factores. a) las características intrínsecas de la mus­

culatura esofágica y esfinteriana . b) la interacción de las hormonas gastroin­

testinales y c) el sistema autónomo. Se puede concluir que la competencia del

cardias no es dada por un sola característica sino por la suma de varias, algunas de ellas probablemente se desconocen o bien no se les ha dado la importancia real; entre las princi­pales tenemos:

a) Angulo agudo del borde izquierdo del esófago con el borde derecho del fundus gás­trico .

b) La presencia y acción del ligamento fre­noesofágico.

c) La presencia de segmento esofágico intra­abdominal.

d) La estimulación de la peristalsis esofági­ca por presencia de jugo gástrico en contacto

con la mucosa.

REV. FAC. MEO. MEX.

Cuadro 1 La ev1denc1a de hernia h1atal se realiza por medios rad1ológ1cos y la s1ntomatología es causada por el reflu­JO gastrosofág1co.

Hernia hiatal

Manifestaciones clínicas Porcentaje

Asintomáticos 50 Sintomáticos 50

Tratamiento médico •45 Tratamiento quirúrgico 5

e) La acción de pinza de los pilares. f) La acción valvular de la mucosa gástrica. g) La acción de la presión positiva intra­

abdominal.

h) La acción de la presión negativa intra-to­rácica

i) La presencia de un esfínter intrínseco

Clasificación de hernias hiatales Las hernias diafragmáticas a través del hia-

to esofágico se dividen en tres tipos fundamen­tales:

1) Hernia hiatal por desli zamiento: en las cuales existe componente importante de reflu­jo gastroesofágico, con incompetencia del es­fínter inferior (Fig. 3)

2) Hernia hiatal paraesofágica : cuya preva­lencia es menor del 5 por ciento, tiene el esfín­ter y unión gastroesofágica conservada. Sien­do su característica principal que la curvatura mayor del estómago se "enrolla" hacia la iz­quierda del esófago y pasa a la cavidad toráci­ca

3) Hernia hiatal mixta: situación en la que existen los dos componentes antes menciona­dos .

Epidemiología

La distribución por edad y sexo se específi-

563

Page 3: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig. 1. D1stribuc1one-s más frecuentes de los pilares del hiato esofágico

(Tomado del Libro Shackelford R. T. Diagnóstico Ourúrgico. Salvat Editores. 1 a. Edición Barcelona, 1971)

Pilar derecho Pilar izquierdo

Tipo 1 Tipo 11

Tipo 111 TIPO IV

564 REV. FAC. MEO. MEX.

Page 4: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

o CJ ¡¡:: 'nl ... Cl o e: o E ni

E Q)

1-

&

Faringe

Esfínter superior

Cuerpo del

esófago

Esfínter inferior

Estómago

cm desde

incisivos

15

20 22

25

39

Presión del esófago en reposo

Presión del esófago con los movimientos de

igual a la presión ambiente

4 mm Hg arriba de la presión ambiente

5-1 O mm Hg abajo de la presión ambiente

5 mm Hg arriba de la presión intragástrica

5-1 O mm Hg arriba de la presión ambiente

mm Hg o

o

o +5

~ deglución

9 segundos

. \ 1 '

LO (()

LO

x w ¿

o w ¿

cj <{ LL

:> w a:

Page 5: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig . 3 Diferentes tipos de hernia h1atal

Hernia hiatal por deslizamiento

Hernia hiatal paraesofágíca

Hernia hiatal mixta

ca en el Cuadro 2, basados en una revisión realizada por Vansant en 400 pacientes. El ma­yor porcentaje (75%) se encontró entre los 40-70 años de edad , siendo necesaria la interven­ción quirúrgica, dos veces más en las mujeres que en los hombres. 13 14

Cuadro clínico Como se mencionó previamente, muchas

hernias hiatales son asintomáticas o dan sínto­mas tan vagos , ligeros o variables, que no se sospechan durante años. No existe relación al­guna entre el tamaño de la hernia y la intensi­dad de los síntomas. La variabilidad de esto se debe a la naturaléza progresiva de la hernia, a

la esofagítis, al grado variable de la hernia y su contenido, y la frecuente presencia de lesiones asociadas (Cuadro 3).

Se debe mencionar que el cuadro clínico es-

566

tá condicionado por la presencia de reflujo gastroesofágico y el síntoma clásico es una sensación de quemadura subesternal, o de lo­calización subxifoidea, epigástrica e incluso cervical, sin irradiaciones, que se presenta en el postprandio inmediato y sobre todo con la ingesta abundante. Este síntoma se asocia con la postura, la actividad física relacionada al acostarse o al inclinarse. Este malestar se ali­via al ponerse de pie y los pacientes se ven obli­gados a dormir semisentados.

La regurgitación es otro síntoma que se presenta en el 50 por ciento de los casos, sobre todo al efectuar cambios de posición, el mate­

rial que se regurgita contiene poco alimento,

amargo, coloreado de bilis o no, y tiende a producir sensación de quemadura en la farin­ge. Se puede acompañar de complicaciones

REV. FAC. MEO. MEX.

Page 6: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

~,

Tema monográfico

Cuadro 2 D1str1buc ión por edad y sexo

Edad Hombres Mujeres Total

15-19 0.3 0.2 0.5 20-29 1.0 0.5 1.5 30-39 5.0 2.0 7.0 40-49 7.0 11 .0 18.0 50-59 13.0 15.0 28.0 60-69 7.0 22.0 29.0 70-79 5.0 1 O.O 15.0 80-89 O.O 1.0 1.0

TOTAL 38.3 61.7 100.0

Vansant J. Manejo quirúrgico de la hernia hiatal con reflujo esofagogástrico. Am. Surg. 44; 179, 1978.

pulmonares por aspiración ( 12%) como la bronquítis crónica, asma, neumonítis recurren­tes, incluso abscesos pulmonares , pudiendo aparecer este síntoma sin que el paciente ten­ga conocimiento de que regurgita.

La náusea y el vómito, ocurren en el 36 por ciento de los pacientes . La hemorragia aguda se presenta en el JO por ciento de los casos, debido a reflujo gastroesofágico crónico con presencia de úlcera esofágica.

La anemia crónica ocurre en el 5 por ciento y se asocia frecue ntemente con hernia parae­sofágica y es el resultado de pérdida sanguí­nea, debida a ulceración esofágica crónica.

Los eructos se presentan en más del 90 por ciento de los pacientes con reflujo gastroeso­fágico, así mismo la aerofagia se presenta co­mo un intento para limpiar las secreciones áci­das del esófago produciendo dificultad en la deglución. 15

Complicaciones

Existen tres enfermedades asociadas con el refl ujo gastroesofágico que merecen especial atención: Estenosis esofágica, ani llo esofágico inferior y esófago de Barret. 15 17

Estenosis esofágica: Se debe al refluj o gas­troesofágico crónico con esofagitis severa, se

caracteriza por pirosis intensa durante años y

dificultad progresiva para_ la deglución , dan­do cuadros obstructivos en un 50 por ciento de los casos.

REV. FAC. MEO. MEX.

Anillo esofágico inferior: Descrito por Sha­tzky y Ary se localiza a 4 ó 5 cm por arriba del diafragma, tiene la apariencia de un suave , concéntrico y delgado velo. Se caracteriza clí­nicamente por presentar episodios de obstruc­ción esofágica sin dolor, que se reconoce co­mo "afagia episódica", término acuñado por Postlethwait y Sealy. Este anillo aparece co­mo respuesta a la esofagítis por reflujo y actúa como una barrera fisiológica para proteger el esófago de le extensión del proceso infla mato­r io .

Esófago de Barrer: Descrito por él mismo en

Cuadro 3. Signos y síntomas de hern ia h1atal con reflujo gastroesofág1co ( 400 pacientes)

Síntomas Porcentaje

Eructos 92

Pirosis 89

Obstrucción 50

Náusea y vómito 36

Dolor 31

Broncoaspirac ión 12

Hemorragia 10

Anemia c rónica 5 Vansant J. Am Surg, 44; 179, 1978.

567

Page 7: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig. 4. En el presente dibujn c;e nr nr

van los diferentes cambios ::inat('"IO patológicos que se enctH:ntran • ,, el esófago de Barret: hernia h1atal. es• .fa gitis, úlcera esofágica , estenosis y t;p1 tel io columnar en el esófago dist;il

1959, consiste en una se rie de cambios del ter­

cio di stal del esófago haciéndolo linea l y cu­

bierto de epitelio parecido a l gástrico. Ocurre ulceración y estenosis en la unión de la muco­

sa escamosa con dicho epitelio y los cambios

histológicos van desde mucosa gástrica a tró­fica con células parietales y principales hasta

datos inequívocos de infla mació n que inclu­

yen el epitelio escamoso (Fig. 4).

Diagnóstico diferencial Las enfermedades que deben considerarse

en el diagnóstico diferencial son: a ngor pecto-

Cuadro 4 lnc 1denc1a cir ' 1,,1•,, ,. 1" ' asociada a hern ia h1atal

Diagnóstico diferencial

Colelitiasis Ulcera duodenal Enfermedades del colon Ulcera gástrica Angor pectoris

Porcentaje

33 24

7 5 3

Angeichik J P y Cohen R. Surg. Gynec. Obst. 148; 246, 1979.

568

Cuadro 5 Métodos d1agnóst1cos

A) Esofagograma. B) Trago de bario ácido C) Prueba de perfusión ácida. O) Rastreo radioesotópico del reflujo

gastroesofágico. E) Manometría esofágica. F) Reflujo de pH. G) Esofagoscopía. H) Biopsia esofágica.

ris, colecistitis crónica , tumores mediastínicos

y parenquimatosos pulmonares, neoplasias, divertículos, úlceras de esófago y estómago ,

oclusión intestinal, pancrea titis, abdomen

agudo, esclerodermia del esófago, hemo rra­

gia del tubo digestivo , espasmo difuso del esó­

fago y divertículos de colo n (Cuadro 4) .

Cabe señalar que existen enfermedades

asociadas a hernia hiatal , por ejemplo la tría­da de Saint, la cua l consta de hernia hiata l, co­

lelitias is y di verticulosis del colon (se presenta

en el JO a 15 por ciento de los enfermos con

hernia hiatal).

Métodos diagnósticos La exploració n clínica suele revelar a lgunos

signos y síntomas para el diagnóstico de her­

nia hia ta l, sin embargo son necesarios exá me­

nes especia les (Cuadro 5).

Los más importantes son: 18 20

a). Esofagograma: La serie esofagogastro­duodena l continúa siendo el mejor método

para va lo ra r y obtener info rmació n acerca del esófago , de la unión esofagogástrica y de l es­tó mago. La importacia de demostrar reflujo

gastroesofágico por rayos X es indeterminada ,

ya q ue el 40 po r ciento de los pacientes pueden

presentarlo , a unque se ha comunicado que

tres o más explo racio nes repetidas da n una

exactitud del 85 por ciento (Figs . 5 y 6).

b ). Trago de bario ácido. Descrita por Donner

en 1966, consiste en observar mediante fluo­

roscopía; espasmo del estómago, perista lsis

a normal , flujo invertido o trá nsito ta rdío del

bario ácido, lo cual indica esofagítis. Aunque

es un método excelente y no invasivo, rara-

REV. FAC. MEO. MEX.

--

Page 8: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig. 5. Hernia h1atal por desl1zam1ento con estenós1s esofágica y úlcera. ra­diografía compatible con esófago de Barret

mente es utilizado debido a que la esofagosco­

pía es un método rutinario para evaluar a los pacientes con síntomas de reflujo gastroeso­

fágico. c). Prueba de perfusión ácida: Descrita en

1958 por Bernstein y Baker, consiste en la ins­tilación de una solución de ácido clorhídrico a

través de un catéter esofágico, con lo que se reproduce la sintomatología de hernia hiatal

con reflujo; lo que permite establecer el diag­nóstico diferencial con el angor pectoris, y el

dolor torácico o abdominal. La sensación do­lorosa desaparecerá al aplicar una solución con bicarbonato de sodio.

d). Rastreo radioisotópico del reflujo gastroe­sofágico: Utilizado por Fisher y cols., éste consiste en deglutir tecnecio radiactivo me­

diante compresión abdominal y efectuar el rastreo radioisotópico. Sin embargo, este mé­todo no ha demostrado exactitud comparado con otros métodos disponibles.

e). Manometría esofágica: El estudio mano­

métrico se incluye rutinariamente en la evalua­ción de un paciente con reflujo esofagogástri­co. Se considera que el esfínter esofágico infe­rior (EEI) es competente cuando tiene una

presión de 15 mm Hg o más. En caso de existir una presión de 6 mm Hg, se considera que el

EEI es incompetente. Este estudio es de utili­

dad en la valoración pre y postoperatoria de

los métodos antirreflujo.

f). Reflujo de pH: Es considerado el método más eficaz en la demostración del reflujo gas-

REV. FAC. MEO. MEX.

Tema monográfico

troesofágico. Se realiza con una preparación a base de una dieta sin irritantes, con modifica­

ciones de posición y tomando en cuenta el nú­

mero de regurgitaciones en 5 minutos y dura­

ción de las mismas. Sin embargo, sus resulta­dos deben ser correlacionados con la mano­metría, la esofagoscopía y el cuadro clínico del paciente, ya que se ha visto que puede exis­tir reflujo gastroesofágico aún en sanos o pos­

terior a métodos quirúrgicos resolutivos.

g). Esofagoscopía: En contraste con el índi­ce de eficacia del 80 por ciento en los estudios radiológicos para determinar patología del

tubo digestivo alto, la endoscopía ha demos­trado tener una eficacia del 95 por ciento. La

presencia de hernia hiatal y la evidencia de

esofagítis por reflujo puede ser demostrada

definitivamente por esofagoscopía (Figs. 7, 8,

y 9)

h). Biopsia esofágica: Las biopsias de la mu-

569

Page 9: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig. 7. Imagen endoscóp1ca de esofa­gít1s aguda, obsérvese la h1perem1a de la mucosa y el fácil sangrado

cosa esofágica y de la unión gastroesofágica se efectúan rutinariamente. La evidencia micros­cópica de esofagitis por reflujo, consiste en la elongación de las papilas de la lámina propia e hiperplasia de las células basales de la mucosa escamosa.9

Manejo médico de reflujo gastroesofágico

Consiste en medidas higiénicas dietéticas que incluyen el evitar la posición de decúbito

Fig. 8. Por medio de una esofagosco­p1a se demuestra estenosis del tercio distal del esófago

570

Fig. 9. Por retraso en el tratamiento médico, podemos llegar a observar el presente tipo de lesiones esofagít1s, estenosis y ulceración

pasándola a la de semifowler mediante la ele­vación de la cabecera de la cama aproximada­mente 30 cm , reducción de peso corporal en los pacientes obesos, y evitar al máximo incli­narse, favoreciendo así el descenso por grave­dad de los alimentos y evitando el reflujo gas­

troesofágico. Es también conocido el efecto benéfico de

los antiácidos, antes y después de los alimen­tos , así como la administración de cimetidina que evita la secreción ácida gástrica. Cohen establece que las drogas anticolinérgicas, tales como la propantelina y la atropina, disminu­yen la presión del EEI y deben ser proscritas. En contraste, las drogas como las parasimpa­ticomiméticas, urocolina y metoclopramida, aumentan la competencia del EEI. Cuando la sintomatología persiste pese al manejo médi­co, debe tomarse en cuenta la posibilidad de intervención quirúrgica. 2 1 22

Manejo quirúrgico del reflujo gastroesofágico Las indicaciones primarias para la interven­

ción antirreflujo se señalan en el Cuadro 6 La indicación más frecuente es la esofagítis

por reflujo que no cede al tratamiento médico (65 %). La siguiente indicación es la obstruc­ción (27% ), que puede estar dada por estenó­

sis, anillo esofágico o encarcelamiento de la

REV. FAC. MEO. MEX.

Page 10: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

hernia , en ésta última la indicación quirúrgica es por problema mecánico . La hemorragia es otra indicación que puede ser aguda (47%), o crónica (2%). Y finalmente la aspiración tra­queal que condiciona enfermedad pulmonar (2%).23 24

Técnicas operatorias

Como se mencio nó en la introducción , a

partir del año 1955 han aparecido numerosas técnica s quirúrgicas antirreílujo. Los diversos autores aún no se ponen de acuerdo en cual es el mejor procedimiento quirúrgico a realizar, sin embargo, sí están de acuerdo en los objeti-

Tema monográfico

Cuadro 6 lnd1cac1ones para interven­ción qu1rúrg1ca ant1rreflu10

Esofagitis Obstrucción: Estenosis Anillo esofágico Encarcelamiento

Hemorragia:

Aguda Crónica Aspiración traqueal

Total

Porcentaje 65 27 15

5 7

4 2 2

100

Fig. 10 Funduplastía de N1ssen

B

e D

A. Hernia hiatal por deslizamiento. B. El fondo gástrico es movilizado por detrás del esófa­go. C. Se insertan puntos de sutura no absorbible en la porción desplazada del fondo gás­trico , dichos puntos se anclan en la capa muscular del esófago, y después se toma la ca­pa seromuscular de la porción cercana izquierda del fondo gástrico. D. La técnica se ha terminado; se observa como el fondo gástrico envuelve en su totalidad al esófago distal.

REV. FAC. MEO. MEX. 571

Page 11: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Fig. 11 Funduplastía posterior

B

o

A. Hernia hiatal por deslizamiento. B. Se eleva el fondo gástrico. C. Se pasa el fondo gás­trico por atrás del esófago. D. Se fijan los bordes derecho e izquierdo del esófago con el fondo gástrico cercano, quedando el esófago distal envuelto por dicho fondo gástrico en más del 50 or ciento.

vos de la cirugía , los cuales son: 1. Crear una zona de alta presión en la unión

esofagogástrica, y 2. Restablecer la anatomía de la región.

En nuestro medio, los procedimientos qui­rúrgicos que se emplean con más frecuencia son: a) Técnica de Nissen, y

b) Funduplastía posterior. La técnica de Nissen (Fig. 10) consiste en

rodear todo el esófago con el fundus gástrico, creando un túnel de 360 grados a través del cuál pasa al esófago, logrando así un efecto

572

valvular que restituye la competencia del EEI. La recurrencia de sintomatología en general es baja, y llega a ser tan efectivo el aumento de presión de la unión esofagogástrica que gran número de pacientes estan imposibilitados para eructar e inclusive vomitar.

Por dichos efectos colaterales algunos ciru­

janos prefieren la funduplastía posterior (Fig. 11), la cual consiste en el paso del fundus gás­

trico (cara anterior) por detrás del esófago has­ta lograr 110-120 grados, con fijación de los bordes derecho e izquierdo con puntos esofa­gogástricos.

REV. FAC. MEO. MEX.

Page 12: Hernia hiatal y reflujo gastroesofágico

Existen otra serie de técnicas antirreflujo , sin embargo, recordemos que pueden tener

co mplicaciones y por lo tanto, la decisión y la

elección del tipo de cirugía dependerán prin-~. cipalmente de las condiciones genera les del

paciente , las complicaciones asociadas de la

hernia hiatal y la experiencia del cirujano .

Bibliografía

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