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MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR MAESTRA: Maria de Lourdes Arjona ALUMNA: Luz Maria R.San Martín Rodríguez. MATERIA: CORRIENTES Y TEORIAS CONTEMPORANEAS DEL APRENDIZAJE. ENSAYO DE TEORIAS CONTEMPORANEAS, PARADIGMAS. GRADO: PUEBLA, PUE. 01 DE DICIEMBRE DE 2015

Ensayo paradigmas

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ensayo paradigmas educativos

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MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR

MAESTRA:

Maria de Lourdes Arjona

ALUMNA: Luz Maria R.San Martín Rodríguez.

MATERIA:

CORRIENTES Y TEORIAS CONTEMPORANEAS DEL APRENDIZAJE.

ENSAYO DE TEORIAS CONTEMPORANEAS, PARADIGMAS.

GRADO:

PUEBLA, PUE. 01 DE DICIEMBRE DE 2015

En este trabajo hablare de los paradigmas educativos, a si como del proceso

educativo y de cómo está vinculado con una noción de educación. Las nociones sobre

educación pueden, y de hecho son diversas a lo largo de los tiempos atendiendo a

ciertos contextos socioculturales. En cualquiera de las sociedades contemporáneas

han existido educadores, instituciones educativas y teorías pedagógicas; es decir,

encontramos una acción educativa planeada conscientemente intencional y

sistemática por la cual el hombre se educa. Como quiera que sea, Fullat (2000:115) lo

sintetiza al afirmar que “Educamos para encarnar en las sociedades históricas un

concreto modelo de hombre...”, y continúa explicando que “Siempre se educa tomando

como modelo al hombre de tal sociedad, o de tal clase, o de tal ideología, o de tal

raza” (Fullat, 2000:116).

Sin embargo, la educación no ha sido tratada lo suficiente como área de investigación

por las ciencias de la educación. Por lo general estas ciencias investigan sobre y no

desde la educación. Es decir, no toman los problemas de la práctica educativa como

una de sus principales o primeras preocupaciones. Toman a la educación como

campo de aplicación de otras ciencias. Pero no se pueden “negar los aportes teóricos

decisivos que especialistas de diversas áreas han dado a las ciencias de la educación.

De ahí entonces que en este trabajo se considere que el campo del saber pedagógico

sé resignifica cuando aparecen nuevas demandas sociales, cuando se requieren otros

tipos de integración social y de formación; que no se logran con las modalidades

anteriores

El aprendizaje si bien es un proceso, también resulta ser entendido como un producto

por cuanto son precisamente los productos los que atestiguan de manera concreta los

procesos. Aprender para algunos no es más que concretar un proceso activo de

construcción que realiza en su interior el sujeto que aprende –teorías constructivistas–.

La mente del educando, su sustrato material-neuronal, no se comporta como un

sistema de fotocopia que reproduce en forma mecánica más o menos exacta y de

forma instantánea los aspectos de la realidad objetiva. El individuo ante el influjo del

entorno, de la realidad objetiva, no copia simplemente, sino que también transforma la

realidad de lo que refleja, o lo que es lo mismo, construye algo propio y personal con

los datos que la realidad le aporta (Ausubel, 1987).

PARADIGMAS PSICOEDUCATIVOS.

En la evolución histórica del hombre diversas explicaciones teóricas se han ido

construyendo para entender los fenómenos de la vida y de la naturaleza con la que

interactúa. Es así como se han elaborado conjuntos sistemáticos de explicaciones

(paradigmas) que dan cuenta de los diferentes componentes de un fenómeno,

constituyendo un corpus coherente que fundamenta él porqué de cada uno de estos

componentes. Por tanto, se puede afirmar que un paradigma es la forma básica de

percibir, pensar, valorar y actuar en base a una visión particular de la realidad, o como

cita Hernández Rojas “[. . .] son matrices disciplinares o configuraciones de creencias,

valores metodológicos y supuestos teóricos que comparte una comunidad específica

de investigadores” (2004:76)1.

Basándose en lo anterior se puede afirmar que un paradigma es un determinado

marco desde el cual miramos el mundo, lo comprendemos, lo interpretamos e

intervenimos sobre él. Así cada uno de los paradigmas derivados de la psicología de la

educación, en una óptica proyectiva de aplicación en el campo de la educación,

presentan posturas que tratan de explicar, por ejemplo, el proceso de aprendizaje y los

fenómenos que lo constituyen así como sus determinantes. Es así como todos los

paradigmas, desde una perspectiva general, contribuyen al conocimiento y

proporcionan fundamentos explicativos desde diferentes enfoques.

PARADIGMA CONDUCTISTA.

La perspectiva conductista operante formulada por B. F. Skinner hacia mediados

del siglo XX y que arranca de Wundt y Watson, pasando por los estudios psicológicos

de Pavlov sobre condicionamiento y de los trabajos de Thorndike sobre el refuerzo,

intenta explicar el aprendizaje a partir de leyes y mecanismos comunes para todos los

individuos. Según Skinner, el comportamiento que en el curso de su operación

produce consecuencias, trae consigo condicionamiento operante. De tal forma que lo

que hay que hacer para fijar una conducta, es que una vez que el comportamiento

deseable se presente, éste vaya seguido de consecuencias positivas; dicho de otra

forma, organizar las contingencias de reforzamiento de un comportamiento deseado

cuando el organismo opera o actúa.

Para los seguidores del conductismo operante lo que importa es el resultado del

proceso de enseñanza y no lo que ocurre dentro de la persona durante el aprendizaje;

se apoyan en el positivismo y reducen al sujeto a un “elemento pasivo”, ya que el

papel activo lo desempeña el medio aportando los estímulos. Un proceso de

enseñanza-aprendizaje concebido bajo la óptica conductista skinneriana, insiste en la

repetición de acciones por parte del alumno para que llegue a fijar una cierta conducta,

1 Los contenidos aquí vertidos están basados en su mayoría en el análisis de los paradigmas psicoeducativos que hace Gerardo Hernández Rojas en su obra Paradigmas en Psicología de la Educación.

sin que éste participe o razone con respecto al “camino” para llegar al conocimiento.

Este paradigma se explica a partir de las siguientes leyes y mecanismos comunes

para todos los individuos:

a. Formación de reflejos condicionados mediante mecanismos de estímulo-

respuesta-refuerzo.

b. El aprendizaje es un cambio relativamente permanentemente de la conducta,

que se logra mediante la práctica y en una interacción reciproca de los individuos y su

ambiente; el aprendizaje no es otra cosa que las conexiones entre estímulos y

respuestas.

c. Ensayo y error con refuerzos y repetición donde las acciones que obtienen un

refuerzo positivo tienden a ser repetidas.

PARADIGMA COGNITIVISTA.

Los cognitivistas consideran la interacción sujeto-medio como un elemento

esencial en el proceso de aprendizaje. La influencia de esta tendencia en la didáctica

implica que se debe enseñar a pensar a partir de la propia actividad del alumno,

teniendo en cuenta lo que ocurre en su interior.

El paradigma cognitivo representa un cambio con respecto al conductismo al darle

valor a lo que ocurre dentro del sujeto (el sistema de la memoria); algunos didactas

que lo asumen absolutizan la actividad cognitiva por encima de la formación de valores

en los sujetos y consideran que la interacción con el medio ocurre a partir del acomodo

de estructuras prefijadas en el sujeto (racionalismo), por lo que la enseñanza debe

esperar a que ocurran los procesos de desarrollo que están preestablecidos. Con el

desarrollo de la ciencia y la técnica el paradigma cognitivo contemporáneo ha

relacionado en exceso el proceso de conocimiento humano con el procesamiento de la

información, bajo el supuesto de que el alumno ve el mundo sólo procesando

información.

Se puede afirmar que el cognitivismo basado en las teorías del procesamiento de la

información y recogiendo también algunas ideas conductistas (refuerzo y análisis de

tareas) y del aprendizaje significativo, pretende dar una explicación más detallada de

los procesos de aprendizaje. El aprendizaje es considerado como un proceso activo

donde el cerebro es un procesador paralelo, capaz de tratar con múltiples estímulos.

El aprendizaje consiste en la adquisición y representación exacta del conocimiento

externo.

PARADIGMA HUMANISTA.

El paradigma humanista hace un énfasis peculiar en el papel del sujeto en

contacto con la realidad social y los problemas de la sociedad. Se contrapone de

alguna forma con el cognitivismo al insistir en los elementos afectivos, valorativos y

emocionales. El humanismo, en palabras de Hernández Rojas (2004), se refiere al

estudio y promoción de los procesos integrales de la persona. La personalidad

humana es una organización o totalidad que está en continuo proceso de desarrollo, y

la persona debe ser estudiada en su contexto interpersonal y social. El humanismo

incorpora del existencialismo la idea de que el ser humano va creando su personalidad

a través de las elecciones o decisiones que continuamente toma frente a diversas

situaciones y problemas que se le van presentando durante su vida. Las conductas

humanas no son fragmentarias e implican aspectos naturales como el egoísmo, el

amor, las relaciones interpersonales afectivas, las cuestiones éticas, los valores como

la bondad, o aspectos naturales físicos como la muerte, la sexualidad, entre muchos

otros.

El humanismo considera que el ser humano es una totalidad. Este es un enfoque

holista que promueve que el ser humano debe estudiarse en su totalidad y no

fragmentadamente. El hombre tiende naturalmente a su autorrealización

formativamente. Ante las situaciones negativas, debe trascenderlas. Si el medio es

propicio, genuino, empático y no amenazante, las potencialidades se verán

favorecidas. El hombre es consciente de sí mismo y de su existencia. Se conduce de

acuerdo con lo que fue en el pasado y preparándose para el futuro. El hombre tiene

facultades de decisión, libertad y conciencia para elegir y tomar sus propias

decisiones; lo que se traduce en un ser activo y constructor de su propia vida. El

hombre es intencional, es decir, que los actos volitivos se reflejan en sus propias

decisiones o elecciones. Desde el punto de vista humanista, la educación se debe

centrar en ayudar a los alumnos para que reconozcan lo que son y decidan lo que

quieren llegar a ser. El paradigma de la educación humanista tiene la idea de que los

alumnos son diferentes y los ayuda a ser más como ellos mismos y menos como los

demás.

El paradigma humanista considera a los alumnos como entes individuales, únicos

y diferentes de los demás. Son seres con iniciativa, con necesidades personales de

crecer, con potencialidad para desarrollar actividades y solucionar problemas

creativamente. Los alumnos no son seres que únicamente participan cognitivamente

sino personas que poseen afectos, intereses y valores particulares y, por tanto, se les

debe considerar como personas totales.

El enfoque del paradigma humanista le da valor a la formación de la personalidad

integral no como un ente individual sino como un producto de la actividad social. Carl

Rogers (1993) es quien más ha analizado el concepto de aprendizaje, y afirma que el

alumno desarrollará su aprendizaje cuando éste llegue a ser significativo; y esto

sucede cuando se involucra a la persona como totalidad, incluyendo sus procesos

afectivos y cognitivos, y se desarrolla en forma experiencial. El aprendizaje es mejor si

se promueve como participativo, en el que el alumno decida, mueva sus propios

recursos y se responsabilice de lo que va a aprender. También es importante

promover un ambiente de respeto, comprensión y apoyo para los alumnos.

PARADIGMA PSICOGENÉTICO.

El paradigma psicogenético constructivista es una de las corrientes psicológicas

más influyentes en el momento actual y ha generado grandes expectativas para la

reforma de los sistemas educativos en el mundo. Las aportaciones de Piaget al campo

de la construcción del conocimiento han significado una especie de oxigenación

educativa; como dice Hernández Rojas “No puede negarse que, simple y

sencillamente, a partir de la incorporación de las ideas piagetianas a la educación de

este siglo se han revitalizado, por ejemplo, algunas de las ideas del legado de la

llamada pedagogía de la escuela nueva, y el discurso educativo ha tomado nuevos

giros y ha elaborado o (reelaborado) nuevos posicionamientos (el papel de la actividad

inquisitiva y constructiva del niño/alumno; el impulso al llamado aprendizaje por

descubrimiento entre otros)” (2004:169).

En este paradigma es fundamental el papel del sujeto; es él quien conoce. El

sujeto cognoscente desempeña un papel activo en el proceso del conocimiento. Dicho

conocimiento no es, en absoluto, una copia del mundo sino que es resultado de una

construcción por parte del sujeto, en la medida en que interactúa con los objetos. Las

categorías centrales de la teoría constructivista son la teoría de la equilibración y la

teoría de los estadios.

PARADIGMA SOCIOCULTURAL. El autor más representativo de esta corriente es Lev S. Vigotsky, quien desarrolla

el paradigma a partir de la década de 1920. Es en comparación con los otros

paradigmas el de menor tradición en el campo educativo, al menos en los países

occidentales. Sin embargo, empieza a considerarse como fundamento de ciertas

experiencias, especialmente aquellas relacionadas con el aprendizaje colaborativo en

modalidades educativas a distancia y en educación basada en competencias.

El paradigma sociocultural se relaciona con el paradigma cognitivo, aunque

considera con mayor interés al influjo que en el aprendizaje ejercen las influencias

escolares y socioculturales. Su posibilidad de utilización en el campo de la educación,

a diferencia de otros paradigmas o corrientes, ha sido factible por el hecho de que

Vigotsky establece con gran claridad la relación entre la psicología y la educación.

El núcleo teórico del paradigma está constituido por los siguientes supuestos:

a. Para este paradigma, el buen aprendizaje es aquél que precede al desarrollo,

contrariamente a lo que plantea la corriente psicogenética de Piaget. La teoría

psicogenética establece que para que el sujeto adquiera ciertos aprendizajes, es

necesario que alcance los niveles cognitivos que cada uno de los estadios de

desarrollo supone. Vigotsky a su vez considera que es precisamente el aprendizaje

logrado a través de la participación en actividades organizadas y con el apoyo de otros

individuos más preparados, como se puede incidir en el desarrollo de procesos

cognitivos más complejos.

b. La enseñanza, debidamente organizada, puede conducir a la creación de

zonas de desarrollo próximo (ZDP), es decir, relacionar lo que es capaz de hacer

ahora el sujeto con lo que será capaz de hacer mañana, con el apoyo de otros

individuos más capaces. En esta perspectiva, el profesor es un agente cultural, un

mediador entre el saber sociocultural y los procesos así como los mecanismos de

apropiación por parte de los estudiantes. La enseñanza consiste, básicamente, en

crear zonas de desarrollo próximo con los alumnos, por medio de la estructuración de

sistemas de andamiaje (sistemas de apoyo y ayuda) flexibles y estratégicos. El

concepto de andamiaje adquiere una importancia particular, en razón de las

posibilidades que ofrece para promover el traspaso del control sobre los contenidos de

un estudiante-novato, de manera que desarrolle las construcciones necesaria para

aprender los contenidos.

c. La evaluación propuesta por Vigotsky, se centra en el proceso de los

estudiantes y se orienta a determinar los niveles de desarrollo alcanzados en un

contexto determinado. Un interés particular de la evaluación es poder detectar el nivel

de desarrollo potencial, así como el potencial de aprendizaje de los alumnos, de

manera que sirvan para establecer las líneas de acción de las prácticas educativas.

CONCLUSIONES.

a. La comprensión de la enseñanza que los profesores traen consigo. Este

aspecto es de suyo crucial, pues los profesores se desenvuelven como tales de

acuerdo a las concepciones que llevan implícitas en sus tareas docentes con respecto

a los alumnos, a la materia que enseñan, de la profesión que ejercen, etc.

b. La decisión de perfeccionamiento o en palabras de Fernández (1994) de

retroalimentación tecnológica. Se trata de que el profesor sea consciente de su acción

educativa y, en función de ello, decida perfeccionarse a manera de retroalimentar su

profesión de enseñar. Siendo, por tanto, la segunda tarea del docente el

perfeccionamiento técnico profesional a través de la innovación, investigación y de la

capacitación didáctica.

c.Todas las tareas del profesor, la de planear, la de dar sus clases, la de evaluar a

sus alumnos y la de perfeccionarse, atienden a una organización institucional

concreta, y no a una nube especulativa de un tratado de didáctica escrito sobre la

mesa de un despacho estéril (en los dos sentidos del término: sin contaminación de la

realidad y, por tanto, sin significación real para ella).

Bajo los anteriores planteamientos queda claro que los tres momentos

del ciclo didáctico percibidos por los profesores son insuficientes, en la medida que los

profesores no sean concientes de las tareas transversales acerca de la comprensión

de la enseñanza, de la decisión de mejorar o perfeccionarse como docente y del

contexto organizacional donde se concreta el acto de educar. De igual forma, las

tareas del profesor serán insuficientes para cumplir con los objetivos, en la medida que

no atienda a las relaciones de reciprocidad que existen entre los tres momentos del

ciclo didáctico.

Por tanto, y partiendo de los planteamientos anteriores es importante comprender

que las decisiones que tienen que ver con lo que el alumno ha de aprender, exige

comprender el proceso de planeación como un proceso que eduque. Sí lo anterior es

cierto, entonces, habrá que reflexionar sobre los tres momentos lógicos para la

práctica de la racionalidad educativa que Fernández (1994:445) les llama: principio de

la racionalidad de coherencia condicionada, el principio de la coherencia condicionante

y el principio del discurso de la planeación didáctica.

No es cosa fácil decidir que metodología es la más adecuada, aún más,

habría que preguntarse sí existe realmente un método didáctico mejor que otro y

cuáles serían los criterios para discernir sobre esa supuesta supremacía de un método

sobre otro. Lo único cierto es que el profesor debe entender que más allá de los

métodos y las estrategias didácticas, están las tareas fundamentales de cualquier

práctica docente, consistentes en ayudar a que el alumno de forma progresiva

adquiera y desarrolle conocimientos.

BIBLIOGRAFÍA

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